Regrese a con mis mamás, y no alcance a ver a George por lo tarde que era. Tenia que volver a casa por las clases de mañana. Conduje con cautela por las calles, una preocupación menos. Mi hermano esta mucho mejor, esta bien...
Pero algo perturbaba mi mente, algo color fuego quizá mi mente se retorcía de regocijo o tal vez, solo era algo pasajero. Con intervalos raros en mi cabeza llegue a casa. Y no sabía si definir esto como una confusión o algo tan transitorio como una moda. No sé.Llegué a casa con la decisión de dormir y conciliar el sueño. Pero rodé en la cama, y no lograba cerrar los párpados. Me causaba ansiedad pensar en que estaba sintiendo cosas extrañas por Julianne. Pero entre tanto rodeo sin rumbo de mi conciencia caí en conclusión que Cate me hace sentir amor y felicidad.
Así que tranquilamente comencé a reconocer la cara de Morfeo entre mis sueños extraños.
Y así como esa noche pasaron días, hasta que salió Georgie de ese hospital y dejé de ver a Julianne. Y desde que dejé de verla no hay más esos pensamientos confusos.
La graduación había llegado, entre formalidades y bullicio, entre desorden y despedidas me gradué del bachillerato. Decidida a entrar a una carrera completamente diferente. Medicina, pero no sería en cualquier sitio sino en el ejercito canadiense. Y cuando lo dije, vaya que tomó a todos por sorpresa. Querían que me fuera a Berkley.
-esa carrera no es para ti Dan...
Decía Georgie preocupado en la cena de festejo por mi graduación.
-yo siento que sí lo es hermano, quiero ayudar... sé que se escucha complicado familia, que es extraño pero incluso los entrenamientos de servicio general me interesan y me gustan, dedicarme a ser medico militar y ayudar a todos los soldados que han perdido partes de sus cuerpos. Siempre he querido ser una súper heroína. Y creo que esta profesión es una manera noble de serlo.
Les comunicaba a mi familia, sí me hacía ilusión pensar en ayudar a los soldados, en pleno conflicto cuando piensen que la esperanza está perdida. Llegar a salvarles la vida si es posible y traerlos a casa.
-yo estoy feliz si tú lo estás preciosa.
Me respondió mi mamá Vica.
-solo tienes que cuidarte, aprender y defenderte cielo. Aquí está tu familia pata apoyarte e impulsarte en todo tu camino.
Mi mamá Cal complementó.
-es algo que es importante para mi, algo que siento que nunca antes había tenido tal impacto en mi.
Musite.
Continuamos aquella cena sin más fricciones incomodas por mi futura profesión. Cate me observaba constantemente y sentía todas esas preguntas en su mente formulándose con la rapidez nata que esa mujer tan hermosa poseía.
La noche se largaba entre copas y brindis, entre lágrimas de risas y sonrisas nostálgicas. Era un momento que jamás olvidaría. Teniendo a mi lado a la mujer de mi vida, Cate y a las mujeres que me dieron la vida: mis madres. Este momento me llenaba y me hacia sentir que todo valía la pena. Fantástico sentimiento. Sentimiento de pertenencia y hogar.
Tres meses después...
-¿lista Daniela?
Mi mamá Cal me decía antes de llevarme al cuartel. Desde que lo pisará me convertiría en estudiante de allí, futura médico militar y estaría internada allí por mucho tiempo. Con descansos cada semana. Cada fin de semana libre para irme con mi familia y con mi Cate.
Me miré al espejo y el uniforme me daba un aspecto diferente a como siempre fui percibida. A una superficial chica cuyo mundo estaba a sus pies. Ahora me encontraba con un aspecto con orden, equilibrado y disciplinado. Como si fuese otra etapa de mi vida, otro escenario.
Mi madre me llevó a la Academia Militar, hoy era el día de presentación oficial después de haber pasado el entrenamiento general y todas esos procedimientos de filtraciones. Estaba en forma y lista para convertirme en medico militar.
-Bueno cariño, te veremos el próximo fin de semana. Aprende lo más que puedas. Eres brillante Dan, estoy muy orgullosa de ti hija.
Me dijo mi mamá Victoria antes de abrazarme con lágrimas en sus ojos. Era la primera vez que me iría a vivir lejos de ellas. Empezaría a ser independiente.
-estamos muy orgullosas de ti.
Afirmó mi mamá Cal.
-te echaremos de menos mi cielo, cuando llegue tu descanso tu hogar te estará esperando. Tus madres te estaremos esperando, y tu novia te estará esperando.
Reitero mi mamá Cal. Asentí ante tal dulce comentario y la abrace con toda la fuerza que pude. Pues alejarme aunque sea para forjar mi futuro, me dolía después de todo yo seguía siendo la niña de mamás. La niña consentida, la niña de casa que hacía travesuras en el patio trasero de su casa. La misma niña que usaba la ropa vieja de su hermano, la misma niña caprichosa que se enamoró de su increíble profesora. Este paso, la niña que está dando este paso, lo hace por una simple razón. Llenar aún más de orgullo a todas las personas que la aman por lo anterior dicho. El honor de ser Cigés Boné tiene que ponerse aún más en alto. Demostrar con dignidad la estirpe, la nobleza y seguridad de haber crecido en el hermoso y seguro hogar al que pertenezco. Ser y seguir siendo la misma chica educada por sus dos madres, amada por sus dos madres y su hermano mayor. Amada por esa mujer que la ha apoyado hasta en sus ideas más locas. Catherine, la mujer más deslumbrante, adorable y ególatra que existe. Soberbia, altanera y hermosa. Preciosa, asombrosa y vanidosa. La mujer cuyos adjetivos conforman el poema al amor, que ella misma es el monumento al amar. Que el Pangea tuvo como objetivo su creación. Que la evolución cometió ese cambio por ella. Por Catherine. La perfección.
-te amo tanto Dan, eres una gran chica. Y te esperaré cada día que sea necesario. Es un hermoso y dadivoso camino el que has elegido, algo tan puro y pulcro, tan solidario y altruista. Algo de héroes... el mundo estará a tus pies. Seguirá estando a tus pies. No te derrumbes por nada mi niña, lograrás tus metas porque sabes esforzarte. Vendré por ti el viernes mi amor.
Cate me dijo dándome un abrazo y un beso enorme que recorrió todas mis vísceras y mis entrañas. Recorrió mis venas para quedarse y estremecer mis sentidos. Perturbar mis señales y darme la alegría suficiente para el día. Era la hora de avanzar y ser, ser lo que había decidido ser. Ser, ser alguien lleno de humanidad. Representar lo que significa ser humano.
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No sabía. Segunda parte.
Teen FictionCaliope y Victoria por fin habían hecho su vida juntas, dos hijos que adoraban y una familia que además de peculiar, era una familia extraordinaria. Daniela, la hija menor de ese par de tórtolas, podría pasar lo mismo que ellas... Pero, ¿será más in...