Corazón de melón: Tu eres mío y yo soy tuya.

No me dejes, amor.

Especial (1/2)

Entre a la habitación ya con mis mejillas mojadas por las lágrimas que caen por esta, me senté en la silla junto a la cama de ella, tome su mano y solloce.

-No puedes dejarme, por favor. —Le rogué con él corazón a mil— Si tu te vas ¿Que va a ser de mi? ¿Que va a ser de nuestra hija? No puedes, tu y Sofia son todo lo que siempre quise, una familia.

Mi voz comenzó a entrecortarse y ya no pude articular una sola palabra, no puedo dejarla ir, no ahora, jamas podría dejarla ir. Una vez, dos veces la perdí y no quiero que halla una tercera, ya aprendí mi lección por él amor de dios. Soy un hijo de puta y lo se, lo admito pero Verónica es quien hace que me ablande, que cambié, que sea otra persona, la persona que siempre quise ser, la persona que quiero que mi hija vea. Quiero que Verónica vea lo que puedo lograr, quiero que despierte y prometo no volver a ser un patán.

-Te amo, por favor...No nos dejes. —Volví a rogar sosteniendo su mano fuertemente, me levante para poder besar su frente, mis lágrimas mojaron sus mejillas.

Ella ahora es lo que más quiero, ella y mi pequeña hija son lo que más quiero y si ella se va ¿Que va a ser de nosotros? ¿Como le diré a Sofia que su madre murió por tenerla? ¿Que le diré cuando pregunte por su madre?

-No, no lo hagas, despierta y demuéstrame que tu no eres la hija de puta en este caso, Verónica.—Hable entre dientes, se que ella posiblemente no me escuche pero ¿Y si lo hace?

Si ese es él caso quiero que sepa toda la verdad, que la amo, que nuestra pequeña hija esta esperando por ella.

-Sofia es tan hermosa, ya robo él corazón de muchas enfermeras, si tu te vas ¿Que le diré él día de mañana cuando pregunte por su madre? ¿Sabe lo que sentirá si ella piensa que te mato?—Acaricié su cabello con delicadeza, sus latidos aumentaron, creo que ella me escucha— ¿Me escuchas? Sofia esta esperando por ti, yo estoy esperando por ti, quiero que vivamos juntos, que nos casemos ¡Que tengamos más hijos! —Una risa amarga salió por mis labios, segundos después un sollozo al igual no puedo reír sabiendo que ella podría dejarme— No me dejes, amor.

(...)

Tres enfermeras me entregaron a Sofia, dijeron que ella ya puede ir a casa pero él problema es que no quiero moverme del hospital, si la doctora no se equivoca posiblemente mañana Verónica correría él riesgo de morir. Pero si ella pasa él día de mañana, se daría que ella esta en coma pero no se sabría cuento tiempo, se que ella despertará, lo se.

-¡Código rojo!—Se escucho, miré hacía la dirección en que las enfermeras corrieron.

Es la habitación de Verónica, rápidamente le entregué con cuidado mi hija a Lysandro, luego corrí hasta la habitación y cuando estaba por entrar un enfermero me saco con rapidez.

-¡Es mi mujer!—Grite intentando que me suelte, pero aun así él de un movimiento rápido me cerro la puerta en la cara.

Lo último que vi antes de que me cerrara la puerta es que él monitor cardíaco no mostraba ninguna pulsación.

No, por favor...