Comencé a reír para aminorar la tensión del ambiente.
Cate sólo puso una sonrisa incómoda en el rostro que a mi parecer me dio a entender que estábamos juntas.
-¿no creen que sería una pareja preciosa? ¿Victoria?Vuelve a insistir Lourdes.
Mi mamá Vica respira y comienza a reír sonoramente. Ve a mi mamá Cal que tiene una cara de odio inmenso.
-a decir verdad, si harían una pareja extraordinaria.
Habla mientras Cate por debajo de la mesa sujeta mi mano con fuerza.
La miró, sus ojos azules gritan algo y no puedo tener la certeza de saber que es.
-bueno, ya que parece agradables tanto la idea, ¿por qué no preguntan directamente?Dice mi mamá Cal.
Mientras que todos los adultos de la mesa se giran hacia nosotras con interrogativa.
-tienes razón Caliope. Debemos preguntar directo. Ayer hablé por teléfono con Cate y se escuchaba de lo más feliz, me dio muchísima alegría pero en medio de la conversación dijo el nombre de tu hija.Veo como Cate se sonroja de inmediato y mamá Cal mirándola con intimidación.
Veo que toda la situación se transforma en algo muy incomodo para Cate. Entonces decido intervenir.-bueno, eso esta más que bien. Mi nombre es algo precioso que se vuelve aún más bello pronunciado en unos labios como los de Cate.
Todos en la mesa pararon de beber sus copas y me miraron directamente.
-además, yo siempre he estado enamorada de la profesora Catherine Miller. Es algo así como un amor platónico que no puedo decir fuera de mi casa. Ya saben, la profesora se puede enterar, es más mi directora se puede enterar.Digo antes de meter a mi boca el último bocado de mi plato.
Cate sonríe y me toma de la mano sin disimulo. Ante la mirada atenta de las personas en la mesa.
Mi mamá Vica nos mira con media sonrisa
-creo que ya es hora de que lo admitan. ¿Están juntas?Me mira mi madre con esa característica de profundidad y conocimiento.
Miro a Cate con preocupación y le preguntó con la mirada. Ella sólo observa fijamente hacia adelante y habla.
-la verdad Victoria, Caliope y mamá. Si ya lo saben, me alegro. Es un peso menos encima. La verdad, talvez sea muy pronto para decirles que amo a Daniela. Y que la amo con toda mi alma. Que estoy dispuesta a dar toda mi vida por ella. No tengo por qué negar lo mejor de ella. Desde que llegó a mi aula supe que era la indicada. Con su actitud soberbia y altanera, con esa mirada retadora y preciosa y con todas esas capas de vanidad y banalidad que ayudan a esconder a la más cálida y hermosa, bella e incondicional mujer que existe. Y me alegro de que todas esas murallas estén, para que sólo yo pueda admirar esta parte de ella. Y sinceramente, esto que siento no es normal, Caliope y Victoria, amo a su hija de verdad y haré todo lo que este en mis manos para hacerla feliz. Haré todo lo posible para que nunca nada le haga daño, y que yo no le haré daño nunca. Porque la amo, y no me cansaré de admitirlo. La amo.Mi cara estaba con la mayor sorpresa de mi vida, bese su mano y la acaricie con delicadeza.
Casi tenía las lágrimas en los ojos y sólo podía verla de la manera más precisa que puedo.
Mis mamás estaban con la cara más sorprendida que yo
Y así que para disminuir la presión en Cate decido hacer algo improvisado
-todo lo que haz dicho es lo mismo y hasta la mínima parte de lo que yo siento por ti. Es tan hermoso y tan grande que la alegría que me otorga es la más bella y enorme del planeta. Y yo también te amo desde esa manera y hasta llegar a un punto casi obsesivo y enfermizo. Sin arrepentimiento, admito y afirmó que esto es lo mejor que me ha pasado. Tu, desde que te conocí te convertiste en mis motivos de sonreír, de llorar, de frustrarme y de hacerme creer que la vida sólo tiene sentido cuando tu estas aquí, siendo cómplices de la vida, de la desdicha. ¡No puedo creer que he hablado así! ¡jajajajajajaj! Pero es verdad, hablé súper romántica.
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No sabía. Segunda parte.
Teen FictionCaliope y Victoria por fin habían hecho su vida juntas, dos hijos que adoraban y una familia que además de peculiar, era una familia extraordinaria. Daniela, la hija menor de ese par de tórtolas, podría pasar lo mismo que ellas... Pero, ¿será más in...