Eres como un sueño, eres la reina más cruel, tu oculta y dolorosa belleza me ha atrapado. Peligrosa, peligrosa, ella es tan peligrosa. La soledad está floreciendo esparciéndose en mis sueños, usando mis fuerzas para quebrarla y escapar en otra dirección. Éxodo, éxodo, es mi éxodo.
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La cabeza le pesaba y podía sentir como una punzada de dolor le atravesaba el cráneo. Intentó abrir los ojos, pero un bullicio confuso le pedía que se mantuviese grogui un rato más. Movió inconscientemente sus manos, sus dedos se aferraban a algo desconocido, algo cálido… unas manos. Un quejido involuntario se escapó de sus labios. Todo le daba vueltas, se sentía como si tuviese resaca, pero hacía mucho que no bebía, no desde… Todos los recuerdos volvieron de un tirón. Si, él ya había pasado por esa sensación antes, cuando Teo habían robado parte de su poder, pero esta vez era diferente, se sentía débil y unas horribles ganas de vomitar le inundaban. Logró abrir los ojos, aunque su alrededor estaba totalmente borroso y moverse se le hacía casi imposible.
-¡Jae!-susurró una voz femenina-Está despertando.
Kai no reconocía el lugar donde estaba y las voces se le hacían muy lejanas. Recordó haber saltado muchas veces mientras sus amigos estaban con él…pero luego ya no estaban. De alguna forma había terminado en el municipio de Camden, en Londres, lo sabía porque se había golpeado la cabeza contra un muro de King Cross, un muy fuerte muro de puro concreto. Se llevó los dedos a la cabeza, ¡dolía! ¡Dolía más que cuando Gwen le había golpeado con el jarrón! Su pobre cabeza, no terminaba de superar un golpe para caer en una contusión. ¿Y si era peligroso?
-Oye, ¿estás bien?-preguntó un chico de cabellos castaños, ojos oscuros y gafas de pasta.
-Sí, eso creo…-musitó, intentando reconocer algo o dar sentido al hecho de que estaba en un lugar desconocido.
-Soy Jae Riverpool, estudiante de medicina. Te vendé la cabeza, al parecer te golpeaste con algo. No te preocupes, no era nada serio.
-¿Cuánto llevo aquí?-preguntó y repentinamente se sintió un maleducado-Disculpa, Kai Kimberly.
-Unas dos horas. Ahora mismo son la una y algo de la tarde. Y lo sé, se quién eres, mi hermana fue quien te trajo aquí. Subió hace un momento a su habitación para buscarte una aspirina-el chico le dedicó una cálida sonrisa-Ahora, si me disculpas, debo marcharme, quiero ir a ver el eclipse solar con mi novia y mi amigo Brian.
Kai sintió su corazón detenerse.
-¿Eclipse dices?-¿Por qué él no había escuchado nada de ningún eclipse?
-Sí, dicen que hoy ocurrirá un eclipse que se podrá ver en todas partes del mundo. Genial, ¿no crees? Dicen que aquí será a las tres de la tarde. Es un eclipse de sol, así que hay que verlo con láminas, por eso me tengo que ir, hay un montón de gente por Southbank preparándose para verlo y no quero que se queden con nuestro sitio o con nuestras laminas. Mi hermana te atenderá, de cualquier forma, ella fue quien te trajo aquí-el chico le palmeó el hombro-Bueno, fue un placer conocer al famoso Kai-dijo dándole un tirón a la puerta.
Kai arqueó una ceja mientras Jae desaparecía por el umbral. Definitivamente la persona que le había llevado allí le conocía. ¡Dios!, tal vez fuese alguna de las amigas de Gwen con la que se había acostado. Al contrario de Damien, él no creía en una entidad superior, pero en ese momento le estaba rezando a todas las cosas que había escuchado alguna vez, ¡inclusive a ese miembro de Super Junior que a su hermana le gustaba!
Se puso de pie y caminó por la estancia, mordía sus uñas por el nerviosismo, pero tuvo que detenerse al sentir que su pulgar comenzaba a sangrar. Soltó una bocanada de aire. Revisó su bolsillo, aun llevaba ese horrible pantalón de pinza color durazno. Miró a su alrededor y dio con su sobretodo, allí tomó su móvil. Al revisar el buzón, tenía llamadas perdidas de casi todos sus amigos, menos de Carmichael y Serge. Se disponía a llamar a Damien cuando una fotografía le llamó la atención. Estaba el chico, Jae, sus padres y una muchacha que parecía ser su hermana…pero esa muchacha era…
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[ 12 ]
FanfictionKai Kimberly siempre había sido un chico extraño. A los diez años descubrió que podía saltar a diferentes lugares del mismo planeta y de otras dimensiones. Siete años después, accidentalmente, un día enviará a Molly, una amiga de su hermana al mund...