#01 KAI

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-¡Kai!-grito su hermana en la puerta de su cuarto.

<< ¡Me cago en ella! >>pensó quitándose a Sally de encima.

Espera. ¿Era Sally? ¿Nally? ¿Cally? Eso no era importante, lo importante era que su hermana no supiera que se había acostado con otra chica amiga suya, eso sería terrible. Tomó sus pantalones y se vistió lo más rápido que pudo.

-¡KAI!-grito Gwen nuevamente-¡Ábreme la maldita puerta!

Mierda. Mierda. Mierda.

Tocó a la chica que yacía dormida sobre su cama.

<< ¡SOLO DESAPARECE! >>pensó con desesperación.

Y así lo hizo. Se esfumó. Como el humo. Eso siempre simplificaba las cosas.

Respiró profundo mientras Gwen seguía aporreando la puerta.

-Ya voy-exclamó fingiendo voz de cansancio.

Con un pie lanzó el preservativo bajo la cama, justo al lado de la pila de los muchos otros que tenía que hacer desaparecer también. Se arregló el cabello lo mejor que pudo. Perfecto. Parecía acabado de levantar.

-Buenos días sol naciente.

-¿Dónde está Molly?-preguntó cortante.

<< Molly >>-dijo cayendo en cuenta.

-¿Quién es Molly? Ya ni un hola me dedicas.

Gwen le miró con el ceño fruncido y puso los ojos en blanco. Tenía el cabello color oro y los ojos de un bonito color verdoso, pecas en el rostro y una piel muy pálida, al igual que su madre, ambas eran de estatura corta y parecían sacadas de un libro de cuento de hadas.

Kai no se parecía o a ellas.

El era alto, un metro ochenta según la última vez que se había medido y seguía creciendo según tenía entendido. Su cabello era castaño oscuro casi negro, lacio y le gustaba tenerlo todo desordenado. Los ojos eran negros, al igual que las cejas y su piel era muy bronceada... Bronceada no al estilo de un chico británico que va a la playa... Nop. Bronceada como un chico árabe. ¡Sí! Eso es lo mejor que podía explicarlo. Tenía los labios gruesos y el rostro perfecto según sus compañeras de clase-y las de Gwen por supuesto-, tenía unos buenos pómulos, una sonrisa descrita como arrebatadora y sus ojos se volvían pequeños cuando sonreía-cosa que hacía muy seguido. En fin, que no tenía nada en común con su familia.

...ni con el resto de los seres humanos...

-¡Como sepa que te has acostado con Molly te mato! Ella estaba aquí hace un momento, subió a mi habitación hace menos de media hora a ayudarme a recoger ¡y no esta!

-Pues yo no he tenido nada que ver-mintió Kai descaradamente-Ni siquiera sé quién es.

-La pelirroja que te gusta-aclaro ella.

-¡Ah! ESA...-se relamió los labios y sonrió en su interior-No, de verdad que no la he visto. Y me voy a dar un baño que necesito llegar a mis clases de baile-miró el reloj-en cinco minutos y tengo que tomar un taxi para llegar-mintió nuevamente.

-Pero Molly...-comenzó Gwen-Bueno, si la ves, avísame cualquier cosa.

El asintió y le cerró la puerta en la cara con una sonrisa de satisfacción.

<<Y Kai da un gooool. Todo el público vitorea al United Machester. Wow>>

Corrió al baño y se dio la ducha del siglo. Se vistió con lo primero que encontró-que fuera cómodo para bailar, por supuesto-y se quedó mirando la habitación. No pudo evitar sonreír. Cerró los ojos y se imaginó en la escuela de baile.

[ 12 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora