#42 AFORTUNADOS (parte 1)

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Final parte 2/5

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Todo era extremadamente confuso. Un montón de imágenes psicodélicas se mezclaban entre sueños y recuerdos reales. Durante un momento, los nueve estaban en un campo de fútbol rugby, jugando un partido que tortuosamente perdían. Luego Kai y Söhan corrían descuidadamente por un túnel sin final. Milo y Jayme estaban encerrados en una jaula de cristal muy grande, que despedía un humo de color magenta, noqueándolos y despertándolos cada cierto tiempo. Carmichael, Serge y Damien estaban en una habitación de paredes movedizas, que parecían cerrarse cada vez más. Yízing en un cuarto cerrado rodeado de esculturas blancas rotas; y él, Beck, estaba solo en lo alto de un lugar, asediado de libros. También había momentos de lucidez, como el café que se habían tomado, y el rostro de Taehyung antes de darles el café. El rostro de Taehyung siempre aparecía.

Poco a poco todos fueron despertando. A Beck le costó un poco avivarse, estaba muy aturdido, su cuerpo dolía, no podía mover sus manos ni sus pies, y algo punzaba en uno de sus brazos. Con lentitud se miró el brazo derecho, tenía una intravenosa atravesándole la vena de la muñeca, hizo una mueca de sufrimiento, estaba conectado a un líquido de color negro de aspecto asqueroso. Miró a su alrededor, a su izquierda estaba un Carmichael que todavía parecía un poco perdido y a su derecha un Kai con un labio partido e inflamado. Sus brazos y piernas estaban atados a una camilla que se encontraba de pie y apoyada contra una pared. Todos estaban igual. Se encontraban en un lugar azul y blanco, parecía… Parecía una habitación de hospital.

-¿Cómo llegamos aquí?-preguntó Milo, quien parecía el más despierto de los nueves.

-Taehyung-musitó Kai-¡Taehyung! ¡Hijo de puta!, ¡muéstrate!-gritó con fuerza, logrando que todos le prestasen atención.

Una figura apareció, pero no era Taehyung. Era un muchacho rubio, de cabello un poco largo y facciones perfectas. Tenía los ojos de un color azul violáceo y unos labios en forma de corazón. Era de constitución delgada, pero se podía notar a la legua lo fuerte que era, medía más que el promedio, pero era más bajo de estatura que Kai, Söhan y Carmichael. Vestía un pantalón de pinza negro y una fina camisa blanca de manga larga. Todo en él indicaba porte y elegancia, a excepción de sus zapatos, unas horribles Dr Matens de color rojo. Beck sintió asco al reconocer a la persona.

-Dis Pater-exclamó con todo la repugnancia que pudo transmitir.

El muchacho sonrió y les dedicó un asentimiento. Sus amigos miraban la escena confundidos, con excepción de Söhan, quien enarcaba las cejas, como pensando; y Kai, que parecía estar a punto de entrar en shock al notar el gran parecido que poseía con aquel hombre.

-Veo que están asombrados.-les dijo Dis Pater, su voz muy cálida y dulce, contradiciendo todo lo que sabían de él, pero justo como Beck la había escuchado en Lyon.

-Yo no.-contestó Beck, siempre había tenido la lengua larga, y últimamente había tenido que refrenarse a sí mismo para no causar más líos.

-Eres el titiritero-comentó Söhan, más para sí mismo que para los demás.

-Tú no eres con quien me enfrenté-le confrontó Damien.

El muchacho se encogió de hombros y su aspecto comenzó a cambiar. Ahora era más alto, de cabello castaño oscuro casi negro y poseía otro rostro, los ojos también se habían oscurecido, y un lunar sobre el labio había aparecido. Damien asintió asombrado, y esta vez fue el turno de Beck de entrar en shock. Era la viva imagen de Desmond, su padre.

-Entonces es verdad-susurró.-Mis padres eran iguales a Víe y a ti.

-¡Nunca mientes a esa perra delante de mí!-les gritó Dis Pater.

[ 12 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora