Todo lo que queda en mi cabeza son los recuerdos sobre ti, tu expresión…creo que aun puedo escuchar tu risa.
El colegio no era algo que preocupase a Serge Andrei, de hecho, era la mejor matrícula de todo su curso, brillante en las asignaturas, un alumno ejemplar y modelo a seguir. Todos le envidiaban, pero él se sentía condenadamente solo. No tenía amigos reales, se atrevía a decir que nunca había tenido algún amigo más allá de sus padres, tutores o criados.
Eso del contacto humano no se le daba del todo bien. No es que no fuese social, pero simplemente no era propenso a socializar con muchas personas.
Era bastante simple.
Hacía un calor infernal ese día. Tan infernal que podía sentir como las gotas de sudor le recorrían la frente, los pómulos y manchaban su cara camisa de marca. Porque, él podía ser muchas cosas, pero tenía claro que debía de cuidar de lo que la vida le daba, además, planeaba donar mucha de esa ropa dentro de poco a caridad, así que no debía de estropearse.
La heladería nueva al final de la calle le llamó la atención. Las palabras XOXO estaban escritas en gigantescas luces de neón y atraían a grandes cantidades de personas. Le hizo una seña a su chofer personal antes de entrar al auto que le llevaría al colegio. El hombre entendió rápidamente, y sin poner objeción se marchó.
Serge ahogó un suspiro. Tenía diecisiete años, ¿cómo podía ser tan malditamente inútil? Ese día no iría a la escuela, quería sentirse como un adolescente normal por una vez un su vida, aunque fuese una mentira, y comenzaría haciendo cola, como todas las personas que allí estaban, para entrar en esa heladería.
(Tres horas mas tarde)
Tal vez hacer cola como todos los demás mortales de la tierra no había sido demasiada buena idea. Él no tenía una gran resistencia, y acababa de descubrir que mantenerse tres horas de pie, sin agua o algo de comer, en una fila que aparentaba ser interminable, era un ejercicio agotador que succionaba todas las fuerzas de un ser humano.
Aun así una sonrisa estúpida estaba dibujada con marcador permanentemente en su rostro. Había una chica unas cuantas personas por delante de él. Serge no le había visto el rostro. Ella tenía un libro en sus delicadas manos, y su vestido floreado de algodón parecía flotar a su alrededor. Tenía un extraño presentimiento sobre ella, y eso le hacía sonreír como un estúpido. Genial, hacer fila ya le estaba acabando las neuronas.
Finalmente era su turno y eso le regocijaba por dentro. ¡Había hecho fila! ¡Había hecho algo por sí mismo! Tenía su helado de mora y uva en la mano, una extraña mezcla a la que allí llamaban GirlxFriend. El nombre no le parecía original, personalmente le hubiese llamado AquaticBlaster o algo así. Se giró rápidamente, chocando con el hombro de alguien y haciendo que la bola de helado saliera disparada de sus manos.
<< ¡NO! >>pensó con desesperación al abrir los ojos y descubrir lo que había sucedido.
El helado azul estaba manchando el vestido de la chica, ¡la chica bonita de la fila!, quien tenía los ojos abiertos como platos. No se veía enfadada, solo en shock.
-¡Disculpa!-dijo tomando el pañuelo que tenía en el bolsillo de su cara camisa-¡Yo no pretendía…!
La chica se echó a reír.
Serge se quedó como una piedra.
Ella se estaba riendo.
Estaba riendo…
De que hubiese manchado su vestido con helado…
¿¿¿Qué demonios estaba mal con la cabeza de esa mujer???
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[ 12 ]
FanfictionKai Kimberly siempre había sido un chico extraño. A los diez años descubrió que podía saltar a diferentes lugares del mismo planeta y de otras dimensiones. Siete años después, accidentalmente, un día enviará a Molly, una amiga de su hermana al mund...