¿Que sucede con Verónica?

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La medica nos había dicho que era mejor mantenerme bajo vigilancia por lo menos cuarenta y ocho horas, al principio quedarme, una vez más en un hospital no me gusto pero me quede por mi pequeña, no quiero que le suceda nada y daría mi vida por ella. Si él caso llega a suceder se que Castiel será el padre que toda niña desearía.

-Tenemos hambre. - Me queje, Castiel me miro antes de sacar un paquete de galletitas de su mochila, la tome con gusto y le sonreí- Te amo, pelirrojo.

Castiel: Y yo a ustedes. - Sonrió con ternura.

Este chico si que aprendió su lección, en ocasiones puede ser el patán más grande pero sabe como cuidar de mi y ahora, de nosotras. La idea de una niña enamoro por completo a Castiel, se que en cuanto la tenga no va a querer despegarse de ella, la cuidara como lo hace ahora conmigo.

Castiel: Ya mañana podrán irse pero eso no significa que harás lo que quieras, harás reposo por nuestra pequeña. -Señaló mi gran barriga, solo reí y asentí- Tengo algo que decir.

-Continúa. - Hice una señal con mis manos para que siguiera.

Castiel: Ya no viviremos en él apartamento.

-¿Que...? -Dije incrédula, lo miré sorprendida pero él mantiene su sonrisa- ¿Que es tan gracioso Castiel?

Castiel: Que tenemos una casa propia.

Entonces las lágrimas se acumularon en mis ojos, una sonrisa de oreja a oreja se formo en mis labios, Castiel se levanto de su silla y se acerco a mi, me aferre a su cuello y comencé a besar su mejilla.

¿Quien diría que tendríamos una casa propia?

×Dos meses y cinco semanas después ×

Tome la mano de Castiel con fuerza mientras doy una gran bocanada de aire, puje con rapidez y un pequeño chillido se escapo de mis labios.

Castiel: Solo un poco más. -Me dijo acariciando mi cabello y luego lo beso.

Volví a pujar con un poco más de fuerza, después de unos quince minutos deje de sentir una gran presión en mi parte intima. Un llanto me saco de mis pensamientos y miro hacia arriba, la doctora tiene a mi hija en sus brazos, luego la pone en mi estómago y yo acaricio con la poca fuerza que me queda la cabezita de ella.

-Es hermosa. -Solloce.

Castiel dijo algo que no alcance a escuchar, la partera y las enfermeras rieron, comencé a ver todo borroso.

Castiel: ¿Vero? —Dijo con preocupación, lo mire.

Pero eso fue lo ultimo que escuche antes de que todo se vuelva negro.

Corazón de melón: Tu eres mío y yo soy tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora