#43 EL TRAIDOR

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Final parte 3/5
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Kris estaba perdido mirando los infinitos ojos verdes de Gwen. Ella era hermosa. Todo en su ser era hermoso. Habían dado un paseo por Central Park, juntos, de la mano, como si fueran una pareja normal. Incluso cuando él no era normal, y ambos no eran una pareja. Podía sentir como los dedos de ella presionaban con fuerza sobre los suyos. Su sonrisa era cálida, tanto que lograba que su corazón de piedra sintiese algo.

Durante todo el tiempo que había estado encerrado en el laberinto, la única compañía que había tenido había sido la de Gwen. Ella había aparecido como un ángel, cuidándole, haciéndole sentir mejor. De alguna forma que no lograba comprender, ella se había vuelto todo su mundo. No sabía si de eso se trataba el amor, o qué demonios era, pero sin duda era importante para él. Había superado sus barreras, ¡demonios!, ¡le había dado su salida!

Se sentaron en un banco, la cabeza de Gwen se apoyó en el hombro de Kris. Una sonrisa estúpida se dibujó en sus labios. Sentirse correspondido era la mejor cosa del mundo. Comenzó a acariciarle los cabellos rubios a la chica. El tiempo que Ónix les había concedido era la cosa más genial del mundo, se lo agradecía infinitamente, su hermanita le había hecho un regalo muy preciado.

Se escuchó una melodía salir del bolsillo de Gwen. Ella frunció las cejas y apretó los labios al ver la persona que la llamaba al móvil. Kris vio como le dedicó una mirada de tristeza.

-Es tu madre.-le dijo secamente.

Él miró a la distancia, sin saber exactamente qué decir. Su chica contestó la llamada y la puso en altavoz.

-Señora Wyatt, ¿sucede algo?-preguntó.

No están!-exclamó la señora Wyatt, agitada, desde el otro lado de la línea.

El rostro de Gwen se tornó pálido-¿Qué?-preguntó.

-¡Qué no están! ¡Los chicos no están en ningún lugar! ¡Las chicas tampoco! Alice ha revisado en todos lados. Todas sus cosas están en su sitio. No falta nada. Hay tazas rotas en el suelo… Taehyung no está tampoco.

Kris y Gwen se miraron, ella se cubrió la boca con las manos, en shock y comenzó a llorar. Todo había salido mal. Todo había salido definitivamente mal.

-Mamá, vamos para allá ahora mismo.-dijo Kris tomando el teléfono.-Deja todo como está y quédate tranquila.

-¿Kris?-preguntó Bianca, asustada y sorprendida.

Colgó antes de hacer alguna otra estupidez. Pensó en Louis y le mandó un mensaje mental advirtiéndole de la situación. En medio segundo, un portal negro se abrió y por él aparecieron Ónix, Louis y Teo.

-¿Estáis locos?-chilló Gwen.

-Hola, yo también me alegro de verte.-ironizó Louis, mirando a su alrededor-La gente no notará nada, Ónix y yo no lo permitiremos. No nos pueden ver.-explicó.

-Necesitamos otro de esos.-dijo Kris señalando al portal que se cerraba.

Ónix le miró con cara de pocos amigos-Sabes lo difíciles que son de hacer, no es mi poder y consume más de lo que tengo. El hotel no está lejos, ¿por qué no vas tú volando y Louis nos hace levitar?

Teo puso los ojos en blanco-En esta estoy con Ónix.

Y así se hizo, Kris suspiró, desplegó sus alas, tomó a Gwen entre sus brazos e hizo que Louis se subiese en su espalda. Ónix tenía razón, el hotel no estaba demasiado lejos, así que llegaron rápido. Entraron por una ventana abierta, encontrándose con un desastre. Tazas rotas en el suelo los recibieron, como un augurio de mala suerte o algo parecido. Teo se acercó, recogió uno de los trozos rotos, examinó cuidadosamente, pasando un dedo por la superficie, luego olisqueó y les miró de forma decidida.

[ 12 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora