Día dos, año dos.

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Julianne pov

Desperté en una camilla, Carmen me miraba como si algo extraño acabara de suceder. Un sentimiento de vacío me inundó y mi corazón daba vuelcos desorbitado y dolorosos porque algo estaba pasando.

-¿Dra. Moore?

Preguntó ella muy consternada.
Me quedé callada viendo al vacío. Esto no debería estar pasando. Me dijo que regresaría y pasa esto. Dios, devuelvemela.

-su hija está aquí Doctora Moore.

Miré a mi hija y ella estaba sentada preocupada.

-¿qué te pasó mamá? ¿es por lo de Dan?

Asentí con lágrimas en los ojos. Al instante mi pequeña pelirroja se levanta y me abraza.

-mamá ella estará bien. No la dejaran sola.

Nada podía calmarme. Después de años de estar sola y encontrarla, después de meses enteros sin saber de ella. ¿Sucede esto?

-me enamoré de ella Liv. Y ahora no está.

-mamá, todo va a estar bien. Deben de haber escuadrones buscándola. No la dejaran sola.

-¿y si no es así?

Pregunté.

-¿qué tal si no la encuentran?

-mamá ya basta. No te hagas esto. Daniela es fuerte y muy inteligente. Saldrá de esto, lo sé.

No tenía energía de discutir. Mi estado empeoró y pedí retirarme para irme a su remolque. Y quedarme allí hasta que regresara.

Mi hija me llevo allá, miro lo bien cuidado que estaba y solo bajo la mirada. Sabía que sufría por mi. Pero mi corazón dolía. Todo de mi dolía. Estaba tan débil que no sabía que hacer. 

Miré las fotos de Daniela. Las que tenía colocadas en su refrigerador. Una con Liv ambas con uniforme. Y otra de ella y un escuadrón en el norte del país. Y otra fotografía que no había visto. Con una mujer rubia con unos ojos azules preciosos. Ambas estaban en una motocicleta. Se miraban felices. Creo que ella es Cate.

-¿mamá?

-dime

-debo regresar al cuartel. Me dieron solo un permiso por un día.

-anda cariño. Las chicas del hospital estarán al pendiente de mi. Cualquier cosa te llamaré.

Me dio un beso en la mejilla y mi hija se fue a sus deberes. ¿Qué mierda estaba sucediendo en el mundo?

¿Dónde estás Daniela? ¿Dónde?

Sin más energía mi cuerpo se fue fundiendo en sueño. Sintiendo el clima acondicionado del remolque como una brisa marina en un día caluroso de verano.

Cuando desperté seguía en el remolque, lo primero que hice fue encender la televisión y buscar todos los canales de noticias. Nada, no decían nada.

Mi desesperación aumentaba, mi tristeza aún más. No había noticias de Daniela y a ciencia cierta creo que Caliope no estaba en buenas condiciones. Pobre Victoria. El mundo se le estaba cayendo.

Como pude me levante de la cama y tome una ducha en ese pequeño cubículo que Daniela llamaba baño. Claustrofóbico. Una sensación extraña me inundo cuando volví a ver esa foto en la motocicleta de Daniela y su ex esposa.

Traté de ignorarlo pero no pude.

-Catherine, tal vez me has visto tal vez no. Quizá no te agrade o qué sé yo, no tengo idea del porqué hago esto. Probablemente estoy desesperada y no sé a quién más acudir. Te pido por ella, no sé cómo está, no sé si regresara. Cuida de ella, no dejes que le pase algo malo. Tú que puedes verla ayudala. Tú que puedes, hazlo. Porque si regresa, haz que regrese. Para yo poder cuidarla y amarla como se lo merece. Trabajemos juntas Cate, yo no quiero ocupar tu lugar, quiero ganarme el mío. Dejame cuidar de Daniela, ayuda a que regrese a casa. 

No sabía. Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora