Me desperté muy adolorido. Tenía la cara y el torso completamente vendados, solamente había una pequeña rendija en la máscara de vendas por la que podía ver con el ojo izquierdo. Intenté incorporarme para estudiar el lugar donde estaba, pero el dolor y el cansancio me impedían moverme. Oí abrirse una puerta, por ella entró Marina con un botiquín y se sentó en el costado de la cama. Me cogió la mano y me la comenzó a acariciar.
- Hola, ¿cómo te encuentras? - Preguntó con una sonrisa.
- Bueno, he estado mejor. - Contesté a pesar de que las vendas me impedían gesticular bien.
Ella sonrió.
- He venido a cambiarte las vendas, llevas mucho tiempo con ellas. - Dijo mientras abría el botiquín.
- ¿Cómo que mucho tiempo?¿Cuánto tiempo he estado dormido? - Pregunté desconcertado.
- Tres días. - Respondió secamente.
- ¿Tres días? Eso es demasiado tiempo, ¿acaso nadie ha preguntado por mí? - Pregunté.
- Sí, pero ya nos ocupamos de eso. Cómo ahora estamos de vacaciones hemos dicho que has venido conmigo a hacer un viaje, la gente se lo ha creído ya que siguen creyendo que somos pareja. - Dijo estas últimas palabras con tristeza.
No dije nada, era mejor para los dos. Cogió las tijeras y comenzó a cortar las vendas de mi pecho. Pude observar que las heridas aún no se habían cerrado del todo. Tenían una tonalidad negra, la verdad no mostraban un buen aspecto.
- ¿Cómo es que no han curado ya? - Pregunté a mi guardiana.
- Las heridas producidas por armas bendecidas curan a un ritmo más lento ya que el demonio o ángel que posee al individuo no puede influir en ellas durante un tiempo.
Terminó de quitarme las vendas del torso y comenzó por la cabeza. Al quitarlas todas noté que me escocía toda la cara. Recordé el efecto que el agua bendita hacía y me asusté.
- Dame un espejo. - Pedí.
Ella no dijo nada, simplemente obedeció. Me lo entregó y me horroricé al instante de ver mi rostro reflejado en él. Tenía quemaduras bastante severas y ampollas por toda la cara. Marina solo se limitó a limpiarme las heridas y a ponerme los vendajes nuevos del cuerpo, mientras tanto yo seguía mirando el espejo, no conseguía creérmelo.
- Tranquilo, estarás curado en una semana. - Dijo con una sonrisa.
Terminó de ponerme los vendajes y volvió a guardar las cosas en el botiquín. Cuando se levantó me dio un beso en la frente, aunque claro estaba vendada. Iba a marcharse cuando la agarré del brazo.
- Dile a Eloy que venga por favor. - Le rogué.
- De acuerdo.
Y conforme dijo esto salió por la puerta.
Estuve intentando comunicarme con Kaos, pero no dio señales de vida. Le llamé una y otra y otra y otra vez, pero nada. Era como si hubiese... desaparecido. Al final abandoné y me limité a esperar a mi amigo que llegaría pronto. Mi espera no fue larga, como mucho diez minutos. Llegó con la ropa de combate puesta y un corte en la mejilla, parecía reciente.
- Hombre saco de mierda, veo que al fin has despertado, ya pensé que tendríamos que cambiarte los pañales el resto de tu vida. - Dijo con su habitual voz burlona.
- Ya te gustaría a ti aunque sea verme el culo. - Respondí contento.
- Oh si, que suculento... - Contestó con ironía.
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Kaos (#Wattys2017)
Teen Fiction¿Qué ocurriría si a un chico huérfano de quince años le metieran el alma del demonio más loco y despiadado de todos los tiempos sólo para salvar los tres planos? O al menos ese es el motivo que él cree...