Aunque su estado parece haber mejorado, sólo es un pequeño avance, una imagen que quiere dar y aparentar para no preocupar a los demás. Dentro de él aún persiste temor, nervios y esas pesadillas que todavía le persigue. No está preparado para continuar con la vida que tenía, necesita ayuda y superar lo que más teme.
No le aconsejo que esté rodeado de muchas personas. Recuerde que él vivió su infierno solo. Tampoco le recomiendo que esté completamente solo. Las visitas esporádicas serán de gran ayuda, poco a poco debe volver a acostumbrarse a rodearse por las personas.
Como usted ha asistido a todas sus secciones le pediré encarecidamente que sea quien lo acompañe en toda su rehabilitación. Ayúdelo como le he contado muchas veces, apóyelo sin dudarlo, pero hágale saber cuando se equivoque.
Y sobretodo, nunca lo deje solo.
Eso es todo.
Aquellas fueron las palabras que la psicóloga de JungKook dirigió hacia mí cuando estuve a solas con ella. Desde un principio me propuse a ayudarlo en todo, tanto que ni siquiera tuvo las secciones en solitario. JungKook fue quien pidió que se hiciera así y yo en vez de convencerlo de lo contrario, lo apoyé, pues me negaba rotundamente a dejarlo solo. Ni siquiera lo hacía cuando el mismo JungKook me lo pedía. Tal y como hacía algunas noches entre llantos, con la puerta cerrada y sin dejarme pasar.
— JungKook, por favor, abre la puerta. — Dije con la voz suave y tranquila, aunque por dentro me comieran los nervios.
— No quiero, vete. Quiero estar solo. — Sollozó cerca de la puerta.
— Kookie..., abre. — Di unos pequeños toques casi inaudibles con mis nudillos. — No voy a dejarte solo. Sé que tú tampoco quieres, no me hagas esto, Kookie, por favor, abre. — Un pequeño silencio reinó en todo el pasillo al igual que en la habitación. Luego la puerta se abrió lentamente donde vi el rostro apagado de Kookie entre ésta. — JungKook... — Sin decir nada más terminé de abrir la puerta y lo abracé.
— Lo siento. — Dijo con la voz gangosa y comenzando a llorar una vez más. — Me siento agobiado.
— No, JungKook, perdóname tú. No debí dejar que vinieran todos a la vez.
— Soy una mala persona. Debería querer ver a mis amigos. — Hundió su rostro entre mi cuello y hombro.
— Todo a su tiempo, tranquilo. Es normal que ahora te sientas así. — Lo separé y sequé sus mejillas con la manga de mi camiseta. — ¿Sabes qué podemos hacer? — Él negó mientras absorbía su nariz. — TaeHyung trajo su consola y ha dicho que nos la deja todo el tiempo que queramos.
— ¿En serio? — De repente su rostro cambió, por un momento se iluminó y sus ojos se abrieron a la par. Yo asentí y alcé mi mano para que la cogiera.
— ¿Jugamos? — JungKook asintió y poco tardamos en comenzar a jugar una vez la enchufamos.
— Jimin. — Me llamó mientras dejaba el mando a un lado.
— Dime, Kookie.
— Me aburrí de este juego, juguemos otro. — Asentí y busqué entre todos los que trajo. Alcé uno en su dirección y su mueca cambio de nuevo. — ¿Qué tal éste?
— Es de... ¿lucha? — Miré la carcasa y efectivamente era de lucha. — No quiero.
Sin entender al principio me quedé pensativo, mirando el rostro de JungKook, quién bajó su mirada y luego miré la portada del juego. Fui un poco lento al no percatarme que claramente no quería jugar un juego donde todo se basaba en golpear y dejar k.o. a tu oponente... "Claro, que estúpido soy".
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Tomorrow [JiKook] [BTS]
Fanfiction❝Jeon JungKook siempre ha sido un chico que ha estado viviendo en una especia de cárcel, donde ha guardado un oscuro secreto casi toda su vida y obedecido cada regla que se le han impuesto, pero un día decide romper con ellas y salir en busca de su...