#16 LABERINTO: CIUDADES DE CRISTAL

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Llevaban buen tiempo caminando. Milo miraba a todos lados y lo único que veía eran paredes y más paredes que no parecían tener final. No habían encontrado ninguna puerta, sin embargo habían descubierto que todos tenían su carta del tarot en el bolsillo trasero del pantalón. Jayme llevaba horas cantando, tarareaba todo lo que se le venía a la cabeza, no parecía asustado en lo absoluto, mientras que Teo y Louis se estremecían ante el más pequeño sonido. Kris parecía serio, tenía el ceño fruncido, pero con él quien sabía, siempre cargaba esa expresión en el rostro, Yízing sin embargo se veía calmado, como quien lo analizaba todo.

Milo por su parte solo hacia una puta cosa:

Pensar en Katrina.

Eso no era normal y tenía miedo de estarse volviendo loco. ¿Qué había significado el numerito ese que Gwen y ella habían montado? ¿Significaba que él le gustaba? ¿Por qué sentía que su gélido corazón se llenaba de calidez con solo pensar en ella? Que complicado. Los sentimientos eran complicados.

-Dios llamando a Milo-bromeó Jayme saltando sobre su espalda.

-¿Qué?

-Soy inmortal-bromeó Jayme-Por eso debes llevarme en tu espalda.

Milo lo miró, puso los ojos en blanco y se lo quitó de encima.

-Eres un aburrido-Jayme le sacó la lengua.

-Me gusta ser como soy-explicó Milo, no tenía mucho que decir y la verdad era que hablar no era su especialidad; sin embargo, desde que se habían conocido, Jayme se había pegado a él como si fuese un chicle. No le dejaba tranquilo y le trataba como si se conociesen desde que estaban en el útero.

A Milo le parecía increíble como Jayme en pocas horas había logrado ahondar en él como nunca nadie, además de Katrina, lo había hecho. El chico sabía interpretar los secretos de Milo y no le importaban sus silencios, él hablaba por ambos. Parecía una persona divertida; eran completamente opuestos. Era algo bastante curioso.

-No se despeguen-mandó Kris.

-No es como si te hiciésemos mucho caso-protestó Jayme jugando con unas hebras sueltas de hilo blanco de su traje.

Ese era otro punto que le llamaba la atención a Milo, ¿por qué su traje era negro? Él reconocía que había matado a alguien por salvar a la chica de sus sueños, ¿pero no debería ser gris? ¿Por qué negro? Aquello lo estaba atormentando.

Kris se le quedó mirando durante un buen rato.

-Milo, ¿estás bien?

-Si-asintió-Solo algo preocupado.

-¿Qué día es hoy?-preguntó Teo repentinamente.

Se quedaron pensando, habían perdido la noción del tiempo.

-Creo que domingo-dijo Yízing con poco interés, mirando fijamente su carta.

¿Domingo? A Milo se le cayó el alma al suelo.

-Mierda-musitó.

Los demás le miraron asombrados. Él se encogió de hombros.

-Hoy era el clásico, ya saben fútbol, Real Madrid contra Barcelona.

Kris asintió lentamente, así como Jayme y Yízing. Teo hizo un movimiento extraño con la cabeza, ¿cómo podía ser español y no amar el fútbol? Milo no lograba comprenderlo en ese sentido. Louis se veía un poco confundido.

-¿Fútbol?-preguntó.

Milo asintió.

-Es el juego en que le pegas al balón con las piernas, ¿verdad?-quiso saber Louis.

[ 12 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora