Daniela POV.
Te prometo sostenerte en en mis brazos. No se por qué estoy tan asustada, nunca había estado así antes.
Se que te necesito, se que no es fácil y que nadie es perfecto.
Pero eso no me importa en absoluto, ella Catherine Miller se ha convertido en alguien tan importante en mi vida. Tan especial, tan indispensable.
¿Qué me haz hecho Catherine Miller?Llegue a casa y era mediodía y su luz iluminaba alegremente mi alma.
Seguía sonriendo mientras tomaba una manzana de la nevera.
Una botella de agua y un chocolate de barra.
Saque el libro que me pidió y comencé a leer el primer capítulo.
¿Ya habrá llegado a su casa?
Debería conseguir su número de teléfono.
Así sería más fácil encontrarla y cuidarla.
¿Excesivo?
Creo que si, pero le amo. Y no me gusta que nada de lo que considero mío este en peligro
Sólo considero necesario tenerla a mi lado.
No soportó la idea de que alguien más pase por su mente o por su camino.Miró la hora y son las cuatro de la tarde.
Aviso a mis madres que iré a leer al parque y ambas dijeron que así, así que arranque mi motocicleta hacia al rumbo de la casa de Catherine y lo primero que veo al llegar es a ella con ese traje ceñido a su cuerpo de hoy, sus cabellos cubriendo su rostro de una forma tan sensual y sus labios entreabiertos.
Me mira y sonríe mientras sujeta un mundo de cosas, cajas y más cajas, libros y carpetas.Estacionó mi motocicleta en su garage y de inmediato la ayudo. Mientras ella se las arregla para abrir la puerta.
-Cariño que si no te apresuras llegó a China atravesando la Tierra con tus toneladas de librosDigo riendome y Catherine se ríe y me da un leve golpe en el hombro.
Entre de nuevo en su casa y ella ahora me ayudó a mi a acomodar sus cosas en una mesa.
-sientete como en tu casa DanielaMe dice amablemente.
-gracias.
Respondo de la misma forma.
-¿quieres un vaso de agua, jugo?Me pregunta mientras se quita su chaqueta.
La miro de pies a cabeza y me centro en sus senos y como esa blusa los delinea a la perfección.
Siento mi cara arder y mi garganta seca como un desierto.
Cuando Catherine se da cuenta miro como se sonroja y aparta la mirada rápido.
-agua. Por favor.Digo tímida.
Un minuto y ya tenía un vaso de agua fría en mis manos.
Catherine se sienta a mi lado y me mira
-Daniela, yo acabó de terminar con mi pareja. Tengo como tres días de haberlo hecho o quizá menos.Me dice sincera.
-y que?
Digo yo de la misma forma.
-¿no te incómoda lo que paso?
Me pregunta
-no, Catherine, antes de ti no tenía ni puta idea de como ligar. Antes de ti no sabía que era interesarse por alguien más. Antes de ti no sabía lo que era pensar en alguien más. Soy una ególatra egoísta que ama tener sus posesiones cerca, vanidosa y soberbia que ama verse hermosa y ahora todo esto tiene sentido cuando te veo. Quiero estar hermosa para ti, poseerte a ti, amo que estés aquí y me abras los ojos en esto. Se que es incomodo, porque quizá es nuevo. Pero yo no lo siento así, siento que te conozco mejor que nadie y siento que me conoces tu también. Catherine, ¿no ves que me tienes como una idiota?Le digo muy cerca.
Ella sujeta mi mano y la acaricia lentamente.
-Daniela... No se que hacer, de verdad. Siento algo que crece en mi interior y no lo puedo ocultar. No se lo que me pasa y sólo tiene sentido si tu estas aquí.Ahora me dice ella cerca de los labios mientras sonríe.
Esa maldita sonrisa, hermosa, tímida y un poco pervertida.Esa sonrisa que nadie más que yo puede ver, esa sonrisa que se oculta detrás de esa fachada de malas manías y de desprecio y apodos idiotas impuestos.
Detrás de todo eso, esta ella... La mujer que me enloqueció y que se encargó de tenerme en un lugar que no creó que alguien más pueda colocarme.
Y no espero ni deseo que lo hagan.
No hay día en que no piense en sus tersos labios y el tiempo que quiero brindarle.
Es tan importante para mi que lo sepa. Y no se cómo demostrárselo.
Quizá estoy completamente a su merced.
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No sabía. Segunda parte.
Teen FictionCaliope y Victoria por fin habían hecho su vida juntas, dos hijos que adoraban y una familia que además de peculiar, era una familia extraordinaria. Daniela, la hija menor de ese par de tórtolas, podría pasar lo mismo que ellas... Pero, ¿será más in...