Capítulo 51

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Había olvidado mis guantes y aunque no solía usarlos esta vez pude darle un buen uso. Llevaba exactamente una hora esperando y el frío me estaba calando los huesos. Con el vaho que expulsada intentaba calentar mis mano para luego volver a meterlas en los bolsillos.

— Vaya, has venido. — Giré mi cuerpo al completo viendo a B-Bomb plantado frente a mí. Dicha persona hizo un gesto para que me acercara y así lo hice, pasó su brazo por mis hombros y me obligó a caminar.

— ¿A-a dónde vamos?

— A un lugar más tranquilo y calentito. — Guiñó un ojo y permanecí callado. Estaba congelado, igual un lugar un poco más caliente...

"¿Y si intenta algo?"

— Oye, creo que aquí estamos bien.

— ¿Oye?, pero, ¿qué forma es esa de hablarle a un adulto? — Detuvo nuestros pasos.

— Lo si-siento...

Rio ignorando mi idea de permanecer aquí y volvió a encaminar nuestros pasos a ese lugar "calentito y tranquilo".

Me llevó hasta un callejón algo estrecho. Las paredes estaban llenas de graffitis, y por no hablar de la mierda que tenía el suelo. Muchas de las cosas que vi tiradas por el suelo me arrepentí de haberlas visto.

Al fondo había una puerta cerrada con persiana metálica. B-Bomb sacó un manojo de llaves y buscó la indicaba para abrirla. Haciendo un estruendoso ruido, la subió hasta arriba y me dio permiso para pasar.

Algo asustado, más que nada porque no veía nada, me adentré, pisando con cuidado por donde iba. Unos chasquidos a mi espalda hizo que el local se iluminara por completo y pude ver con claridad donde me encontraba, al parecer era un bar de copas, algo pequeño y un poco sucio, pero que ahora con las luces encendidas no daba tanto miedo.

— ¿Quieres algo de beber? — Cerró la persiana hasta abajo acompañada nuevamente de ese horrible y molesto ruido.

— No. — Fue hasta la barra y sacó una cerveza.

"Cerveza tan temprano..."

— Vamos. — Me indicó con su mano donde debía ir, abrió una puerta y se echó a un lado esperando a que yo pasara.

— Tampoco hace falta entrar a una habitación... — Me quedé en el centro del pequeño habitáculo esperando ver que haría.

— Se está mejor aquí.

Se sentó en un sofá y esperó a que yo lo imitara. Incómodo lo hice, observando aún la habitación y dónde me estaba metiendo. — ¿Lo has traído? — Asentí. — Déjame verlo.

Saqué de mi bolsillo la cartera y, tapando para que no viera nada, saqué un fajo de billetes.

— Aquí tienes. — Él los cogió, comenzando a contar billete por billete. — Ahora déjanos en paz. — Hice el intento de levantarme, pero con un pequeño empujón por su parte volví a quedar sentado.

— ¿Quién dijo que habíamos acabado?

— Creí que...

— Creíste mal. Eres una fuente de billetitos. — Zarandeó los billetes con una sonrisa terrorífica en sus labios, o al menos para mí.

— Ese no era el trato...

— Jamás dejé claro ningún trato.

— Dijiste que si te daba el dinero no dirías nada de Jimin.

— Sí, pero nunca dije que sería una vez. ¿Crees que con todo el dinero que tienes voy a aprovecharme de ti sólo una vez...? — Rio descontrolado. — Además, mantener mis labios sellados sobre lo de Jimin cuesta caro.

Tomorrow [JiKook] [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora