Nos levantamos cómo siempre y nos dirigimos al cementerio cómo llevábamos haciendo desde hacía un mes. Bajamos las escaleras y llegamos a la Sala de Preparación para ponernos la ropa de entrenamiento. Eloy iba con unas botas y unos pantalones hasta la rodilla de cuero negro ajustados junto a una camiseta de manga corta del mismo material. Yo tenía las mismas vestimentas, sólo que mi camiseta no tenía mangas y le había añadido una capucha Eloy se puso sus guantes y yo mi katana a la espalda. Marina y Ángela nos esperaban con sus armas en mano. Marina con sus dagas y Ángela con un arco y un carcaj lleno de flechas bendecidas colocado en su espalda.
- A ver qué tal lo hacéis hoy. - Dijo Marina con una sonrisa malévola.
Desenfundé mi katana y Eloy activó el mecanismo de las garras. Marina me lanzó una de las dagas que bloquee con un movimiento, esta salió disparada hasta clavarse en la pared. Ángela cargó tres flechas y las disparó todas de golpe, pero Eloy las trituró sin problemas. Tras eso nos sonreímos y fuimos corriendo hacia ellas, intenté dar un corte descendente a Ángela pero lo bloqueó con su arco, vi como intentaba barrerme así que salté hacia atrás. Mientras Eloy arremetía todo el rato contra Marina que se veía apurada teniendo una sola daga. Salían chispas al chocar los filos de las garras con el de la daga. Miré a Eloy y le hice un gesto para que cambiásemos de objetivo. Enfundé mi katana y fui corriendo hacia Marina, salté para intentar darle una patada voladora, o al menos eso creía ella. Se agachó y justo en ese momento caí justo detrás suya, pasé un brazo por debajo de su axila y le agarré la nuca, mientras con la otra mano le sujeté la barbilla. Tuvo que rendirse, estaba completamente inmovilizada, además en una pelea normal le hubiese partido el cuello.
- Una menos, Eloy toda tuya. - Le dije a mi amigo.
El asintió con una sonrisa y fue a enfrentarse a Ángela. Ella le lanzaba flechas totalmente tranquila, no perdió los nervios en ningún momento. Eloy las esquivaba o partía en trocitos como si llevase haciéndolo toda la vida. Al llegar al cuerpo a cuerpo Ángela tiró su arco y sacó un cuchillo que llevaba amarrado a su bota. Ella usaba el cuchillo como si fuese una extremidad más de su cuerpo, era asombroso. Eloy bloqueaba todos sus golpes al igual que ella los suyos. Se miraron un segundo y saltaron hacia atrás. Estaban jadeando, estaban muy igualados. Ángela le lanzó el cuchillo y él lo bloqueo, pero ella aprovechó ese instante para ir contra él y hacerle un barrido. Eloy tuvo que desactivar el mecanismo para apoyar las manos en el suelo y así impulsarse con ellas para hacer una voltereta hacia atrás. Para mi sorpresa Eloy se quitó los guantes y los tiró a un rincón, seguramente quería tener una pelea igualada. Vi como Ángela sonreía por un segundo, era la única muestra de emoción que había mostrado desde hacía tiempo. Ella le lanzó una patada de giro que Eloy bloqueó con el antebrazo.
- Te has vendido. - Dijo él con una sonrisa.
Con un pie le hizo un barrido de compás a la única pierna que la tenía en pie. Cayó encima suya, pero todos menos él vimos lo que iba a pasar. Ángela pasó una de sus piernas sobre su cuello y pasó la otra por debajo de su axila para hacerle un candado.
- En realidad el que se ha vendido eres tú.
Comenzó a estrangularle, pero Eloy no se rindió, la cogió del cuello con el brazo que le tenía cogido, la levantó unos centímetros y la estampó contra el suelo. Del golpe Ángela tuvo que dejar de hacer fuerza y Eloy aprovechó esto para ponerse encima.
- ¡Sergio, el cuchillo! - Gritó.
Fui corriendo hacia la pared, cogí la daga que Marina me lanzó antes y se la arrojé, él la cogió al vuelo y posó el filo sobre el cuello de Ángela.
- Se acabó. - Dijo él secamente.
Se quitó de encima suya y le dio la mano sin muchas ganas. Ella aceptó.
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Kaos (#Wattys2017)
Teen Fiction¿Qué ocurriría si a un chico huérfano de quince años le metieran el alma del demonio más loco y despiadado de todos los tiempos sólo para salvar los tres planos? O al menos ese es el motivo que él cree...