Capítulo 20 - Los guardianes

32 6 4
                                    

- ¡Serás puta te voy a matar hija de perra! - Gritaba Pesadilla.

- Oh vamos, ¿tan flojo se ha vuelto el mayor de los Cinco? - Preguntó Marina con voz burlona.

- ¡No te aconsejo provocarme! - Dijo el demonio mientras escupía saliva.

- Oh por favor, qué miedo. - Respondió.

Pesadilla corrió hacia Marina, pero ella esquivaba como si nada. No recibía ningún golpe y el demonio empezaba a desesperarse. Cada vez sus golpes eran menos precisos y Marina ya se podía permitir el lujo de incluso cerrar los ojos. Aprovechó que falló un golpe para arrearle una patada en el estómago. Pesadilla voló varios metros hasta chocar contra el contenedor. Al caer al suelo pudimos ver que había dejado el contenedor doblado.

- A ver Sergi, si te parece puedes ayudarme. - Dijo Marina con seriedad.

Me puse a su lado y volví a emanar mi energía. De cada herida que tenía salía un humo rojo. En cuestión de segundos había sanado completamente. Miré el cuchillo bendecido por unos segundos, decidí devolvérselo a Marina.

- Toma, no lo necesito.

- ¿Estás seguro? Estás por debajo de su nivel. - Dijo.

- Quiero vencerle con mis propias manos. - Respondí con toda la seguridad que pude demostrar.

- De acuerdo, cómo quieras.

- Y cuando acabemos con este hijo de puta me vas a explicar quién o más bien qué cojones eres.

- Encantada guapo. - Respondió en tono burlón.

Pesadilla comenzó a levantarse. Sus ojos estaban llenos de ira, quería vengarse. Miró a Marina y la señaló con su brazo.

- Voy a matarte sucia perra, y luego le llevaré  tu protegido al amo Mesistófeles.

- Vamos a lo mejor puedes con ella pero a mi no vas a ser capaz de vencerme. - Dije con valentía.

- Bueno, puedo llevarte sin un par de dedos. - Contestó mientras reía cómo un psicópata.

- Basta de cháchara, vamos allá. - Anunció Marina.

Los dos corrimos hacia él. Yo salté por encima de él y al caer le pegué una patada directa a la columna. Oí como crujía, se la había roto. Se desplomó en el suelo y Marina aprovecho para cortarle con el cuchillo. Con cada tajo más y más de ese líquido negro salía del cuerpo de Pesadilla mientras el gritaba con todas sus fuerzas. Cuando sanó cogió a Marina del brazo, se levantó y la lanzó contra una pared. Antes de golpear contra ella hizo una voltereta y consiguió dar con los pies para luego impulsarse y caer de pie. Mientras tanto yo golpeaba en todos sus puntos vitales con todas mis fuerzas, lo hacía tan rápido que no podía esquivar ninguno de mis golpes. Le propiné un último puñetazo en la cara que le hizo dar contra la pared, de la potencia con la que había sido disparado había hecho un corte en el hormigón. Pesadilla estaba acabado, no iba a poder con nosotros.

- ¡Malditos seáis!¡Os voy a matar malditas cucarachas! - Seguía gritando el demonio.

Me puse en frente suya con la guardia baja, no me hacía falta, ya había ganado.

- Pesadilla, déjalo, no puedes hacer nada más que volver al Infierno. - Dije con tranquilidad.

- ¡Hijo de puta, cómo te atreves a burlarte de mí!¡Soy Pesadilla el mayor de los Cinco!¡Deberías temerme!

- Me da igual quien seas, para mí solo eres un mensaje a Mesistófeles.

- ¿Cómo que un mensaje? - Preguntó el demonio.

Kaos (#Wattys2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora