#17 LABERINTO: LA SOLEDAD MATA

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4 horas antes

Louis abrió los ojos. Tenía una terrible jaqueca. No había podido dormir en toda la noche, y cuando menos lo había imaginado, sus ojos se habían pegado. Se sentía extremadamente cansado. Sorprendentemente, estaba en una cama, a su lado Söhan estaba tendido de una forma graciosa, de su boca chorreaba baba y musitaba palabras incoherentes. Una tímida sonrisa se entendió en su rostro.

Otro día.

¿Cambiaría algo?

Simplemente deseaba que los chicos se llevasen bien. Kris y Söhan le frustraban. ¿Por qué intentaban tanto escapar de sus responsabilidades? A Kris lo entendía más que a su hermano, no era fácil todo lo que pesaba en los hombros del de los ojos verdes, pero Söhan estaba actuando inmaduro.

Se levantó y caminó a paso lento a la cocina. Un olor delicioso provenía de allí. Inevitablemente, su estomago gruñó. Qué cosa tan curiosa: el hambre. Era un sentimiento bonito. Había experimentado una agradable satisfacción en la comida, había probado muchas cosas en los últimos días, ¡y aún había mucho más que quería comer! ¡Y conocer! El mundo era algo nuevo e inexplorado para Louis... Su hambre iba mucho más allá de la gula, él quería comerse el mundo de un solo bocado.

Se encontró con rostros femeninos mirándole fijamente.

-Hola-musitó, aún le daba un poco de vergüenza estar solo con las chicas.

Sol se veía radiante, fue y le abrazó, así como Valentina le besó la frente. Katrina puso un plato de comida en la mesa y todas le empujaron para que se sentase a comer. Ellas no decían nada en general, pero le miraban con aprensión, cariño, Louis se sintió confundido. Se preguntó dónde estaría Gwen.

-¿Y los chicos?-preguntó.

-Salieron-dijeron las tres al mismo tiempo.

-Jayme, Beck y Yízing se han quedado...-explicó Valentina-Y gracias a dios dejaron a Yízing a cargo.

-Pensé que Yízing te caía mal-le dijo Katrina algo extrañada.

-Ahora me cae bien-dijo Valentina encogiéndose de hombros-Por cierto Louis, Gwen se dejó el móvil...alguien llamó y yo contesté...Preguntaron por ti...

Se quedó de piedra. Alguien había preguntado por él.

-¿Quién es Molly?-preguntó Sol.

-¿Es tu novia? ¿Están enamorados?-continuó Valentina.

-¿Ya se acostaron?-chilló Katrina emocionada.

Louis enrojeció. ¿Por qué ellas hacían esa clase de preguntas? Se sentía nervioso y el corazón le latía a millón. ¡Molly le había llamado! ¡Ella quería hablar con él! Las manos le sudaban y no podía dejar de pensar en la pequeña pelirroja y el día en que la había conocido. Recordó la primera vez que la vio, solo envuelta en una sábana. Él pensó que ella era una diosa, una imaginación de su mente. Era demasiado perfecta. Entonces ella había ido hacia él, había llorado en su hombro y le había contado todo lo sucedido con Kai. Louis nunca sintió rencor hacia Kai, pero le odió tanto en ese momento que se asustó. Le prometió que el moreno iría a buscarla, aún si no sabía si así sería. Después de un rato conversaron, él se dio cuenta de que nunca se había abierto tanto, tampoco es que hubiese tenido la oportunidad, pero con esa chica todo surgía de forma natural.

Antes de darse cuenta ya la estaba besando. Ella era un sentimiento, no tenía una mejor forma de definirlo; Louis no estaba acostumbrado a sentir, pero cuando ella estaba cerca era como si sus sentidos se nublasen y un millón de sensaciones únicas le embriagasen. Una cosa llevó a la otra e hizo con ella lo que se suponía que un hombre hacía con una mujer. Por primera vez en su vida se sintió hombre, se sintió humano, no como un ser anormal que estaba encerrado en una dimensión oscura, condenado a la soledad.
Molly le hacía sentir vivo.

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