#13 ÓNIX

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Los ojos de Carmichael estaban cerrados. Parecía un niño pequeño e indefenso cuando dormía, era tan vulnerable que dolía. Mirarlo fijamente dolía. Ónix recorrió suavemente la curva de la espalda del chico, acariciando intranquilamente los tatuajes. En los últimos días ese se había convertido en su momento favorito: despertar a su lado, hechos un desastre ambulante los dos.

-Hola preciosa-le había dicho él con esa voz profunda.

Ónix sonrió y se acurrucó más a él.

-Hola bicho.

La carcajada de él inundo todo el lugar e hizo que ella sintiese esa calidez característica que solo aparecía cuando él estaba cerca.

-No era eso lo que me decías anoche-le susurró, consiguiendo que ella se ruborizara a más no poder.

Le miró a los ojos, tenían un color precioso: eran avellana, con una estela verde que se fundía con tonos dorados, amarillos y cafés. Eran unos ojos extraños y únicos, justo como su dueño.

-Eres un sucio-le reprendió.

-Pensé que eso era lo que más te gustaba de mí-en los ojos del chico se reflejaron unas llamas.

-Mentí, lo que más me gusta de ti son tus orejas...-él alzó las cejas-Y el piercing de tu labio-dijo jugando con el aro que sobresalía en el medio de su labio inferior.

Se quedaron así durante un rato. Era cierto, ese motel era una mierda, pero Ónix sabía que al menos allí ninguna pandilla iba a buscar a Carmichael. Apoyó sus manos en el torso desnudo del chico y se sentó en la cama.

-Carmichael, ¿qué estamos haciendo?-preguntó, la verdad es que eso llevaba días rondándole la cabeza, si él se enteraba la mataba, y ya los chicos debían de estar al encontrar a Carmichael...el tiempo se les agotaba.

Él la miró con confusión y negó con la cabeza.

-Estamos viviendo-le dijo-Aprovechando el tiempo que tenemos juntos.

Ambos suspiraron.

-Recuerdo que en Leyenda te odiaba-ella sonrió-Siempre estabas detrás de mi hermano y eso me molestaba mucho, entonces yo iba a buscar a Vuelo para que los separase, ¡y ustedes siempre terminaban haciendo algo para buscarme problemas a mí!

-Odio, amor, hay una fina línea-le dijo él besando su cabeza-Creo que yo siempre te quise, me gustaba juntarme con Luz para molestarte. Siempre fuiste mi favorita.

-Es por eso que esto está mal... Somos hermanos Carmichael...

El cruzó los brazos y bufó. Comenzó a negar con la cabeza y a balbucear por lo bajo, cosa que Ónix había aprendido que hacía cuando se encontraba enojado. Puso los ojos en blanco y finalmente miró al techo.

-Hay algo que tengo muy claro y no sé si los demás pensaran así. Mira Nix, esta es la forma en que yo lo veo: nosotros somos de Leyenda, tuvimos una vida allí, y fuimos hermanos en ese lugar; si Víe nos envió aquí, si nos envió a Real para algo sería...un mayor propósito, no tengo puta idea. Pero ya no somos unos poderes, aquí somos seres humanos, nacimos en diferentes condiciones, diferentes países, diferentes familias. No hay sangre que nos una, no hay vínculo humano que nos ate. Tú eres una mujer Ónix, naciste en Argentina, tienes una madre, un padre y una hermana menor; ellos son tu familia. Yo soy un hombre, nací aquí en Arizona, mi padre nos abandonó cuando yo cumplí tres, y desde entonces solo hemos sido mi madre y yo. ¿No ves a donde quiero llegar con esto?

[ 12 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora