Nada será como antes.

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Daniela POV.
El tiempo nunca fue suficiente, nunca ha sido suficiente.
¿Suficiencia?
Es una palabra tan insuficiente, no se... Nunca hay tanta agua para tanta sed, nunca hay suficiente amor para los desdichados. Nunca hay suficientes sueños para los desilusionados. No hay ni una sola migaja de sobra para los hambrientos.
Quizá no sea la mejor forma de describir la impotencia, y la necesidad de estar con ella.

Subía lentamente mis manos por sus piernas y sentía su respiración agitada y su piel erizada, su piel su hermosa piel sumergida junto a mi en el nerviosismo y en el instinto salvaje y ritualista.
Me aferró a su cuerpo y me deshago de su falda, consigo el libre paso para acariciar sus piernas.
Y Catherine sujeta mi rostro con fuerza. Escuchó su respiración entrecortada y agitada.
Ambas estábamos nerviosas al saber lo que venía a continuación, sobretodo yo, sólo sabía besar.
Y estaba induciendo a esta hermosa mujer en algo que ni yo conocía.
Pero el temor es para los incapaces. Y con Catherine a mi lado me siento como Wonder Woman.
La miró fijamente a los ojos y me sorprendo de inmediato al ver sus pupilas tan dilatadas.
Supongo que yo estoy igual.
Sonrió y poco a poco levantó su camisa hasta sacarla completamente de su cuerpo.
Cate me mira y me sujeta una mano con la suya y la lleva hasta su pecho.
-¿estas sintiendo como late mi corazón?
Pregunta intranquila, asiento y dejó mi mano posada allí.
Suspiro y empiezo a hablar lentamente.
-yo.. Yo nunca antes había estado con nadie. Y me asusta pensar en eso, porque yo no se... No se cómo hacerte sentir todo este amor que esta dentro de mi.

Me pone un dedo en los labios pidiendo que me calle. Y yo contempló ese gesto desde mi más profunda lujuria...
-Así que sólo lo haré...
Lo último que dije antes de empezar a ser con jubilo su mujer.
Todo lo que he hecho en mi vida, todo absolutamente todo, toma intención, consciencia o sentido, todo estando aquí en sus brazos.
Todo siendo de ella, todo sentido abruma la razón, lo desconocido toma forma y lo conocido se vuelve tan ordinario.
Mil y un placeres primitivos emergen entre tanto suspiro y alarido.
Entre tantas miradas cómplices, entre tantas caricias y códigos táctiles de un amor prohibido y misterioso.
Saber que ya no hay etiqueta para el amor, que ya no hay sentido en el, sólo necesidad, pura necesidad, sólo existen esas dos personas necesitandose entre ellas. Llenándose de ellas y vaciando espacios y huecos para llenarlos de momentos juntas.
Eso es lo que pienso ahora que es el amor.
Y ahora, es lo que siento justo con ella aquí. Justo con Catherine Miller, mi profesora de literatura, mi mayor deseo, mi martirio, mi mujer.
Entregarse siempre asusta por la confianza que se necesita, pero cuando ese temor se queda en tercer plano, sólo sabes pertenecer. Y amas pertenecerle a alguien, al ser especial que te ha conquistado de formas y modos enormes y complejos. De un momento a otro te das cuenta que sólo quieres ser de ese alguien. Que sólo ya eres de ese alguien. Tan pequeño, tan grande. Tan absurdo y tan hermoso.
Ser parte de su vida, de su cuerpo y de su alma. La entrega total del atrevimiento, de la pasión y del tiempo.

¿Cómo describir lo sucedido?
Quizá si digo que fue como dice García Márquez , "olor a guayaba"
O quizá, talvez fue como levitar después de haber bebido chocolate.
Fue fantástico sentirme de alguien por vez primera. Tan especial que haya sido con ella. Tan abrumador descubrirlo y tan aterrador sentirlo.
Todo tiene sentido en esta vida, según tiene una razón de ser y de estar.
Miró su frente y su piel, acalorada y blanca.
Sus ojos cerrados y su nariz sonrosada marcando un ritmo de respiración acelerada.
Sus cabellos rubios desordenados cubriendo una parte de su rostro. Me hacían sentir tan cómoda, mi cuerpo me reclamaba algo tan diminuto y ciertamente estaba cansado.
¿Qué hora es?

Pienso y pienso mientras buscó un reloj. Me levanto levemente de su lado y buscó mi celular.
Siento aires frescos en mi piel desnuda y miró en un espejo mi reflejo, ¿hay algo distinto en mi? ¿Se nota?
Una sonrisa esboza mi boca, tocó con la punta de mis dedos mis labios. Y acaricio mi mentón recordando la ubicación de sus besos.
Buscó lo que queda de mi atuendo en esa zona y encuentro varias de sus prendas. Las acomodo de una manera ordenada, acabe de arreglarme después de haber encontrado el baño.
Tendre que bañarme en casa, aquí no hay ninguna regadera y sería extraño que regrese recién duchada a casa.
Sujeto mi cabello en una trenza y voy a despertar a Catherine.
Sigue tan dormida, me da vergüenza despertarla.

Encontré mi celular en la chaqueta y tengo 10 llamadas pérdidas de mis madres.
¡MIERDAAAAAAAAAAAAAAA!
SON LAS 6 P.M.
Acaricio la mejilla de Cate y beso suavemente sus labios.
-Cate... Cate, Cate, Cate... Ya es tarde.
Digo en su oído.
Ella se remueve en el sofá y estira sus brazos.
Abre poco a poco sus labios y sonríe al verme.
-¿ya te vas?
Pregunta con la voz débil.
-Cate, son las 6 p.m. mis mamás están preocupadas.
Digo yo sutilmente.
Ella me mira por unos segundos y se levanta, esta completamente desnuda y busca su ropa, pero después de poco se da cuenta que esta en una silla cerca de ella.
Ríe y me da un ligero beso en los labios.
-vaya, no me esperaba esto.
Dice entre risas.
Acaricio su abdomen con premura y trató de no caer de nuevo en ese instinto de amarla.
-¿cómo te sientes?
Me pregunta mientras se pone el sostén.
Pienso lo que voy a decir y delicadamente me acercó a ella y lo término por sujetar.
-de lo mejor.
Digo en su oído.
Ella gira su cabeza y se encuentra con mis labios, sujeto su cuello con cariño y vuelvo a pensar en la hora.

Pero pienso más en Cate.
-tu cómo te sientes?
Le preguntó.
Ella sonríe y se pone su blusa.
-Creó que para no haber hecho nunca algo así, te salió excelente y más que eso.

Dice ella sonrojada, ya vestidas ambas salimos de aquella azotea, y partimos de nuevo hacia mi dirección...
Me dejó una cuadra antes y ella se fue, rumbo para su casa después de una sesión de despedida llena de amor.

Camine esa cuadra y al llegar a casa lo primero que observó es a mis madres con George en la sala.
Me miran los tres y con enojo me piden sentarme.
-¿qué horas son estas de llegar Daniela?
Pregunta mi mamá Vica muy enojada.
-¿por qué tan tarde?
Pregunta mi hermano totalmente serio.
-¿con quién estabas?
Pregunta mi mamá Caliope.

Me quedó muda y miró a cada uno, cierro los ojos e inhaló aire... Denso y enorme.

-hay algo que tengo que decirles...

Creo que ya es hora de aclararme..
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¡Chicos!
Aquí les dejó este capítulo esperando su perdón y les recuerdo que les amo a todos y que me estoy muriendo de cansancio pero aquí les dejó otra parte de esta historia.
Les mando un abrazo enorme y lleno lov.
Jajajajjajaja

No sabía. Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora