Miedos

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Julianne pov

-¿Liv?

-¿sí mamá?

-¿qué piensas de Daniela?

-estás enamorada de ella, ¿cierto?

-Liv, ella acaba de perder al amor de su vida. Cariño, no puedo enamorarme. La aprecio mucho por lo que hace por ti.

-mamá, ella necesita ese tipo de apoyo. Ver que le interesa al mundo. Yo te conozco mami, sé que estás enamorada de ella.

-hija no digas tonterías. No estoy enamorada de ella, es mi amiga.

-lo que digas mamá, pero estás cambiando para ella. Y eso significa que le quieres gustar. Y no digas que no, que es muy notorio. Mamá cuando ella esté lista para rehacer su vida, me gustaría que fuera en esta casa. Pero claro, ella decidirá cuándo y con quién.

Un claxon se escucho afuera y era Daniela esperándonos para llevarnos, a Liv a su colegio y a nosotras al hospital.

Fuis en seguida y Liv se subió saludandola como siempre. Y yo por mi parte.

-buenos días Dani.

La salude mirándola, tal vez esté enamorada de ella. Pero sus ojos café son tan profundos. Son como si no quisieran ser descubiertos. Como si ocultaran secretos y miedos.

-buenos días Moore. ¿Listas para irnos? Oye, Julianne ahí hay donas por si ambas gustan una.

-tú y tus donas Dan, ¿cuántas cajas te comiste antes?

Liv la cuestiona entre risas, me contagia al ver la cara de pocos amigos que pone Daniela.

-me comí una caja para desayunar. Soy una mujer fuerte que necesita muchas calorías para tener energía porque las quemo en cuestión de minutos de ejercicio. Así que, este cuerpo se puede dar ciertos caprichos.

Responde, enseñando sus brazos delineados. Negué con la cabeza. Esta chica sí que era vanidosa. Llegamos al colegio de Liv, se bajo y tomo una dona en la boca para salir hecha fuego de la furgoneta.

Y hablando de furgonetas...

-Daniela ¿por qué tienes esta vieja camioneta?

-¡oh! Es una larga historia. Fue la primera camioneta que compre con mi dinero. No era la gran cosa, pero me enorgullecía tener algo propio. Con esta misma furgoneta me mude a la casa en la que vivo ahora y mi antigua esposa también sentía vergüenza de la vejez de esta camioneta.

La miré reírse con nostalgia. Aunque yo sienta atracción por ella, ella jamás olvidará a su gran amor.

Daniela pov

Ella guardó silencio y seguí conduciendo hasta llegar al hospital. Se bajó murmurando gracias y se adelantó. Tendría prisa por llegar a neuro. Llegué a urgencias, no había tanto movimiento. Solo algunas puntadas y algunos infartos.

Llegó la hora de comer, y fui a la cafetería donde miré a Julianne hablando con alguien que no reconocía y parecía que estaba pasando un muy buen rato. Era una mujer rubia, que increíblemente se parecía a Cate de espaldas.

Me senté sola a comer mi almuerzo, no quise prestarles atención aunque algo me llamaba a hacerlo. Lo evité y me concentré en el estúpido libro que tenía delante de mi. Un libro sobre Medio Oriente. Intentaba aprender la cultura y comprender el porqué del conflicto.

Sin darme cuenta, volví a levantar la vista y miré a Julianne riéndose junto a esa mujer. Algo en mi se molestó, pero lo controlé porque era algo sin sentido.

No sabía. Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora