#34 PATHCODE: BERLIN / CALL ME BABY

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Una vez estuve atrapado en un oscuro laberinto (en la oscuridad), pero escucho tu voz que me despierta. Tú me hiciste nacer de nuevo.

Había muchas cosas que Milo entendía. Siendo sinceros, quizá demasiadas. Se había dado cuenta de que era muy simple tomar un libro sobre cualquier idioma y al terminar de leerlo poder hablarlo sin dificultad; calcular el valor de la partícula en un potencial de simetría esférica, podía mirar al cielo y encontrar las constelaciones de Ptolomeo fácilmente, así como que el veintiséis de marzo de 1324 había fallecido María de Luxemburgo. ¡Almacenaba últimamente tanto conocimiento que era un dolor de cabeza! Todo lo entendía, y lo que no tenía demasiado en claro le ayudaba a enfocarse y buscar soluciones rápidas.

Y, aun así, había ciertas cosas que no entendía.

Que Katrina le hubiese besado era la que encabezaba la lista.

¿Por qué ella le había besado? Es cierto, él estaba perdida y completamente enamorado de ella, pero siendo sinceros, él nunca había hecho nada para ganársela o algo parecido, no es como si Katrina hubiese parecido interesada tampoco. A veces alguna pulla aparecía, pero esos eran simples juegos, ¿verdad?

Esa rumana le iba a volver jodidamente loco.

Aunque no es como si él estuviese muy cuerdo del todo. Luego de ese beso, que llevó a otro beso…terminaron acostándose en un hotel de mala muerte muy cercano a la casa. Todos y cada uno de los días. Pero eso en vez de ayudar solo hacía que se sintiese aun peor.

Había tantas cosas sobre sí mismo que Katrina desconocía, así como él no sabía casi nada de ella. ¿Podían funcionar así las cosas? Eran básicamente desconocidos, dos personas que intentasen tener una relación seria o algo parecido no podían simplemente comenzar algo sin poder confiar el uno en el otro. Tampoco era como que él pudiese campantemente contarle quien era y lo que había hecho, ¡ella se horrorizaría de él! Y lo menos que Milo necesitaba era que Katrina le tuviese miedo.

Pero tal vez si él le contaba, si le explicaba lo que había sucedido y el por qué.

<< No seas iluso >>se dijo.

Iluso.

Iluso.

¡Iluso!

Las mujeres le habían decepcionado toda su vida. Su madre, aunque no fue un acto egoísta, murió y le abandonó. Su madrastra le violaba… Era un círculo eterno de decepciones infinitas. ¿Qué le aseguraba que Katrina no iba a ser otra decepción?

Nada, en el mundo no había absolutamente nada asegurado. Ni siquiera los números, estos eran infinitos y no tenían un final existente. Entonces, ¿en qué debería confiar? La lógica y los sentimientos lo estaban matando a cada segundo, provocándole una gran indecisión sobre lo que debería o no hacer. Había tantas posibilidades…

Kat entró a la habitación, luciendo su hermosa melena negra atada en una trenza. Se veía llena de sueños y esperanzas. Parecía un mañana, un futuro servido en una bandeja de plata que Milo estaba aterrorizado de destrozar.

Pero él ya había destrozado esas esperanzas una vez. Se había portado como un hijo de perra cuando la había conocido, y eso había estado mal. Ella intentaba ayudarle y él solo la alejaba…y al mismo tiempo se había enamorado perdidamente de cada pequeño detalle de aquella muchacha bajita de sonrisa tan brillante como el sol y el cabello surcado de hebras blancas que aparecían de vez en cuando, dándole una adultez que no tenía.

-¡Voy a salir con las chicas, Lilo!-gritó ella emocionada-¡Vamos a comprar ropa!

Milo puso los ojos en blanco, otra vez con eso de Lilo, eso le pasaba por llorar viendo Lilo & Stitch delante de Katrina, ella nunca le dejaría olvidarlo, ¡nunca!

[ 12 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora