Teo comenzó a golpear con fuerza las paredes del laberinto, parecía un ser desquiciado, sus nudillos estaban bañados en sangre y Yízing sabía que debía ayudarle antes de que algo peor ocurriera. Jayme estaba simplemente sentado en una esquina, como en una especie de shock, no se movía, no hablaba, no era él para nada, y eso era preocupante.
-Teo-dijo Yízing-Por favor, detente.
Pero Teo no parecía escucharle y Yízing se sentía frustrado.
-Teo-repitió.
-¡No pude! ¡Detuve el tiempo y aun así se fue! ¡No pude hacer nada!-gritó Teo pegándole con más fuerza a la pared.
-Lo intentamos-le explicó Yízing-Lo intentamos Teo, Jayme inclusive utilizó su descarga eléctrica más fuerte y aún así no fue capaz de detener a Kris, ¿no es cierto?
Necesitaba el apoyo de Jayme.
-Así de débiles somos-musitó Jayme mirando sus manos-Tan débiles que no pudimos hacer nada para evitar que se fuera. Todos vamos a ser arrastrados por ello, no habrá nada que podamos hacer.
¿Por qué Jayme tenía que ser tan racional a veces? ¡Yízing solo le estaba pidiendo que le ayudase a que Teo se sintiese mejor y Jayme lo único que hacía era hundir la situación un poco más! Está bien, él era la razón, ¡y tenía razón en lo que estaba diciendo!, pero a veces uno necesitaba un sinsentido para hallar el camino de vuelta a casa. ¿No es así como había hecho Dorothy? Había viajado a Oz, conocido a un león cobarde, un hombre de hojalata, un espantapájaros y muchas, muchas brujas...
Una lucecita se encendió en el cerebro de Yízing.
-¡Es una bruja!-exclamó de repente.
Los otros dos se le quedaron mirando.
-¿De qué estás hablando?-preguntó Jayme poniéndose de pie.
-Piénsenlo por un segundo, ¿qué hacen las brujas?
Teo se quedó pensativo.
-Matan gente, envenenan... ¿lanzan maldiciones?
Yízing chasqueó los dedos y aplaudió.
-Exacto, vas captando la idea-dijo sonriendo, provocando que ese dulce hoyuelo se formase en su mejilla.
Jayme bufó.
-Sí, voy captando que somos un idiota, un tonto y un lunático. Eso es todo lo que he procesado claramente.
-¡Espera!-interrumpió Teo preocupado-¿Yo que soy?
Se quedaron callados durante un segundo.
-Ahí tienes tu respuesta, tonto-le dijo Jayme quien se sentó en el suelo y comenzó a lanzar bolas de electricidad contra la pared.
Yízing tuvo que calmarse por un momento, tomar aliento y pensar en unicornios, cosas bonitas, gatitos de peluches y sueños en una noche de verano para tranquilizarse. ¿Cómo podían esos dos ser tan ignorantes? ¡Eran un dolor... ¿debería decir trasero?! Era una palabra un poco indecente, pero era la verdad, ¿cómo podía hacerles entender si ninguno de los dos monos que se encontraban con él se dignaba a escuchar? Él era una persona calmada, no le gustaba enfadarse, pero aquel par le estaba haciendo impacientar.
-Escúchenme, en serio. Las brujas lanzan maldiciones, ¿no es cierto?
Teo asintió.
-¿Y esto que es para ti?
Los ojos de Teo y Jayme se abrieron sorprendidos.
-Una maldición-la voz de Teo sonó muy bajita.
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[ 12 ]
Fiksi PenggemarKai Kimberly siempre había sido un chico extraño. A los diez años descubrió que podía saltar a diferentes lugares del mismo planeta y de otras dimensiones. Siete años después, accidentalmente, un día enviará a Molly, una amiga de su hermana al mund...