Daniela pov
Carol decía tanto con palabras tan sencillas, con su cuerpo hablaba con ligereza. Había algo en ella que inspiraba confianza y su mirada sin lástima me agradaba. Empezaba a tener una relación muy fraternal con mi jefa y aunque cualquiera pensaría mal de ello, a mi me hacía bien. De esa charla en la noche frente al lago siguieron muchas... los recuerdos que tenía se los decía sin omitir detalle alguno. Quizá porque no podía seguir guardando mi propia mierda y quizá quería expulsarlo como vomito.Había un lazo de confianza que no tenía con Carmen, que no tenía con Camilia o con Liv. Había algo más maduro y profundo en esta relación amistosa y tal vez era similar a la de una psiquiatra con su paciente.
En el hospital era diferente, no podía relajarme como lo hacía con Carol. Ver a Julianne me ponía mal, aunque nunca le dije a Carol que Julianne era la mujer que me ayudó a superar a Cate.
-tienes tantos secretos Daniela...
Hablaba Carol con un trozo de pizza en sus manos.
-ya te he dicho su mayoría.
Contesté mordisqueando el queso con los pimientos.
-¿cómo se llamaba tu esposa?
Preguntó curiosa
-Cate, Catherine Miller.
Sonreí para mis adentros.
-¿de qué murió?
-cáncer de páncreas.
-¿quieres hablar de ello?
-no lo sé, casi nunca lo hago.
-deberías, tal vez podrías expulsar algo que te esté mortificando.
-mierda, siempre encuentras la manera de hacerme expulsar más y más secretos
-por algo soy tu jefa, niña...
-la conocí muy joven, cuando recién llegué a Vancouver. Iba en el bachillerato, quería mi bachiller en letras. Lo sé, nada qué ver con la medicina. Pero igual, el destino me hizo caer ante ella. Era mi profesora de literatura, una mujer que todo el mundo la odiaba. La llamaban "la perra Miller", y empezamos con el pie izquierdo. Fue un ir y venir de insultos y altanería que a decir verdad eran infundados por una atracción que no podía medir. Un día después de haber vivido una experiencia horrible porque la hice enojar de una manera horrorosa, me hizo llorar por un parque, me siguió y me abrazó por la espalda diciéndome que deberíamos iniciar de nuevo y así fue. Algo fluyó entre nosotras demasiado rápido, desmedido, demasiado inquieto. Me enamoré de mi profesora de literatura, y ella se enamoró de mi. Vivimos una vida hermosa aunque corta y procure hacerla feliz. A vísperas de nuestra boda, pasa un accidente que dio comienzo a uno de los capítulos mas tristes de mi vida. Su vestido de novia estaba salpicado de sangre, me casé con ella en el hospital central de Vancouver... siete días después, la perdí. Fue sepultada en el mausoleo de su familia un abril... y muchas cosas de mi se fueron con ella.
-dirías que eres un rompecabezas.
-sí, no solo físicamente...
-emocionalmente
-creo que Cate se llevó muchas cosas con ella. Y claro está que nunca volveré a amar a alguien como la amé a ella. Puedo amar de diferentes maneras, pero con Cate... fue algo extraordinariamente distinto.
-¿te duele todavía?
-la sigo soñando. Pero no de una forma en la que me estanco. No, así como mis pesadillas de Siria, a veces sueño días de campo con Cate o cuando me mudé con ella.
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No sabía. Segunda parte.
Ficção AdolescenteCaliope y Victoria por fin habían hecho su vida juntas, dos hijos que adoraban y una familia que además de peculiar, era una familia extraordinaria. Daniela, la hija menor de ese par de tórtolas, podría pasar lo mismo que ellas... Pero, ¿será más in...