XVI. Abrázame.

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Tsuna -que tenía la cara oculta para que su hijito no lo viera llorar- apretó sus puños con impotencia mientras abría su boca para decir algo:

—Giotto, ve con Hibari-san.

—P-pero oto-chan...

El castaño pasó su brazo para secar sus lágrimas y practico su mejor sonrisa para después dirigirse al rubio.

—Estaré bien, Gio-chan, ve con Hibari-san.

Giotto asintió y salió corriendo, apretando sus manos contra su pecho, con el corazón desbocado, corría y corría para encontrar al señor Hibari. El sabía que podía ayudarles.

Por otra parte, el castaño había dejado de llorar y se sentía más calmado, pues su hijo ya no corría peligro.

—Atrevido... —dijo el castaño como un susurro.

—¿Cómo dices, no puedes hablar bien? —dijo M.M. con burla.

—Atrevidos —dijo más claro—. ¿Por qué apareces ahora, Mochida? Durante largos seis años no estabas. El día del padre Giotto me preguntaba por ti, se ponía triste porque no tenía a nadie.

—¡Tú eras el descarado infiel! —dijo ofendido.

—Cállate y déjame hablar —exigió—. ¿Con qué derecho me olvide de ti? ¿Qué es lo que querías? Seguramente que te esperara todo la vida y lo hice por un año. ¿Sabes cuánto tiempo? 365 días pensando en ti y que volverías.

Mochida lo escuchaba en silencio.

—Y sí volviste, con una amante. Teníamos un anillo, teníamos una casa pero más importante, teníamos un hijo. ¿Qué quieres de él? ¿Qué después de seis años te diga "oto-sama"?

—Estúpido, ¿no eres tú el que engaño a Mochida? —trató de convencer M.M.

—Hay, por favor. Sólo alguien como Mochida lo creería —dijo sarcástico.

—Tsunayoshi...

Mochida se acercó al castaño dispuesto a someterlo y besarlo. Ya no podía estar sin él.

Tsuna horrorizado, sólo pudo pensar en la cara de Hibari. En sus ojos...

—No te niegues, Dame-Tsuna, sé que me amas aún.

"Dame-Tsuna... Hace mucho tiempo que no lo escuchaba"


...


Hibari dejó de buscar y se sentó en una banca, desesperado.

—Señor Hibari, señor Hibari —se escuchó a lo lejos—. ¡Venga por favor!

Hibari vio que estaba llorando.

—¿Giotto-kun, qué te ocurre? —dijo preocupado.

—¡Es oto-chan! Ese hombre lo va a lastimar. ¡Ayúdelo por favor!

Hibari emitió un aura de muerte. Ese maldito...

—Giotto-kun, llévame con él.

Giotto tomó la mano de Hibari y lo guío hasta llegar al lugar dónde se encontraba, un pequeño callejón que podía ser el peor lugar.


...


Mochida estaba a por tocar los labios del castaño, que temblaba y forcejeaba, mientras M.M. lo golpeaba. Mochida se acercó tanto...

Pero una tonfa lo hizo volar con fuerza contra la pared.

Hibari buscó al castaño y lo vio en una situación deplorable. Tenía la mejía roja por las cachetadas de M.M. y por los forcejeos que le ejerció a Mochida.

M.M. extendió su mano para volver a golperlo, pero una mano fuerte la detuvo con fuerza.

—Baja tu mano —dijo con voz de ultratumba—. Y tú, ¿qué demonios quieres con Tsunayoshi?

Mochida se levantó con una mano en la cabeza, clara señal de su dolor.

—¡Y eso a ti qué te importa!

—Bastante.

Se acercó y volvió a golpearlo sin contenerse, con rabia y más y más rabia hasta que lo dejó inconsciente. Tomó el brazo de M.M. y lo lastimó sólo un poco, no golpearía a una estúpida mujer.

—Oto-chan... —dijo Giotto que estaba escondido—. ¿Estás bien?

Tsuna fue y lo abrazó.

—Perdóname, perdóname, perdóname...

El pelinegro de Mochida se volvió a concientizar y los miró en una escena... que sinceramente envidiaba.

Hibari Kyoya, tenía en un brazo a Giotto, cargado. Y lo peor -para él, claro- era que el azabache tenía la mano entralazada con la del pequeño.


...


Hibari que se había ofrecido a llevarlos a casa, los dejo a la puerta y esperó a que entraran. Pero el castaño no entró, sólo se quedó estático.

—Hibari-san...

Sus ojitos se acuaron y corrió a los brazos de Hibari.

—Muchas gracias...

Era muy tierno. El castaño a penas le llegaba a su pecho, era mucho más bajito; su pequeño rostro estaba oculto en el pecho del mayor, que lo acunaba entre sus brazos; los brazos del pequeño rodeaban a Hibari, pero no del cuello, sino de tórax.

Hibari le devolvió el abrazo y lo estrechó contra él. Su cuerpo pequeño... Sólo podía acunarse con el suyo. Acercó su cabeza al hueco de su cuello para sentir su aroma. A miel.

—Tranquilo, Tsunayoshi —habló bajito— lo que hago por ti, son mis mejores decisiones.

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Hello people! XD

AL FIN MOCHIDA SUFRE :3

Les gusto??? :D

ESTO NO TIENE NADA QUE VER CON LA HISTORIA, SÓLO QUIERO OPINIONES)?

Bueno, les conté que estaba en un concurso de oratoria y declamación y pues, mi cerebro hace BOOM. Quieren votar en los comentarios un tema)?

Educación.

Libertad.

Lectura.

El derecho a ser diferentes.

Proyecto de vida.

Y pos sólo eso, si se les ocurre un tema y NO TIENEN INCONVENIENTE EN DONARLO PARA MI, por favor coméntelo <3

Sino, simplemente voten los temas.

OS AMA TSUHI1827

Si yo te amo, entonces ámame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora