Beck tocó cuidadosamente su mejilla. Estaba anormalmente callado. Se sentía inseguro, débil, como una pequeña luz que se extinguía lentamente en la oscuridad. El sonido horrible se había detenido...pero Serge no había vuelto con ellos, y aunque no lo quisiera admitir, tenía mucho miedo. Lo único que Beck deseaba en ese momento era regresar al orfanato con Sor Émile, que esta le abrazara y le dijese que todo iba a ir bien.
Pero nada estaba yendo bien.
Todo estaba absoluta y retorcidamente mal.
Inexplicablemente, no podía dejar de sentirse culpable de que todos estuviesen allí. ¿Por qué? Una opresión en su pecho le decía que él había hecho algo definitivamente malo, pero no se le pasaba por la cabeza lo que pudiese ser.
Miró a Carmichael de refilón, se había alejado y conversaba quedamente con Söhan.
Beck se sentía decepcionado. Pensaba que Carmichael y él eran amigos, ¿entonces por qué le había pegado al hablar de Ónix? Su amistad había durado veinticuatro horas, ¿qué tan deprimente era eso? Las ganas de llorar se arremolinaban con fuerza contra sus ojos, pero él no lloraría, no valía la pena.
Nunca había tenido un amigo más allá de Loreane, todos los demás pasaban por su vida y se esfumaban rápidamente. Había pensado que con Carmichael sería distinto...pero el pelirrojo le había agredido, física y emocionalmente. ¡Y ahora actuaba como si nada! Los tres andaban juntos: Carmichael, Söhan y Kai; él se sentía solo.
Sintió una mano en su hombro.
-Sabes que es tu turno de disculparte, ¿verdad?-le preguntó Damien.
Aquello fue chocante.
-¿A qué te refieres?
-Carmichael se disculpó contigo por golpearte, tú deberías disculparte con él por herir sus sentimientos.
Beck se detuvo en seco.
-¿Sus sentimientos?-se sentía confundido.
Damien puso cara de póker y suspiró como perdiendo la paciencia.
-Cuando te des cuenta, lo entenderás.
Beck asintió lentamente, aunque no comprendía del todo lo que quería decir Damien.
-Deberías aprender a ver más allá de lo que la luz te permite, a veces a hay cosas que es mejor observarlas desde las sombras-aconsejó Damien con sus grandes ojos mirándole de arriba abajo-Es sorprendente como alguien como tú se deja deslumbrar y confundir por cosas tan pequeñas.
Dicho esto el pequeño fue hacia donde estaba Kai y comenzó a conversar tranquilamente con él, mientras que Beck intentaba analizar sus palabras.
¿Alguien como él?
¿Qué demonios significaba eso?
¡Agh! ¡Se iba a comer la cabeza pensando!
Después de todo, él solo era la luz. Todos los que estaban allí tenían poderes verdaderos y lo habían demostrado. Kai podía ir a cualquier lugar del mundo que quisiese, Söhan conseguía crear ventiscas e inclusive huracanes. Damien había hecho temblar la tierra y casi destruido la mitad del laberinto, Carmichael era pura dinamita y podía quemar todo lo que se cruzase a su paso. ¿Qué podía hacer la luz? Beck solo era capaz de iluminar un poco el camino y dar algo de calor, no tenía mucho control sobre sus poderes y se sentía inútil la mayoría del tiempo.
Por alguna extraña razón Hey Jude de The Beatles comenzó a sonar en su cabeza. Era una canción que había escuchado mucho de niño y que a veces le reconfortaba.
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[ 12 ]
FanfictionKai Kimberly siempre había sido un chico extraño. A los diez años descubrió que podía saltar a diferentes lugares del mismo planeta y de otras dimensiones. Siete años después, accidentalmente, un día enviará a Molly, una amiga de su hermana al mund...