V. Gokudera Hayato.

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El castaño estaba sentado frente al escritorio de Hibari tratando de evitar su mirada, que era permanente y atrayente. Tsuna se sentía nervioso y se removía en su asiento hasta que alguien irrumpió en la oficina.

—Kyo-san, aquí le traigo los informes de la semana.

Hibari dejó de ver Tsuna por un momento mientras se levantaba y tomaba de la mano al castaño ayudándolo a levantarse.

—Gracias, Tetsuya. Sawada, ve con él para que conozcas a tus nuevos compañeros.

—Hai, Hibari-san.

—Con su permiso.

El castaño suspiró para sus adentros mientras trataba de seguir el paso del hombre de peinado gracioso.

—Sawada-san, ¿ya conocía a Kyo-san?

—Y-yo sí, ya lo conozco —se sonrojó ante el recuerdo—. Es una persona muy tierna.

Kusakabe Tetsuya puso una cara de completa desolación. ¿Hibari Kyoya, el demonio de Namimori, era tierno?

—Sí, Sawada-san. T-tierno es la palabra —dijo nervioso.

La puerta de un salón se abrió de par en par y de ella salió un hombre de cabellos plateados y ojos verdes. Caminaba sin ver a nadie, casi cómo un zombie. Su cara se escondía en sus cabellos delanteros y sus puños estaban apretados, él estaba llorando. Un par de lágrimas salieron de sus cuencas y se echó a correr. Pero como no veía al frente y el castaño era muy distraído, se dio de bruces contra el contrario.

—¡Ah, Bastardo! ¿Por qué no te fijas por dónde caminas?

—Lo siento mucho. Me distraje por un momento —dijo agachando la cabeza.

—¿Quién se distrae cuándo camina? ¡No eres más que un...!

Los ojos verdes del hombre, -que estaban rojos por el llanto- se abrieron de par en par. El asombro era palpable en su cara, que en esos momentos era todo un poema. Cuándo reaccionó, sólo pudo abalanzarse sobre el castaño.

—¡Décimo, es usted!

—¿Gokudera-kun?

—Sí, décimo, ¡es un placer que esté aquí!

Kusakabe que había decidido no participar en la discusión, pensó que lo mejor era dejar al castaño con Gokudera Hayato. Un hombre temperamental que parecía ablandarse a los encantos del castaño, era una buena idea.

—Gokudera-san, ustedes pueden encargarse de Sawada-san, ¿verdad?

—¡Encargarme del Décimo, es un honor!

—Claro, Gokudera-san —Kusakabe por un momento creyó ver un brillo en los ojos del peliplata.



—Oye, Gokudera-kun. ¿Por qué estabas así?

Gokudera paró en seco, mordiéndose el labio con nerviosismo propio de un niño asustado, es más, él sabía que al pequeño castaño, no se le podía mentir.

—No es nada.

"Sé que no me creerá..." , pensó el peliplata.

—¡No te creo! —dijo con un puchero— ¿Sabes que puedes confiar en mí?

—Lo sé, Décimo. Está bien... Son sólo problemas con mi novio, nada importante.

—¿Con Yamamoto-san?

—Sí, pero sólo es eso.

—Pero estabas llorando, eso significa que es algo muy grave, ¿no?

—Más grave de lo que piensa, boss —dijo una chica.

Tenía un parche en su ojo, pero su ojo que quedaba a la vista era violeta al igual que su cabello.

—Chrome-chan, ¿es tan grave?

—Mucho, boss.

El peliplata era ajeno a la conversación mientras el castaño hablaba. Constantemente estaba atento a la puerta aledaña, que se abrió más rápido de lo que esperaba. De ella salió un moreno muy alto, de ojos almendrados y una cicatriz en su barbilla.

—¡Hayato, ven aquí por favor!

La chica del parche y el castaño dejaron de hablar para poner atención a la otra conversación e intervenir si era necesario.


...


Alaude terminó de comer y pronunció un casi audible "delicioso", sacándole una risa de orgullo al pequeño rubio.

Alaude miró de reojo al rubio que seguía comiendo a paso lento. Ese no era irritante cómo los demás que lloraban por todo y por nada. Ambos se sumieron en un silencio cómodo esperando a que el rubio terminara de comer.

—Apúrate.

—Me tardaré lo que tenga que tardarme.

El rubio soltó un bufido y siguió con lo suyo. Alaude que estaba arto de esperar, se sentó más apegado al rubio y recostó su cabeza en el hombro en el contrario. Cerró sus ojos rindiéndose al sueño. El rubio comió más rápido y puso su atención en Alaude. El niño tenía un cabello rubio cenizo casi rozando el blanco.

El rubio que sabía de "modales" se pegó más al niño diciendo:

—Oyasumi-nasai, Alaude-chan.


...


Hibari seguía con el papeleo. Mientras leía y leía papeles, más de una vez se le vino a la mente la imagen del castaño. Trataba de controlarse para no pensar en él y en lo que tenía pensado hacer para "conquistarlo", por así decirlo.

Algo estaba seguro, ese castaño era solo SUYO.

—¡Kyo-san, ha ocurrido un problema! Yamamoto-san y Gokudera-san están peleando.

—¿Peleando, esos dos inseparables?

—Sí, Kyo-san. Sawada-san está intentando detenerlos junto a Chrome-san. Pero están armando un disturbio.

Tan sólo con escuchar la palabra disturbio, sacó unas tonfas metálicas, -que antes había usado para proteger a Tsuna- dispuesto a morder hasta la muerte a esos herbívoros.


...


Cuándo Kyoko-sensei entró al salón de vuelta, se encontró con algo poco común. El niño retraído que ningún niño soportaba sin tener miedo, estaba dormido en el hombro de otro niño. Estaba sereno, cómo otros días estaba a la defensiva.

"Es una imagen muy linda, pero debo despertarlos"

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Hello!

*.* PROCURARÉ HACER CAPÍTULOS MÁS LARGOS!

Bueno, la pareja en empate está así:

Byakuran x Mukuro... 7

Mukuro x Chrome... 8

Mukuro x Chrome sigue a la cabeza de las votaciones.

Alguien quería ver arder el mundo pero no se pudo, no aún XD (Ya sabes *.*)


Si yo te amo, entonces ámame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora