Sasagawa Kyoko era una mujer dulce y comprensiva. La mejor amiga del castaño, con el que había pasado muchas aventuras a su lado y estuvo junto a él en los peores momentos.
Pero ahora el pequeño castaño velaba sus sueños, sentado en una silla y cabeceando cada diez o más segundos. Giotto estaba en el otro cuarto ya en los brazos de Morfeo y muy bien abrigado.
—Tsu-kun, ve a dormir, estás muy cansado.
—No Kyoko-chan, tú estuviste ahí cuando yo tenía mis antojos o mis desvelos —dijo negándose rotundamente.
Sí, Kyoko tenía tres meses de embarazo y los mareos comenzaban en cualquier momento, los antojos cada vez más extraños.
—Tsu-kun, ven aquí —le hizo un espacio en la cama—. Si necesito algo, lo sabrás.
—De acuerdo...
Al nomás acostarse, se quedó dormido.
—Arigato, Tsu-kun.
...
Mochida llegó a su casa más tarde de lo pensado y con todo el cuerpo adolorido, a parte de su ojo morado y su nariz -que sangraba.
—Oni-san, ¿dónde has estado? —lo miró fijamente—. ¡¿Qué te pasó?!
—Nada importante, Lambo.
Lambo hizo un gesto de desaprobación mientras remojaba una gasa con alcohol y se la ponía con cuidado.
—Oni-san, deja en paz a Tsuna-san.
Mochida lo vio cómo si lo que hubiese dicho, fuera un pecado.
—¿Y tú cómo sabes? —inquirió sorprendido.
—M.M. estuvo aquí y no paraba de decir que eras un tonto. ¿Por qué buscaste a Tsuna-san?
—Cállate y déjame, bastardo.
El pequeño pelinegro de ojos esmeralda se encogió de hombros y siguió con lo suyo, ya estaba acostumbrado a los maltratos de Mochida.
—No te muevas, la herida se abrirá.
—Dije que te callaras, si tan sólo mi padre no hubiese conocido a tú estúpida madre, no tendría que lidiar contigo —reclamó.
—Ni yo contigo, Mochida. Pero le prometí a padre que te curaría siempre, a ti y a Lampo.
—Agh, Lampo es otro bastardo cómo tú.
—A ti bastardo te queda muy corto —comentó Lambo con voz monótona.
Terminó lo que hacía y tomó un abrigo para irse.
—¿A dónde vas?
—Con I-pin. ¿Crees que dejaría a Lampo sólo contigo? Claro que no, tonto psicópata.
El portazo sonó tan duro y lastimero que Mochida cerró los ojos con fuerza; como lo odiaba, odiaba a ese chiquillo que con dieciocho años se creía su autoridad.
...
Chrome salía de su casa para ir dónde el castaño. Era de noche pero no le importaba, sólo quería ver cómo se encontraba su amiga. Pero a lo lejos vio unas siluetas. Una mueca se formó en sus labios.
—Mujer estúpida.
—Joshima Ken, M.M. —los evadió—. Voy deprisa.
Trató de pasar de largo y no lidiar con ellos pero M.M. dijo algo que no podía ignorar.
—Cobarde.
Chrome se detuvo y la encaró, con el seño fruncido.
—Cobarde tú, que te escondes y te aprovechas de los imbéciles.
—Oye mujer estúpida, ¿por qué le hablas así a M.M.? ¡Ella estaría mejor en Kokuyo que tú!
Chrome se sintió herida, pero no lo demostró. Ningún rastro de debilidad o lástima, es más, retiró la mano de Ken que la retenía.
—Vale, ya no pertenezco a Kokuyo, no si tengo que lidiar con ustedes.
Ken abrió los ojos sorprendido, nunca se esperó esa reacción de parte de la chica del parche que siguió su camino lo más rápido que pudo, con la mano en el pecho.
"Ken, idiota..."
...
A la mañana siguiente, se podía ver a un azabache caminar decidido, espantando a toda la gente que se acercaba. Entró en una joyería y de ahí no salió hasta veinte minutos después, con una bolsita blanca.
—Kusakabe, vámonos de una vez.
—Como usted diga, Kyo-san.
Entonces se le ocurrió preguntar:
—Kyo-san, ¿para quién son esas joyas?
—Hmm, ¿se verían bien en el herbívoro?
Kusakabe lo miró extrañado y enternecido, ya sabía para quién eran.
—Sawada-san se vería muy bien con eso, Kyo-san.
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HOLA!
Gracias por votar un tema)? Me fue de mucha ayuda!
SON LAS MEJORES!!!!
Por otra parte, los personajes que faltaban van apareciendo :'3 faltan aún pero trataré de no quitarle protagonismo a nuestro castañito y a la alondra <3
OS AMA TSUHI1827
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Si yo te amo, entonces ámame.
FanfictionSawada Tsunayoshi solo tiene ojos para amar y adorar a su pequeño hijo, Giotto. Cree que no puede volver a enamorarse de nadie, pero un día se encontró con un azabache que formaría parte de su vida siendo más que un amigo. Después de disipar las du...