Teo beso a Valentina por última vez. Cayo rendido sobre ella, feliz y muy cansado. Le acaricio los cabellos dorados oscuros y revueltos. Se quedo mirando sus ojos color miel y sonrió, ¡solo Dios sabia porque a un monstruo como él le había tocado un ángel como ella! Valentina suspiro mientras cerraba los ojos, Teo se aferro a ella, ¿Cómo podía quererlo? ¿Cómo podía querer a alguien como él? Las doradas ondas de su cabello caían en cascada, tenía los labios entre abiertos y Teo no pudo resistir el impulso de besarlos. Ella sonrió, se acomodo en su pecho y le abrazo.
-¿En qué piensas Teo?
Ahí estaba la pregunta que él no quería contestar.
-Yo...-comenzó, ¿Cómo ella podía arruinar un momento tan perfecto?
-No Teodoro, dime que no estás pensando en lo mismo de nuevo-rogo ella.
Teo hizo una mueca.
-¡Por dios!-ella escondió su rostro en el amplio y fornido cuerpo de Teo-¡Creía que ya habíamos hablado del tema! Teo, tú no me vas a hacer daño, no hay nada malo en ti.
-Sabes que no es solo eso. Tina, no sabes el miedo que tengo de que algún día pierda el control y te haga lo mismo que ha Marcel.
Tina puso los ojos en blanco.
-No es como si el idiota no se lo mereciera.
-¡Valentina!-la regaño él.
Ella tomo el rostro de Teo entre sus manos-Mi amor, tienes que entender una cosa...-él se quedo mirando los hermosos ojos de su mujer-Te he amado desde que tengo cinco años, tenemos diecisiete y eso no ha cambiado. No me importa si eres, tuerto, bizco, estúpido, un asesino, o si tienes poderes. Yo siempre voy a estar ahí para ti, eres la cosa más grande que existe en mi mundo, ¡en el mundo en general! Así que no Teo, no te culpes por haber detenido el tiempo de Marcel. Algún día descubrirás como arreglarlo y todo estará bien.
Teodoro asintió.
-Valentina, ¿puedo contarte un secreto?-pregunto.
Tina ya se había acurrucado bien contra el cuerpo de su esposo.
-Dime.
-Te amo-le contesto él.
-Lo sé-dijo ella sonriendo y quedándose dormida.
Teo había escuchado todo lo que Valentina tenia para decirle, y le creía, pero el juicio de ello no siempre era el más correcto. Se habían conocido a los cinco años, cuando Teo había estado jugando solo en una esquina y unos niños habían ido a meterse con él, era muy débil e ingenuo, no sabía qué hacer. Una niña se les acerco a los niños malos, les grito, los golpeo con su muñeca y como no sabía que mas hacer para que los niños dejaran tranquilos a Teo se hizo con la pata desmontable de una silla de madera y un ladrillo que encontró. Ella había recibido un castigo enorme, pero había defendido a Teo y él se había enamorado instantáneamente de ella.
Luego de eso Teo siempre se pegaba a Valentina, una niña ruda y ruidosa que era muy cariñosa con él porque se parecía a un panda. Él le había preguntado si quería ser su novia y ella le había dicho que si sin dudar un momento. Siempre se reía y abrazaba a Teo, quien le regalo un anillo plástico con un panda sellando así su matrimonio.
A los siete Teo comenzó a practicar artes marciales, él debía ser quien protegiese a Tina, no al revés. Quería ser digno de esa chica de ojos brillantes y que solo le sonreía a él. En sus clases conoció a Marcel, quien más tarde se volvería su mejor amigo. Los tres se hicieron inseparables.
En medio de una clase Teo descubrió su poder, un chico fue a darle una patada para la que Teo no estaba preparado, cubrió su rostro con sus manos y sucedió: todos habían dejado de moverse, solo Teo tenía control de lo que estaba sucediendo. Podía detener el tiempo, ralentizarlo, adelantarlo, tal vez regresar o adelantar una o dos horas, pero no más que eso. Le parecía genial y divertido. Era un don y solo Valentina lo sabía.
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[ 12 ]
FanfictionKai Kimberly siempre había sido un chico extraño. A los diez años descubrió que podía saltar a diferentes lugares del mismo planeta y de otras dimensiones. Siete años después, accidentalmente, un día enviará a Molly, una amiga de su hermana al mund...