Empezando

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Fue muy larga la noche. Quizá porque no quería dormir y no soñar con lo que paso anoche.
Deje escapar un suspiro mientras desayunaba.
Me había olvidado completamente de Carmen y los chicos, hace como diez mil años en que me insisten en salir. Y yo no quiero. Mierda... No se que hacer. No saldré jajaja, me valdrá un carajo..
-¿te llevo al colegio?
Pregunta mi mamá Cal.
-eh.. No mamá, quiero irme en mi moto.
Digo yo sonriendo.
-bueno, pero con mucho cuidado niña
Habla ella mientras salgo de la casa.
Me colocó el casco de seguridad, enciendo la moto y arranco en dirección al colegio.
Era temprano, el sol apenas estaba iluminando, mi chaqueta se humedecía por la brisa y mi moto se mojaba con la ella.
Sentía algo en mi interior, algo diferente. Quizá porque soy diferente ahora.
Llegue al colegio y miró a Carmen esperándome en la entrada.
-¡Chica!
Grita.
-hola
Digo sonriendo mientras me bajo de mi motocicleta.
-joder, vaya que te miras sexy. ¿Hay algún pretendiente que quieras conquistar?
Pregunta entre risas
-claro, quiero conquistar te. ¿Lo he logrado?
Le respondo de manera cínica.
-un poco, que con ese trasero mueves la Tierra.
-jajajaja, muevo la Tierra con un pestañeo.

Hablábamos mientras íbamos hacia el salón de clase.
-a que la perra de Miller llegó y está esperándonos para mandarnos a castigo.

Mierda, me había olvidado que le dicen Perra. Eso no me agrada en absoluto.
Ella es mía, y nadie puede llamarla así.
Mierda, ahora mi cara puede ser un completo poema.
-¿Dan que tienes?
Escuchó a Carmen.
-nada. Vamos a clase.
Habló creo que normal.
Caminamos a clase y llegamos a la clase de Cate.
Toque la puerta y allí estaba ella. Al verme quiso ocultar su amago de sonrisa y yo igual. Creo que nadie se dio cuenta de lo que pasaba.
-buenos días profesora Miller, lamentamos la tardanza. ¿Nos permite pasar?

Ella me mira y ve que a mi lado esta Carmen, pone esa cara de perra que sólo pone cuando algo le desagrada.
-déjeme ver... Ambas llegan tarde, 10 minutos tarde a mi clase. ¿Por qué llegan a esta hora?

Dice con clara molestia.
-por mi parte profesora, vine un poco tarde porque mi madre me pidió conducir con cuidado ya que es la primera vez que conduzco mi motocicleta fuera de mi avenida.

Habló con mucho cuidado. Procurando no hacer enojar a Cate.
-y yo profesora, estaba esperando a Dan para algo importante.

Cate me mira con cierta interrogación y a Carmen con un poco de recelo.
-si las dejo pasar... Me aseguran que no volverán a llegar tarde?
-si.
Ambas afirmamos al instante.
Nos dejó entrar y yo me senté en mi lugar. Justo delante de ella.
Me hizo una señal para tomar un libro.
Mire hacia la pizarra y decía "libre albedrío, elijan su lectura de hoy".
Mire algunos títulos, pero me llamó más la atención un mundo feliz de Aldus Huxley.
Comencé a leer, casi lo devoro. Cuando levanto la vista veo a mi queridisma Cate observándome.
Tomó mi teléfono y le escribo un pequeño mensaje.
"-Deja de verme ;)
-no puedo evitarlo
-lo estas haciendo obvio nena.
-ash, te extraño mucho Daniela.
-y yo a ti, pero stoop."
Sonrió al enviar ese último mensaje y vuelvo a la lectura.
Sonrojada y más que avergonzada por la sonrisa que provoque en Miller sigo con mi lectura.
Escuche a muchos removerse en su asiento y cuando levanto la vista, miro como Carmen sale del aula y se pierde entre el mar de compañeros en el pasillo.
¿Pero que mierda?
¿Me quedé dormida?
Perra madre.
Si, me quedé dormida.
Carajo.
-¿te sientes bien?
Escuche a Miller cerca de mi.
Al instante siento esa misma corriente de electricidad recorrer mi cuerpo. Esa cosquilla constante en mi entrepierna. Carajo, es como si me hubiera hecho ninfómana.
-si, estoy bien. Sólo que supongo me adentre demasiado en el libro y me dormí.
Digo con una sonrisa cínica y burlona en el rostro.
Ella sonríe de medio lado
¡Vaya!
¿Podría alguien ser más perfecto que ella?
-vamos, te acercare a tu casa.

Menos mal, no quería caminar.
-gracias cariño, te miras bellísima siendo la profesora más odiada de todo el colegio.

Cate ríe con mucha gracia.
-en realidad me arreglé para ti.
Dice sonrojada.
-mi vida, me encanta cuando dices esas cosas, desde mi libido más profundo te lo agradezco.
Me acerqué a su oído y mordí su lóbulo suavemente, para después decirle.
-gracias por todo, por hacerme tuya, por permitirme ser tuya y por aceptar ser mía.

Cate se gira hacia mi y me observa muy detenidamente.
-hace rato que tengo ganas de besarte. Dice con sus ojos azules profundos y sus pupilas dilatadas.
Me toma de la mano y me conduce a su oficina, abre la puerta y cierra con candado, justo antes de acorralarme en ella.
Nos besamos, como si nunca lo hubiéramos hecho. Besos suaves y besos pasionales, besos de amor y entrega y besos llenos de lujuria.
Me fui directo a su cuello, me aferre a su cintura mientras lamia y cupaba su cuello blanco y perfecto.
Se le escapaban pequeños jadeos... que retumbaban en mis oídos.
La lleve hasta su escritorio y comencé a quitarle el saco, la blusa y cuando estaba por sacar su sostén mi estúpido teléfono nos interrumpió.
Agitadas, tratamos de controlar nuestras respiraciones y veo que es mi mamá Cal.
-hola?
-cariño, una sorpresa. Hoy voy a dar una cena. Bueno en realidad es una cena común y corriente, sólo vendrá Lourdes y Catherine. Son las únicas invitadas, bueno ya sabes de George y Leonardo. Así que no llegues tarde niña, no es formal pero tampoco te quiero en pijama.
-jajajaja, ay mamá seré la más bella de la cena. No te preocupes. Si, de hecho acabo de salir del cole. Así que nos vemos.
-anda, te amo hija.
-yo igual mamá.

Termine la llamada y veo a mi querida mujer colocándose su vestuario.
Se mira en un espejo y retoca su maquillaje un poco. Su cabello y después me mira con esa sonrisa tan sexy que la caracteriza.
-fue una lástima que mi mamá nos interrumpiera, no sabes las ganas que tengo de hacerte el amor aquí.
Digo yo un poco sonrojada.
Ella comienza a reír y me acomoda el cabello, para después darme un beso en los labios.
-vamonos, que ya se hasta tarde. Y no quiero que castiguen a mi hermosa mujer.
Habla Catherine mientras abre la puerta de su oficina.
-mi pregunta más grande es ¿por qué siempre eres la última en salir del colegio?

Le pregunto a Cate mientras caminamos por el estacionamiento.
-bueno, porque es mi colegio. Lo compré hace algunos años, sólo le pagó a la directora para que esté allí, aunque me pertenece.
Dice ella de lo más normal.
-¡carajo!
Digo yo sorprendida.
-mi amor, ¿por qué crees que estoy tan despreocupada de besarte aquí?
Me dice ella mientras hunde su nariz en mi cabello.
-me encanta tu aroma.
Dice ella apenas en susurro.

-Dueña del colegio, salgo con la profesora más severa de mi colegio y que aparte es la dueña de este.
Habló sorprendida.
-todo esta a mi favor.
Habló ya más divertida.
Entramos en su auto y le doy un sorpresivo y corto beso.
-si, no me lo esperaba. Estuvo lindo
Cuando nos íbamos a volver a besar ahora fue su celular el que interrumpió.
-diga.
-si mamá, no mamá, ¿a qué hora?, Si ya se donde vive. No te preocupes ahí estaré, si sin falta. ¿Por qué dices eso?, ¡Mamá!, Ya, ahí estaré. Si besos.

Habla ella apenada.
Yo la miró divertida y quizá si. Este es el momento para admitir que la amo.
-ya me avisó mi mamá sobre la cena.
-¿que haremos?
Le pregunto.
-si quieren saber y nos preguntas yo no voy a mentir. Me he mentido toda la vida como para ocultar la mayor felicidad que tengo.

Habla ella decidida. La beso con ternura y acaricio su pierna.
-si preguntan lo admitimos, aunque no sea formal lo nuestro. Pero yo tampoco pienso ocultar todo lo que significas para mí Catherine. No debería decirlo, pero de verdad... creo que te amo

Fui bajando el volumen de voz. Y ella sorprendida se gira hacia mi con una sonrisa.
-¡SRTA. CIGES, ES USTED LA MEJOR ALUMNA QUE HE TENIDO! ¡ADEMAS DE LA MEJOR AMANTE! ¡YO LE AMO AUN MAS A USTED! ¡¿DEME EL BENDITO HONOR DE SER MI NOVIA, MI AMIGA, MI TODO?!

Comienza a gritar en medio del tráfico. Me da un ataque de risa mientras le tapó la boca.
-claro que si Srta. Miller, pwro deje el escándalo, ya se que se sacó el gordo conmigo pero basta de sus dramas. Concentrece en la carretera

Digo muerta de la rusa, en pleno boulevard, me valió un carajo todo y la bese, con ese amor que me provoca.
Ella correspondió decidida, con su bendita lengua tocando mis labios, acariciando mi lengua.
Cundo nos separamos veo en el auto de a un lado a alguien familiar, sorprendido... sorprendida.
¡CARMEN!

No sabía. Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora