Julianne pov
Regresar de una luna de miel siempre es tedioso pero es aun más nerviosismo saber que podrías ver de nuevo a alguien que la verdad temes por ver.
¿Cómo la miraría? Le prometí esperarla, le prometí estar para ella. Y no lo hice. Pero estaba muerta, la dieron por muerta. Además, ¿cuáles son las probabilidades de verla en el hospital?
-cariño, el desayuno está listo.
Elizabeth se había comportado como la esposa perfecta, me traía el desayuno a la cama. Hoy era nuestro primer día de regreso.
-oye Eliza, creo que le daré las llaves de la furgoneta y del remolque a Liv para que ella se las de a Daniela.
Le tuve que contar a Eliza que Daniela estaba viva. No quería conflictos, después de todo Elizabeth era mi esposa y si decidí estar con ella no me iba a separar tan fácilmente. Decidí iniciar una nueva vida, decidí tener una vida estable.
Eliza ha estado celosa tan solo de que la nombre. Por eso he tenido mucha precaución en no hacerla enfadar, ella no merece eso.-creo que está bien siempre y cuando tú no tengas que verla...
Dijo con el semblante serio.
-no la veré, lo prometo. Ahora vámonos que tenemos muchas cosas por hacer.
Le contesté y sugerí antes de darle un beso.
Elizabeth puso en marcha su auto y las dos juntas partimos al hospital. Cuando llegamos todo el personal nos felicitó y hasta nos dejaron flores en los consultorios. Fue un recibimiento lindo.Busqué a Carmen para darle su recuerdo de Turquía, la encontré en el pasillo de terapia intensiva. Su mirada no era la misma hacia mi. Lo notaba y claramente era debido a su descontento con mi matrimonio. Llegué a su lado y la abracé intentado evadir cualquier conversación de Daniela, por el bien de mi matrimonio.
-Hola Carmen, te he estado buscando por todo el hospital.
-aquí estoy doctora, ya me encontró.
-mira este es un pequeño souvenir de Turquía, espero que te guste porque Elizabeth y yo intentamos conseguir algo de tu gusto.
-me encanta de verdad doctora, no se hubiera molestado. Muchas gracias.
-Carmen, tú has sido mi amiga, no me des las gracias.
Sus ojos se tornaron algo oscuros y solamente me miró diferente. Ocultando algo.
-me alegro que me considere amiga, yo también lo hago. Pero si me disculpa doctora, debo ir a hacer curaciones urgentes.
Se fue de mi lado y bueno, mi pendiente numero uno ya estaba hecho. Así que fui a cambiarme para estar lista y atender a mis pacientes de la lista.
Corrí pues estaba algo apresurada y ya había tardado mucho. Llegué a los vestidores y no había nadie al parecer. Me estaba colocando la parte de arriba del uniforme cuando escuché.-¡Mierda!
Una voz algo peculiar, era ronca y algo ruda. Pero en definitiva era una voz de mujer a pesar de ser grave.
-¿todo bien?
Pregunté por cortesía, caminé para ver quién era y quizá poder ayudar. Pero mi sorpresa fue aún mayor. Ahí estaba Daniela, de espaldas y con los puños contra la banca de madera de los armarios.
Estaba sin verme pero pude notar su torso desnudo, había cicatrices en el... y ciertamente se miraba completamente distinta.
-estoy bien, gracias. No necesito ayuda, no se moleste.
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No sabía. Segunda parte.
Teen FictionCaliope y Victoria por fin habían hecho su vida juntas, dos hijos que adoraban y una familia que además de peculiar, era una familia extraordinaria. Daniela, la hija menor de ese par de tórtolas, podría pasar lo mismo que ellas... Pero, ¿será más in...