Que el anillo, que el vestido, que los zapatos... Dentro del vestidor de Hana era todo un completo caos. Haru y Kyoko peleaban por ponerle a la novia su vestido, Bianchi la peinaba ignorando la pelea y Chrome sacaba fotos y vídeos de lo que ocurría. A Tsuna, Gokudera y Lambo se les había permitido estar ahí presentes y hacían guardia tratando de no dejar entrar a nadie.
—¡Oni-san no puedes entrar, deja de forzar la puerta! —Tsuna trataba de calmarlo, pero ni al caso.
—¡Pero yo quiero ver a Hana, Sawada! —decía furioso con la puerta, empujándola del otro lado.
—Estate quieto, Cabeza de césped, ¡o te meteré una dinamita por el...!
—¡Gokudera! —se exaltaron al mismo tiempo los otros dos.
Del otro lado de la puerta, Yamamoto y Mukuro trataban de llevárselo a la fuerza sin causar mucho escándalo. Pero aún así todos los miraban con cara de perturbados.
Hibari estaba recostado en la pared viendo como Giotto y Alaude hablaban entre ellos y a veces lo incluían. Cuando la situación no se pudo aguantar, sacó sus tonfas y noqueó al boxeador.
—Llévenselo ya herbívoros, me da dolor de cabeza.
—Kufufufu siempre tan delicado, alondra-kun.
Yamamoto rió nervioso para cargar en la espalda al recién noqueado novio y llevárselo a su lugar de espera, seguido de todos los demás.
...
Ese día caminó desde su casa con la excusa de que su auto se había averiado. Cuando llegó al lugar de planificación y construcción no vio a Chrome ni a Mukuro ni a Fran por ningún lado. Ken estaba en un rincón leyendo un contrato y Birds hablaba con los arquitectos.
El sonido inconfundible de un motor tras ella la hizo voltear y apartarse del camino. El tipo estaba ahí, como se lo había advertido la vez que se vieron por primera vez. Bajó del coche y sin invitación previa o algo por el estilo, entró al terreno para hablar con ella.
—Sí viniste. ¿Ves que no era tan difícil?
—¿Venir aquí? —preguntó ocultando su incomodidad.
—Enmendarlo, M.M.
—¿Y qué crees tú? Eso no se puede enmendar, no sabes de mí, lo que crees saber solo son palabras. Eso pudo haberlo hecho cualquiera, Chrome hubiese conseguido el dinero más rápido que yo.
—Sí, tal vez. Pero no se lo hubiese dado yo.
—¿De qué...?
—Tengamos una reunión a las seis, hay que hablar sobre los pormenores de la obra.
La dejó con la palabra en la boca y se volvió a subir a su coche.
...
—Oye Alaude, ¿tu te casarías conmigo cuando seamos grandes? —preguntó el rubio con inocencia, cuando Hibari se distrajo.
—Supongo que sí, pero tendrás que usar un vestido.
—¡Muy bien! —exclamó feliz y besando la mejilla de Alaude.
El rubio cenizo miró de reojo a su hermano y sonrío con orgullo. A decir verdad, siempre lo veía con orgullo. Estaba seguro que su Hibari-nii estaría dando el mismo paso en ese altar dentro de un tiempo.
No podía esperar más tiempo para verlo.
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Si yo te amo, entonces ámame.
FanfictionSawada Tsunayoshi solo tiene ojos para amar y adorar a su pequeño hijo, Giotto. Cree que no puede volver a enamorarse de nadie, pero un día se encontró con un azabache que formaría parte de su vida siendo más que un amigo. Después de disipar las du...