Corazón de melón: Tu eres mío y yo soy tuya.

"Extrañe esto, maldición"

Han pasado dos días desde que estoy en este maldito hospital, Castiel sigue aquí, solo se va para bañarse y dormir un poco, aunque le he insistido que no es necesario que se quede tanto tiempo el en cada ocasión >>Yo o quiero esta, es mi culpa que estés aquí<< Gracias a ese comentario tuvimos varías discusiones, yo le dije que no es su culpa pero el se sigue culpando.

Agustín a venido a verme solo una vez, me dijo que estaba contento de que estuviera bien y luego se fue creo que fueron dos minutos lo que estuvo aquí, me duele porque el y yo eramos muy cercano y gracias a mi culpa, se esta alejando.

-No veo la hora de salir de aquí. -Susurre.

Y es cierto aquí me siento ahogada, no puedo hacer nada y mi aburrimiento es muy grande, vienen mis hermanos a verme junto con mis padres pero de todas formas me aburro, Castiel me habla y todo pero...No lo se, no es el mismo.

Ahora mismo el volvió a su departamento a bañarse y dormir.

-Es un idiota. -Volví a susurrar.

El ruido de la puerta me a echo sobresaltar, era el mismo doctor al que le había contado todo aquello que me había pasado.

-Buenos días. -Saludo.

Ah, si, se llama Michael.

-Buenos días, Mich -Le salude.

-¿Como se encuentra? -Se acerco a mi y me saco la sabana para descubrir mi muslo.

-Bien, ya no me duele tanto como el primer día -Dije y señale mi muslo- ¿Cree tener un libro? Estoy aburrida.

El soltó una pequeña carcajada y negó y yo bufe.

-¿Donde esta su novio? -Extendí mis puños para que este lo viera.

-No es mi novio, Mich -Susurre algo sonrojada- Te dije que el y yo habíamos terminado.

-Ah, lo había olvidado -Rió- Su telenovela, bueno creo que en dos días mas le daré de alta.

Sonreí ampliamente, por fin podré salir de aquí.

-Aunque extrañare sus bromas hacía los enfermeros. -A echo un vaivén con sus manos.

Lo había olvidado, le hago bromas a los enfermeros ellos al principio lo tomaron mal pero luego se acostumbraron y se ríen de ellas.

-Reí- Gracias, es muy tierno doctor Michael. -Le di unas palmadas en el hombro.

Luego de eso el salió y me dejo sola, una vez mas mi aburrimiento apareció.

Extraño a Castiel, aunque mayormente estamos peleando el me hace compañía, pero mas que nada extraño sus besos y caricias, extraño tenerlo encima, que me diga cuanto me ama...Este no es el Castiel que tenía, todo se fue a la mierda y aunque le de una oportunidad todo quedo en la nada porque viviría con el miedo de que Debrah vuelva y el una vez mas, caiga en su trampa y yo...Quede como una estúpida ¿Por que siempre me va mal en el amor? No importa que haga siempre termino fallando, pensé que con Castiel sería diferente pero no, fue igual que Elías y los demás maldición....

-Hola. -Saludaron sacándome de mis pensamientos.

Es Castiel que traer un pequeño pastel en mano y una sonrisa en sus labios.

-Pensé que te gustaría comer algo de pastel -Susurro- Y antes de que digas algo, hable con el doc.

-Ah...-Murmure y me senté en la cama- Gracias.

Le sonreí a lo que este correspondió.

-¿Como estas? -Pregunto y se sentó en la cama junto a mi.

Comenzó a cortar en el pastel con una sonrisa aun en sus labios.

-Bien, ya no tengo tanto dolor como el primer día que desperté. -Dije extrañada- ¿Paso algo?

-¿Que? -Me miró a los ojos- ¿Por que?

-Nada -Sonreí- Me alegra que estés contento ¿Que sucedió para que estés así de alegre?

Quedo en silencio y se sonrojo.

-Reí- Venga Castiel, escupe.

Toque su mejilla y este se estremeció para luego mirarme directamente a los ojos.

-Yo...-Murmuro- Me...Me entere que saldrás en dos días.

Me sorprendí y me sonroje, pero poco a poco comencé a sonreír.

-Eres muy tierno -Dije- ...Maldición.

No puedo mas.

Tome el rostro de Castiel en mis manos y me acerque a el rápidamente para besarle, lentamente el correspondió en este beso demostraba cuanto realmente lo necesitaba, Castiel dejo a un lado en pastel y se posiciono sobre mi.

-Lo siento. -Susurro una vez que nos separamos- Fui estúpido, no me di cuenta que realmente era a ti a quien amaba.

Una vez mas me sorprendí, que el se sincere es bastante raro pero en este momento, es tierno.

-Ya cállate.

Volví a besarle pasando mis manos por su cuello para comenzar a jugar con su cabello, el puso ambas manos a un costado de mi cabeza. Lastimosamente nos tuvimos que separar por falta de aire.

-Extrañe esto, maldición. -Dijo con una sonrisa aun mas grande que la que tenía anteriormente.

-Y yo. -Susurre- La verdad es que quería hacer esto hace bastante pero...Me enoja el echo que tu me hallas dejado por Debrah.

El suspiro y oculto su rostro en mi cuello, se que jodo bastante con el tema pero en verdad me lastimo.

-Te amo. -Dije.