Fue oír su respuesta y comenzar a reírme, cómo no era de esperar de alguien como Eloy.
Eloy también comenzó a reír y seguidamente Marina, sólo quedo Ángela, supongo que lo que dicen de que la risa es contagiosa es sólo para los que tengan sentimientos.
Ángela se cruzó de brazos hasta que terminamos de reir, entonces comenzó a explicar el plan.
- Bien, ya que estáis los dos de acuerdo primero tendremos que convertiros en amuletos, lo de activaros vendrá después.
Eloy borró su sonrisa, la idea seguía sin gustarle a pesar de haber aceptado.
- Bien vamos, no hay tiempo que perder. - Nos instó.
La seguimos hasta llegar a la Sala de Tortura, supongo que sería el lugar más apropiado para una transfusión.
Era la primera vez que la veía, tenia aparatos de tortura temibles, todos manchados de sangre de demonio, sería bastante repugnante para una persona normal, es decir una que no ha visto la misma barbarie que yo, ni que la hubiese realizado.
Ángela y Marina cogieron dos sillas especiales, con correas para muñecas tobillos y cuello, y otras normales, las primeras eran para nosotros obviamente.
- Quitaos las camisetas y sentáos. - Dijo Marina.
- A la orden. - Respondió Eloy sarcásticamente para quitarle importancia al momento.
Nos sentamos y nos apretaron las correas, no lo suficiente para cortarnos el riego sanguíneo, pero si cómo para ser incómodas. Más tarde, nos pincharon una vía que iba directa a bolsas de sangre.
- Tenemos que drenaros la sangre lo suficiente para que durante el ritual sólo corra por vuestras venas la nuestra, estaréis al borde de la muerte pero no llegareis a morir tranquilos, está controlado. - Explicó Ángela.
Nosotros abrimos los ojos de par en par, esa idea era terrorífica, me recordaba a las películas de vampiros que veía con Eloy.
- Cuando empeceis a necesitar sangre os veréis pálidos y débiles, será entonces cuando os introduzcamos la nuestra. - Continuó explicando Marina.
Giraron la rueda de la vía y la sangre comenzó a salir de nuestro cuerpo.
- Para Eloy sólo necesitamos cinco bolsas para comenzar, en tu caso, al tener curación rapida tendremos que extraer diez. - Dijo Marina mirándome.
- Y además....
Ángela no terminó la frase, me clavó un puñal bendecido en el pecho.
- Tenemos que anular tus poderes. - Concluyó.
Obviamente no me había perforado el corazón Ángela sabia lo que hacía, pero eso no quitaba que durante ese tiempo, no hubiese temido por mi vida.
Era demasiado doloroso y ya comenzaba a sentirme débil, y eso que iba sólo por la tercera bolsa. Miré a Eloy, estaba completamente pálido, daba pena verle, supongo que al igual que a mí.
Cuando extrajeron la cuarta Ángela ya estaba introduciendo su sangre, directamente desde su vena. Era de un color dorado y, aunque costaba creerlo, brillaba. Fue entrar en el cuerpo de Eloy y comenzar a convulsionar. Todos estábamos atónitos, eso no formaba parte del plan.
Del bolsillo de Eloy cayó un frasco con un líquido parecido a la sangre de Ángela, sólo que éste era más espeso.
Nuestras guardianas lo miraron con los ojos desorbitados.
- ¡Extracto del fruto prohibido! - Gritó Marina.
- ¿Pero de dónde coño lo ha sacado?¡Lo teníamos bajo llave! - Respondió Ángela nerviosa.
Eloy ya empezaba a soltar espumarajos por la boca y nadie hacía nada.
De repente, sin previo aviso, Marina se despegó de mi y extrajo la vía del brazo de Ángela. Después la cogió y, soltando una lágrima la introdujo en su brazo.
Instantáneamente Eloy dejó de convulsionar y volvió a dormir plácidamente. No dijimos ni media palabra, todos sabíamos lo que significaba y no queríamos hablar de ello.
Marina seguía llorando, pero no se detuvo. Puso la mano en el pecho de Eloy y comenzó a hablar en latín. Lo extraño fue que, aunque no tenia ni idea de latín, lo entendí todo. Lo que dijo fue:
Ahora este cuerpo tiene mi sangre corriendo por sus venas. Que estemos conectados hasta que la última gota de mi sangre salga de su cuerpo.
Las venas de Eloy comenzaron a marcarse demasiado, tenian un color negro azabache igual que la sangre que entraba en ellas. Cinco segundos despues sus venas volvieron a la normalidad.
Eloy abrió los ojos lentamente y miró extrañado la situación.
- Marina ¿qué coño haces? - Preguntó.
- Salvarte la puta vida. - Respondió limpiándose las lágrimas.
- ¿Qué dices?
- Enhorabuena, ya no vas a tener que acostarte conmigo, ahora sólo te tienes que tirar a Marina. - Respondió Ángela en tono irónico.
- Pero... ¿por qué? - Eloy estaba en pleno shock.
- Por culpa... de esa mierda que te metes... para estar más fuerte. - Dije con voz pesada, estaba haciendo todo lo posible por no dormirme, ya que iba por la séptima bolsa de sangre.
- Al tomar el Extracto optienes el pecado original, y no puedes tener sangre de ángel en tu organismo, tienes que estar limpio de pecado para ello. - Continuó Ángela
Eloy se llevó las manos a la cara, sabía que acababa de joder todo el plan.
- Mierda... Lo siento no sabía, que podía afectar tanto el puto Extracto.
Le creía pero aún así, no pude evitar odiarle, al fin y al cabo era normal, mi hermano se iba a tener que acostar con mi novia y eso obviamente no me gustaba nada.
Empecé a sentirme muy débil. Los párpados me pesaban y empezaba a ver borroso.
Ángela se apresuró y clavó en el brazo de Marina la vía que conectaba con el mío.
Tenía una vía en cada brazo y ni se inmutaba. Marina repitió conmigo el ritual y después se sentó a que la sangre saliese de su cuerpo. Pasaron quince minutos y ya nos encontrabamos mejor, aunque Marina ya se tambaleaba. Yo no quería ver más esa escena así que me arranqué la vía de un tirón y la de Eloy, me daba igual si le dolía o no sólo me importaba ella. La cogí en brazos y la llevé a la cama, la arropé con una manta y la dejé dormir.
Cuando por fin pude relajarme comencé a notar un dolor muy familiar en el pecho, era la daga bendecida, aún la tenía y sólo por la adrenalina había ignorado el dolor. La extraje de un tirón. Aguanté el dolor como pude y fui el botiquín para curarme la herida. Podría haber pedido ayuda pero no quería saber nada de nadie, sólo quería olvidarme de todo.
ESTÁS LEYENDO
Kaos (#Wattys2017)
Dla nastolatków¿Qué ocurriría si a un chico huérfano de quince años le metieran el alma del demonio más loco y despiadado de todos los tiempos sólo para salvar los tres planos? O al menos ese es el motivo que él cree...