Capitulo 38 - Peleas de hermanos

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Salí del cuartel y fui directo a la cafetería, quería hacer tiempo hasta que llegase la hora de planificar la misión. Llegué y me pedí un café con leche. Observé el lugar y me di cuenta de que faltaba aquella chica, Clara. Puede que sus amigos y familiares no supiesen que era de ella, y lo extraño era que yo, que era un completo desconocido, ya sabía que le había ocurrido.

Me compadecí de ella, siendo tan joven ya había acabado su vida, sólo porque un demonio la había elegido a dedo para ocupar su cuerpo hacía un año atrás, aun que claro, su alma ya había muerto hacía mucho tiempo, sólo había quedado un simple trozo de carne que albergaba el alma del demonio hasta que cambiase de cuerpo de nuevo, y eso mismo le había ocurrido a Lucy.

Eso me ayudó a sentirme mejor con el plan, es decir, no la mataríamos a ella, sino a Histeria, ella nos había dejado hace mucho tiempo, por desgracia.

Me acerqué a pagar la cuenta y una de las camareras me miró con una mezcla de odio y miedo, tras eso, sacó su teléfono móvil y comenzó a teclear. Decidí no darle importancia, saqué la cartera para pagar, y ahí seguía, el ticket en el que estaba escrito el número de Clara. Lo guardé de nuevo, quería tenerlo como recuerdo de que, una chica inocente había muerto, sólo por un fin que era una locura, y eso me motivó aún más a acabar con todo esto cuanto antes.

Saqué el dinero, pagué y me marché dirección al parque. Al llegar me senté en un banco y me puse a mirar el paisaje. Aún seguía el cráter que hice al derrotar a aquellos chicos, y al fondo, se veía uno más grande en el callejón dónde acabé con Iván.

Todos esos recuerdos me hicieron pensar, en que ya tenía que tener un lugar asegurado en el Infierno, había hecho cosas demasiado graves como para ser perdonadas.

Seguí divagando durante mucho tiempo, la culpabilidad sobre todos esos actos me atacaba, justo en ese preciso instante, ¿por qué? Nunca lo sabré, pero ahí estaba, la culpa, esa mierda de sentimiento que nos hace humanos, porque si no sentimos cargo de conciencia por nada, no eres humano, eres un monstruo. Pensé en Ángela, no, ella no era un monstruo, ella había tomado esa decisión por el bien de todos, en el fondo se había sacrificado.

El sonido de mi móvil me sacó de mi aislamiento de la realidad. Era Ángela.

- Dime.

- Ven ya, vamos a empezar. - Dijo simplemente.

- De acuerdo, dame quince minutos.

Colgué y me di cuenta. Quince minutos era muy poco tiempo, ¿cómo llegaría tan rápido?

Instintivamente comencé a correr en dirección al cuartel. Cada vez iba más y más rápido, hasta que, sin venir a cuento, me puse a cuatro patas y comencé a correr cual animal. Había entrado en Modo Kaos sólo para llegar a un sitio, se notaba que ya iba avanzando en el control de mis poderes. Llegué al cuartel en el tiempo que había prometido y me dispuse a bajar, pero antes quise ver mi aspecto. Saqué el movil y el reflejo me asombró, tenía la esclerótica negra y el iris del color carmesí de siempre, mi piel había tomado una tonalidad rojiza y mi pelo tenía mechas de color blanco.

- Así que este es el nivel dos ¿eh? - Pensé.

- Uf sí, ya tenía ganas de usarlo un poco, hacía siglos que no tenía la oportunidad. - Respondió Kaos.

- ¿Lo has activado tú? - Pregunté.

- No, tú solito, se ve que tu subsconsciente también estaba deseoso de probarlo. - Río el demonio.

Mi cuerpo volvió a la normalidad y entré en el cuartel.

Estaban todos en la Sala de Preparación, sobre la mesa había un montón de libros desperdigados y, todos leían en silencio. Al llegar yo alzaron la vista.

Kaos (#Wattys2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora