Salvación II

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Daniela pov
Esta cobardía de huir...
El mundo entero estaba siendo abandonado. Yo, estaba siendo abandonada por mi misma. Tanto dolor enajenado en mis entrañas. Tanta inconformidad guardada, sin disimulo y sin culpas asumo ese encuentro explosivo de una eternidad sin luz.

Corrí por toda la maldita ciudad. Me sentí abrumada con tanta gente. Mirando cómo es que todos seguían con sus vidas. Mirando como me quedé atrás. No quiero infligir dolor a nadie. No quiero lastimar ni apuñalar confianzas. Pero cuando es suficiente lo es. No pretendo convertirme en una de tantos suicidas del mundo, no pensaba quedarme sin luchar. Pero había sido demasiado esta noche y no me imaginaba regresando allá
Ni por Camila o mis madres, solo quería correr hasta que mi puta prótesis se oxidara con esta neblina. Quería dejar que mis piernas se volvieran estáticas.

Corrí ensordeciendo mis sentidos. Corrí por todas las calles. El sonido de los claxons me despertaban de vez en cuando. Ni gritos ni palabras entraban por mis orejas. Todo se centró en correr, en huir hasta de mi propia sombra. Haberme perdido de esta forma, haberme oscurecido de esta manera. Habiendo dignificando a mi perra suerte. Si ya se va esto, que se vaya sin hablar más. Que se despida y se vaya, pues de tristeza nadie muere y yo no seré la primera.

Dejándome dormir con mi soledad, abrazando una jodida almohada. Compartiendo minutos de silencio con la oscuridad, después que me he roto el alma. No voy a culpar ni a maldecir a cualquiera que haya cruzado mi camino, de amor nadie muere.
Sí te extrañare por todos mis días pero ya no es lo mismo, he de decir adiós a la pelirroja y al incendio con zozobra que ha dejado.

No voy a exclamar que te han alejado de mi guarida. No voy a lamentar que te hayas ido pues así lo quisiste. Voy a dejar de culparme a mi por sinsentidos y desilusiones que no me merezco. Voy a levantar mi dignidad y mi orgullo que estaban difuntos. Que esta loca con pocas neuronas ha dejado atrás sus impulsos idiotas.

No voy a llorar ni a gritar por ese amor que no pudo ser pues de amor nadie muere. Voy a seguir luchando hasta el fin, pues esa es ya, mi perra suerte.

Llegué a un punto desconocido, no reconocía dónde estaba. El sudor corría por mi cuerpo y estaba empapada. Nunca había corrido tanto, nunca había recorrido tanto. Mi vida entera cruzaba mis ojos y nunca había explotado de esta manera. Sabía que había dejado a todos preocupados, pero simplemente no quería volver.

Miré alguna banqueta y me senté en el borde de ella. Traté de relajarme y respirar, intenté expulsar los últimos alientos de furia. La frustración estaba presente y simplemente buscaba forma de sofocarla.

-debes estar demasiado desesperada para haber llegado hasta acá.

Una voz me interrumpió, me parecía familiar aunque no lograba descifrar con certeza de quién se trataba.
Me quedé en silencio e intenté levantar la vista para mirar quién me había hablado.

-Cate...

Mis ojos se nublaron al pronunciar su nombre y ella con esa aura tan angelical me miraba con los ojos cristalinos.

-mi niña, no sabes cuánto me duele que estés así. Te he mirado todo este tiempo. Daniela, ¿cómo estás?

Sentía un nudo en mi garganta. Un nudo enorme que cubría toda mi traquea.

-te he defraudado Catie... no he sido la mujer que querías que fuera.

-a mi nunca me defraudarías amor mío. Yo nunca dejaría de amarte aunque tuvieras los mayores defectos del mundo.

-cariño, he lastimado tanto. Soy incapaz de amar de nuevo.

-el mundo no te ha dado la espalda mi vida. Nadie mi amor te ha dejado, todos a sus maneras sufren. Te he tratado de enviar y poner en tu camino personas que te inspiren.

No sabía. Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora