Mierda, sin bragas, aún excitada y con ganas de matar a Cate.
Si, si, si, si... es fantástico el amor, nótese mi sarcasmo.
Salí del jardín, y mire a mi mamá junto a Cate al pie de la farola del patio.
-¿vamos adentro?
Pregunto tratando de ocultar mi enojo.
-si, vamos. Es un Creme brulee delicioso. Y lo hizo Cal, así que es algo sorpresivo.Dice mi mamá divertida y algo despistada.
Camino algo incómoda, y siento una corriente de aire que recorre mis piernas.
Veo a Cate que tiene la sonrisa marcada en el rostro.
-cariño te miras algo extraña.
Me susurra al oído.
Saco la lengua y me giro hacia a ella con una sonrisa provocadora.
-para nada cielo, pero ven... acercate.Le digo, se acerca a mi y la tomó de la mano.
-no sabes la que te espera allí dentro mi amor...
Le murmuro en el oído.
Le doy un leve golpe en el trasero y camino más rápido para entrar en casa.
Ella se mira extraña, pero divertida.
Ya estando dentro, me siento en la barra del bar y Cate justo delante de mi. Los demás se sentaron en los sofás un poco alejados de nosotras.
-¿ya casi te graduas cielo?
Me pregunta George
-así es. Un mes y adiós.
Digo yo feliz.
-¿y cómo vas con las clases, las notas?
Ahora pregunta mi mamá Vica.
-bien, voy bien.
Digo yo sonriendo.
-va perfectamente Victoria, no hay nada de qué preocuparse.
Musita Cate.Todos en la habitación empezaron a entablar conversaciones distintas, en las cuales yo no me incluí.
Quería vengarme de Cate por lo que paso en el jardín, más bien por lo que me hizo.
Rompí esa capa de azúcar quemada de la parte superior y fui a la crema.
-Damn.
Maldije, atrayendo la atención de Cate.
Ella mira hacia mi dirección y ve crema en la parte superior de mi vestido.
Levanto la vista y miró sus ojos posados en mi.Ahora es cuando.
Tomo otro bocado del postre y hago una expresión exagerada.
Veo a Cate que se remueve en su asiento.Vendetta.
Dulce y deliciosa Vendetta.
Entreabrí las piernas dejándola ver lo que había en medio de ellas.
Cate abre sus ojos como platos, y traga saliva.-¿estas bien?
Pregunto con aire inocente.
Abriendo un poco más las piernas para que su vista mejorara.
-¿me dices dónde está tu retrete por favor?
Pregunta con cierta insistencia.
-mmh, si, vamos...
Le contesto amablemente.
Cierro las piernas y hago que me siga hacia las escaleras.
Me quedo en el pie de estas y le hago una señal que indicaba que era hacia arriba de las mismas.
-la última puerta, al final del pasillo. Es mi sanitario.Le digo con una sonrisa triunfante en el rostro.
Y ella con un gran enojo en su cara.
Iba a darme la vuelta cuando siento como me jala del brazo y acorrala en contra de la pared.
-Cate, ve al baño.
Digo riendo.
Sus ojos estaban completamente oscurecidos. Sus pupilas parecían abarcar todo.
Ella no se molestó en hablar absolutamente nada.
Y estampó sus labios a los míos. Metiendo su lengua y succionando la mía.Deje que lo hiciera por mucho tiempo pero de un momento a otro pare.
-tienes que ir al baño cielo, se van a estar preguntando por que tardamos tanto.Dije mientras trataba de recuperar la respiración.
-esto no se queda así. Te amo tanto Daniela.Dice antes de darme otro beso. Este más corto que el anterior.
Sube la escalera molesta y al llegar a la parte superior de esta, miro a su dirección y veo cómo se sube el vestido y se quita las bragas que antes me había arrebatado.
Las lanza hacia mi y sigue caminando airosa.
Las recojo al instante y escuchó a mi madre venir.
-¿Daniela?
-¿si?
Pregunto mientras escondo las bragas en mi espalda.
Mierda esa mujer sabe provocarme, pero yo siempre gano.
Le debo enseñar eso.
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No sabía. Segunda parte.
Teen FictionCaliope y Victoria por fin habían hecho su vida juntas, dos hijos que adoraban y una familia que además de peculiar, era una familia extraordinaria. Daniela, la hija menor de ese par de tórtolas, podría pasar lo mismo que ellas... Pero, ¿será más in...