Me desperté atado a una caja de la misma forma que hice con Ángela y Marina. Estaba todo sumido en la oscuridad, no se veía absolutamente nada, tuve que esperar a que mis ojos se adaptasen para poder ver que mis amigos dormían. En susurros intenté despertarlos.
- Eh chicos, ¿estáis bien? - Pregunté.
Todos me miraron y me percaté, en que su mirada era de decepción.
- No sé, dínoslo tú. - Dijo Ángela fríamente.
- ¿Perdón? - No entendía a qué venía eso.
- Bueno no sé, estábamos luchando contra ese hijo de puta pero tú lo hacías sin esfuerzo, y de repente pides luchar tú sólo, atacas de forma extremadamente previsible y te dejas vencer. Hay algo que no nos cuentas. - Respondió con una mirada que parece que intentaba vislumbrar mi alma a través de mi piel.
Ángela era demasiado inteligente, no no era eso, todos se habían dado cuenta de mi actuación, simplemente ella había sido la única con suficientes agallas para decírmelo. Todos me miraban esperando mi respuesta. ¿Qué debía hacer? Si me habían atado con los demás significaba que por alguna razón tenía que seguir jugando con el papel.
Mi cabeza comenzó a trabajar a la velocidad de la luz pero no se me ocurría una buena excusa, sólo se me venía a la mente confesar, pero de momento eso no era una opción. Al final di con una alternativa.
- Ángela recuérdame para qué diseñamos este plan. - Dije mirándola a sus preciosos ojos que resaltaban en la oscuridad.
- Para estar reunidos con todos los demonios al mismo tiempo y acabar con todos ellos de golpe, ¿y qué?
- ¿Estamos con todos los demonios? - Pregunté con retintín.
- No...
- Exacto, falta uno, el más importante y el motivo de la misión, así que tenía que dejar que nos apresasen para que nos llevasen ante él. Era arriesgado pero si matábamos a todos ahora, jamás podríamos dar con Mesistófeles. - Dije lo más convincente que pude.
La mentira era buena, demasiado, un plan que sólo podría habérseme ocurrido a mí debido a mi caracter impulsivo, y precisamente por eso coló. Mis amigos se relajaron y me pareció ver que su confianza en mí volvía.
- Deberías habérnoslo consultado. - Dijo Ángela con voz de líder.
- Lo sé, pero se me ocurrió justo cuando nos atacó ese demonio, era eso o morir. - Respondí tajante.
El silencio reinó y nadie se atrevió a romperlo en unos minutos. Al final fue Marina quien lo hizo.
- ¿Y cómo estabas tan seguro de que no nos matarían? - Preguntó.
- Sencillo, necesitan a Eloy vivo, y a mí como segunda opción si a él le ocurriese algo, me tendrían que exorcizar pero al ser un Alma Inmortal sobreviviría a ello. En cambio vosotras solo pude suplicar para que no os matasen.
Mi cabeza era como una auténtica maquinaria, nunca había funcionado así desde que Marina "descubrió" la marca de mi pecho, que aunque fue una explicación estúpida, tuvo que fingir creerse. Pero esta vez no era así, la teoría era buena, podría haber sido nuestro plan en lugar del que habíamos ejecutado.
- Ahora dormid, nos quedan bastantes horas de viaje y debemos estar al cien por cien, se nos avecina algo muy gordo. - Sentencié.
No me preguntaron nada más el silencio volvió a la sala y en cuestión de segundos caí en un profundo sueño.
De nuevo estaba en mi cabeza, Kaos estaba en su trono como de costumbre viendo todo lo que ocurría de alguna manera que hasta el momento desconocía.
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Kaos (#Wattys2017)
Teen Fiction¿Qué ocurriría si a un chico huérfano de quince años le metieran el alma del demonio más loco y despiadado de todos los tiempos sólo para salvar los tres planos? O al menos ese es el motivo que él cree...