Capítulo 67

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Terminé de darle el último toque y alejándome un poco lo percibí mejor. Quedó perfecto, no pude evitar sonreír, de llevar la palma de mi mano a la pared pintada y acariciar el dibujo como si fuera su verdadero rostro. Tenía miedo de olvidarme de su cara, tanto que quise dibujarlo. No sabía el tiempo que pasaría e incluso puede que jamás lo volviera a ver, por eso pinté cada mechón, cada pestaña, cada brillo en sus ojos... todo, en la pared de mi habitación.

"Jimin..."

Me levanté y volví a pegar el escritorio a la pared, así si entraba mi padre no lo podría ver. Dejé los pequeños trozos de cera encima del mueble y corrí hasta la cama. Miré mis manos toda sucias y coloridas, las cuales tendrán que esperar para ser limpiadas.

Al principio llevaba la cuenta de los días que pasaba aquí encerrado, luego, poco a poco me olvidaba y terminé por no saber ni que semana, día u hora era. Tan sólo el mes, el cual no me era tan difícil de recordar.

Mientras navegaba por mi pensamientos oí un pequeño ruido proveniente de la puerta. Incorporé mi cuerpo y algo que era arrastrado bajo ésta llamó mi atención. Rápido me levanté y me arrodillé para coger el papel que alguien pasó por el otro lado. Lo miré fijamente, había algo escrito en él con tinta azul, la caligrafía era temblorosa y al parecer escrita bastante rápida.


Feliz cumpleaños, JungKook.

Perdóname por todo.

Mamá.


El papel tembló entre mis manos, la tinta azul se esparció cuando fue mojada por una lágrima que cayó justo en una letra, luego otra se hizo borrosa y más seguidas cuando lo que se hizo borroso fue mi vista. Limpie mis lágrimas y absorbí mi nariz. Pegué mi cabeza al suelo y saqué mi mano por debajo de la puerta, o al menos lo que pude. Al otro lado sentí los dedos de alguien.

— ¿Mamá...? — Susurré con más lágrimas ahora mojando el suelo.

— Felicidades, cariño. — Susurró ella con el mismo tono que el mío.

— ¿Qué día es hoy?

— 1 de septiembre. — Contestó acariciando mis dedo por debajo de la puerta.

— Te acordaste.

— Lo siento. — La oí llorar también y no pude evitar sonreír.

Se había acordado de mi cumpleaños... ¿Cuándo fue la última vez que lo hizo?, ¿hace cuántos años?, ya ni recordaba cuando fue, y aunque es un sentimiento triste, ahora mismo me sentía feliz. Nos quedamos así por un rato, tenía mi cuerpo totalmente tumbado, con su mano aún acariciando la mía y su voz al otro lado que me daba calma. Me recordaba algunos momentos, los pocos que vivimos juntos y que no fueron un tormento. Su favorito, cuando me enseñaba a tocar el piano. Comenzó a tararear su canción favorita y con sus dedos sobre los míos a llevar el lento ritmo de la melodía, poco después la seguí yo.

El tiempo era como si se hubiese detenido, no sabía cuanto pasé tirado en el suelo, ni cuanto estuve escuchando su voz, ni siquiera cuantas caricias se llevaron mis dedos esa noche, pero como todo, tuvo que acabar, y este momento de calma después de tanto, no fue menos.

Dejé de sentir su tacto, luego su voz pasó a soltar quejidos y se mezcló con otra voz que tantas pesadillas me hacía tener. Levanté mi cuerpo poco a poco, limpiando mi nariz con el reverso de mi mano y me senté en la cama a esperar.

La cerradura fue abierta y mi padre entró como siempre, alterado. Me miró a mí, luego recorrió la habitación para ver si no había nada extraño o de su desagrado, bajó su vista y vio el papel que me hubo pasado mi madre. Al verlo arrugó el entrecejo y haciendo bola el papel lo tiró al suelo.

Tomorrow [JiKook] [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora