Mientras cavábamos más preguntas llegaron a mi mente.
- Ángela.
- Dime. - Respondió fríamente.
- Hay algo que no entiendo, ¿cómo has podido seguir con la misma apariencia durante tanto tiempo? Sólo puedes ocupar un cuerpo durante un año.
Clavó la pala en el suelo se secó el sudor y me miró. Desde que descubrimos quién era en realidad no había mostrado una sola emoción.
- Verás, los guardianes somos especiales a los otros demonios o ángeles. Somos más fuertes y tenemos poderes únicos, uno de ellos es poder cambiarle la apariencia física a nuestro poseído, así podemos cambiar de cuerpo sin que nuestro protegido sospeche.
- ¿Y por qué elegiste esta apariencia?
- Porque es mi aspecto real, sólo que no tengo alas ni la aureola.
Me imaginé a Ángela con su apariencia de ángel, seguro que tenía que estar preciosa.
Terminamos de cavar el hoyo y fuimos al coche. Cogí el cuerpo de Iván y con mucho cuidado lo dejé caer dentro. Ángela iba a coger la pala de nuevo, pero Eloy se lo impidió.
- Ya se que a ti todo te importa una mierda, pero nadie sabe lo que le ha ocurrido a éste hombre y creo que debería tener un funeral digno. - Dijo con un deje de enfado.
- Lo que quieras. - Respondió con una voz fría.
Eloy y yo cogimos unas cuantas flores, las hicimos un ramo y las colocamos en las frías manos de nuestro difunto profesor. Nos situamos frente a la tumba, mientras Marina y Ángela esperaban con las palas en la mano.
- ¿Quieres decir algo? - Preguntó Eloy.
Asentí con la cabeza y di un paso al frente.
- Hoy, se ha ido alguien que aunque no tuviésemos mucho apego por él, ha sufrido las consecuencias de una lucha que no era suya. Ya no está entre nosotros en cuerpo, pero mientras su recuerdo perviva, siempre estará con nosotros. Hasta siempre Iván.
Tras mi pequeño discurso volví a mi sitio. Eloy dio un paso al frente y comenzó a hablar.
- Éste hombre ha dejado éste mundo, habiendo pasado tal tortura que le hizo perder la cordura. Era un inocente que sufrió las consecuencias de los actos de Mesistófeles. Por eso, prometo que haré todo lo que esté en mi mano para vengar su muerte, no merecía acabar así.
Guardamos un minuto de silencio. Después cogimos las palas y empezamos a enterrarlo. A los cinco minutos habíamos terminado. Volvimos al coche, esta vez conducía Ángela. Marina se apoyó en mi hombro, pero la aparté de mi. Me puse al lado de Eloy. Seguía con esa mirada de profunda tristeza, me rompía el alma verle así.
- Tío, no estés triste. - Dije mientras le pasaba el brazo por el hombro.
- ¿Te han roto el corazón alguna vez?
- No... - Respondí en voz baja.
- Entonces deja que esté como me de la gana. - Dijo mientras se quitaba mi brazo de encima.
Volví a mi asiento, era mejor dejarle solo, intentar animarle siendo como es sólo empeoraría las cosas. Marina intentó apoyarse de nuevo en mí, pero la volví a apartar.
- Mira, lo siento. Sólo hice lo que tenía que hacer.
- ¿Usarme de mascotita sexual estaba dentro de tus obligaciones? - Pregunté con rabia.
- Lo siento, pero no es cómo crees. No es fácil para un demonio querer a un humano. Es cierto que en un principio sólo estaba contigo por mi deber. Pero eres un buen chico y... te quiero.
- Sí bueno, eso de que me quieres ya lo has dicho mucho, no se si creerte.
- De verdad, siento haberte hecho daño...
- Mira sólo, déjame
Me recosté en el asiento e intenté conciliar el sueño, al cabo de un rato me dormí.
Estaba en una habitación oscura, sentado en una silla y en frente mía un chico con el pelo blanco ojos rojos al igual que su piel y unos cuernos. Supe al instante que era Kaos. Me miró y dibujo una sonrisa en su rostro.
- Cara a cara otra vez. - Dijo.
- ¿Qué sitio es este? - Pregunté desconcertado.
- Tu mente, he aprovechado que te has dormido para hablar contigo, en persona.
- Explícame qué es lo que quieres.
Me miró a los ojos, suspiró y comenzó a hablar.
- No puedes alejarte de Marina.
Me extrañaba que Kaos me hablase con tanta seriedad.
- ¿Y eso por qué? - Pregunté.
- No se, quizas porque es tu guardiana y acabais de derrotar a uno de los mayores aliados de Mesistófeles. Tendrá que protegerte de sus subordinados, ahora estás en serio peligro, lo mismo ocurre con Eloy.
- Marina lo único que hizo fue aparecer y hacerle unos cortes con ese cuchillo sagrado. - Respondí enfadado.
- Si no fuese por ella ahora no estaríamos hablando. Te salvó el puto culo, lo mínimo que debes hacer es perdonarla.
- Pero sólo hacía su trabajo. - Contesté en voz baja.
- Si fuese así no se hubiese tomado tantas molestias para que la perdones. Ella aparte protegerte porque es tu guardián, lo hace porque te quiere. Y la vas a necesitar.
- Pero... - Intenté rebatirle, pero me interrumpió.
- Trágate tu puto orgullo y perdónala.
Debes decirle lo mismo a Eloy, él está más indefenso, necesita mas protección.- Está bien, la perdonaré. - Dije no muy convencido.
- No te separes de ella, a partir de ahora cualquiera puede ser tu enemigo, no confíes en nadie.
Tras esas palabras todo se volvió borroso y regresó la oscuridad.
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Kaos (#Wattys2017)
Teen Fiction¿Qué ocurriría si a un chico huérfano de quince años le metieran el alma del demonio más loco y despiadado de todos los tiempos sólo para salvar los tres planos? O al menos ese es el motivo que él cree...