Después de mucho luchar por mantener el orden en los pasillos de la iglesia -y que Reborn amenazara con volarle los sesos al próximo que hiciera algo tonto- la boda comenzó.
Hana estaba muy feliz, pero para los que ya la conocían se veía aterradora.
Frente a ella iba Giotto, con lindo trajecito blanco y flores ocres en sus manos, tomado de la mano de Alaude.
—¡Se ven tan monos! —le decía Tsuna a Reborn.
—Claro, por algo Giotto es mi nieto —le respondió con burla.
—Sí, pero es mí hijo —y le sacó la lengua.
Hibari estaba sentado junto a su novio, con una duda interna. Cada vez que miraba a Alaude no solo sé miraba a sí mismo de pequeño. Tan frágil pero sin querer demostrarlo, con miedo a lo que el mundo tenía para ofrecer porque era diferente. Lo desconocido siempre da miedo.
Ahí estaba, en una iglesia, presenciando una boda que se le hacía tan cerca y a la vez tan lejos... Era distinto. Sentirse así no le era común, pero si tenía que ver con Tsuna y su recién formada familia, valía la pena.
"Pero claro que vale la pena"- pensó dándole un beso a su extrañada pareja.
—¿Kyoya? ¿Pasa algo?
—Nada. Sólo que te amo.
...
Llegó al bar con puntualidad, con una ansiedad mórbida y descabellada. Se acordó de aquellos días en los que iba ahí por Mochida, para despedirse de él y no se atrevía a entrar nunca. Se atrevió esta vez y cada momento que pasaba sentía un peso menos.
Un peso aplastante que había acostumbrado a cargar en sus hombros.
—Ya llegué —anunció al hombre tan extraño frente a ella, que no se había percatado de su presencia por leer un libro de pasta negra.
—Ya veo. Siéntate.
Por lo que conocía hasta ahora, no se veía muy hablador.
Pero aún así se sentó.—¿De qué quieres hablar? Estoy pensando seriamente en dejar de acceder a verte.
—¿Ah, sí? —levantó su vista del libro y M.M reparó en un detalle que no había visto antes—. ¿Por qué?
—Ni siquiera sé tu nombre. Fue arriesgado aceptar sin conocerte, pero no voy a dejar que trates de estafarme o algo por el estilo. Sabes mucho de mí. Demasiado diría yo, ¿y qué se yo de tí? ¡Nada!
Abrió la botella de vino y sirvió en ambas copas sin molestarse en llamar a un camarero. Llevó está a sus labios y después de meditarlo un poco, se presentó:
—Soy Chikusa. Kakimoto Chikusa. —acomodó sus gafas y miró de nuevo el libro.
—No sabía que usabas lentes —agregó la pelirroja por decir algo y no sentirse tan incómoda.
—Uso lentes de contacto. Pero estoy aquí de incógnito, por eso prefiero las gafas.
M.M prefirió no añadir que los lentes le quedaban mejor.
—Yo... No me gusta que seas así.
—¿Así como?La poca paciencia de la pelirroja se acababa poco a poco.
—Que creas que lo sabes todo de mí, que hay una solución fácil y una justificación a mí y a mis acciones. Quiero que sepas que no necesito tu lástima.
Chikusa tomó otro sorbo de vino.
—Tienes razón, no te voy a justificar. Fue mi error y solo conseguí molestarte. ¿Sabes qué creí que te pondrías feliz al ser comprendida? Pero veo que no, no te conozco lo suficiente.
—No. No me conoces.
—Pero... Creo que sería buena idea conocerte.
...
Y los declaro marido y mujer... Una simple frase, que tenía en sus manos el destino de dos vidas.
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¿Qué hay lectores/ras?
Tengo una sorpresa para ustedes cuando la historia termine 😍😍😍
Pero eso es otro cuento...Espero que les guste 💞
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Si yo te amo, entonces ámame.
FanfictionSawada Tsunayoshi solo tiene ojos para amar y adorar a su pequeño hijo, Giotto. Cree que no puede volver a enamorarse de nadie, pero un día se encontró con un azabache que formaría parte de su vida siendo más que un amigo. Después de disipar las du...