Daniela pov
-Han pasado, dos meses, cuatro días y 13 horas de haberte perdido Catie. Han pasado los días donde solo puedo acostarme para no dormir, ir al cuartel para agotarme y trabajar hasta el cansancio para llegar a llorar.
No sé Catie, no sé cómo lidiar con tu ausencia. No sé cómo dejar de mirar Bob Esponja en las noches porque no soporto el maldito silencio. No sé como alejarme del whiskey. No sé como mantenerme lejos de la tristeza.
Mi amor, han pasado dos meses de que ya no estas aquí y yo sigo amándote, que Dios aún no entiendo porqué te la llevaste. Sigo trayendote flores después del trabajo. Sigo viniendo en las mañanas antes de irme al cuartel, sigo gritando que ya me voy antes de salir de casa, sigo dejando las llaves debajo de la maceta del pasillo por si regresas primero que yo. Catie, no sé cómo superar esto, tenías razón en que sufriría, pero no podía alejarme. Te amaba tanto y aún lo hago, aún me provoca dolor. Dios, mi amor que no sé como avanzar. Sé que me he estancado en esta trinchera de dolor. Sé que no he buscado ayuda como me dijiste hiciera, pero Catie no he parado de darte luto. Que mi duelo por ti sera sin medida. Que no puedo de la noche a la mañana superar esto. Sé que te prometí ir a terapia para no sufrir, sé que para que no cayera en depresión. Pero yo también morí, morí por dentro Cate... me morí por dentro.Me puse a conducir antes de llegar al cuartel, me detuve a fumar. Un vicio que llegó después de tu partida. La ansiedad me dominaba, me sometía y yo como la cobarde que soy caí rendida. Sé que esto no quieres para mi Catie. Pero hubiera preferido ser yo la que muriera.
Las madrugadas completas me la paso dibujandote en mis manos, pretendiendo que tu cuerpo está a mi lado. El ejercicio en exceso para ocupar mi mente, la lectura en exceso para no dejar un solo minuto libre. Pero por las noches, cuando ya he acabado con las actividades, me limito a ver los dibujos animados, a jugar videojuegos, a pensarte y creeme que la última, me martillea el alma.
Mi rutina ha sido esa Catie, mi rutina a la espera de un cupo y un llamado al frente. Llamalo suicida, llamalo valentía o estupidez. Pero quiero ir al Medio Oriente. Quiero salvar personas Catie. Y sé que es peligroso, pero ya lo de menos es mi vida. Esa ya la perdí. No busco morirme Cate, no busco matarme sino solo busco encontrar otro sentido, sé que hay oportunidades de morir y sinceramente me importa poco si muero o no, pero mi único propósito en ir es que voy a procurar hacer el bien. En fin mi amor, te he contado cada uno de mis planes. Lo sé que el último es el que menos te gusta, pero qué le haré si esto es a lo que me dedico.
Mis madres, se me olvidaba, ellas quieren llevarme de viaje a Tailandia o alguno de esos países de pacifico sur. No quiero ir, pero ambas están muy preocupadas por mi, piensan que quiero matarme o algo. Van a visitarme a casa de vez en cuando y ven que ni siquiera he limpiado, que no hay nada sucio, más que el polvo que se va acumulando sobre los muebles. Se han llevado tu ropa, tu almohada y me han dejado solo una foto juntas. Dicen que es por mi bien, mis madres y la tuya. Hablar sola contigo Catie, sé que no es sano. Sé que no es normal, pero hablarlo en mi cabeza es el único momento donde me siento completamente capaz de hablar de mis sentimientos. Donde puedo dejar de fingir que estoy bien. Aunque es obvio que notan que no estoy bien.
Pero bueno, Catie... mi amor, la última noticia es que en dos semanas en lo que me dan un bacante en el frente, me han dado trabajo en urgencias en el hospital de la ciudad. Al menos pasare muchas noches en vela procurando salvar vidas. Sí lo sé, estará pesado... pero me interesa Catie. Debo dejar de pensar en la soledad de tu partida. En tu ausencia, debo intentar pensar en mas cosas para poder dormir por las noches. No te puedo superar amor mío. Jamás lo haré, pues el más grande y hermoso amor lo viví a tu lado.
En fin, de aquí para allá con trámites y papeleo inútil para irme del cuartel al hospital de la ciudad. Ojalá me llamaran para ir al frente.
-Bienvenida Dra. Ciges. Soy la doctora Allison Jensen, soy la doctora en jefe y viene con muy buenas recomendaciones de la directora de la escuela de medicina de la milicia y la marina.
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No sabía. Segunda parte.
Teen FictionCaliope y Victoria por fin habían hecho su vida juntas, dos hijos que adoraban y una familia que además de peculiar, era una familia extraordinaria. Daniela, la hija menor de ese par de tórtolas, podría pasar lo mismo que ellas... Pero, ¿será más in...