Si yo te amo, entonces ámame.

XXIX. ¿Cómo es mi oto-san?

Importante: Si os interesa la nueva historia que publicaré en breve, seguid leyendo. Sino, ignorad la nota y adelantarla para leer el capítulo.

¡Hola! Pues quería informarles que el nuevo proyecto ya está listo para ser publicado, será publicado hoy y dentro de un momento si todo sale como quiero o mañana.

Título: Mundos diferentes.

Es un Hibari x Tsuna y las otras parejas aparecerán eventualmente.

En esta ocasión Hibari es un príncipe y Tsuna un ciudadano.

P.D: Denle una oportunidad, por favor!

GRACIAS!

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Hibari y Giotto acaban de llegar y los demás no dejaban de observarlos con extrañeza muy mal disimulada. Y es que ver al demonio de Namimori de la mano del niño más dulce de la escuela, era un show digno de presenciar.

—Oye, Giotto. ¿Sabes con quién se va a reunir Tsunayoshi?

La mente infantil del niño rápidamente ató cabos y una palabra se instaló en su mente: CELOS.

—Sí, ¡es la persona más importante en la vida de mi oto-chan!

El azabache lo miró con una expresión que le costaba descifrar.

—¿Ah, sí? ¿Qué es de Tsunayoshi?

Los demás padres estaban aterrados al sentir el aura asesina del prefecto.

—Es mi abuelito.

Hibari estaba que se caía de espaldas pero se compuso antes que los demás lo vieran, tapando sus acciones con una máscara de indiferencia.

Un momento, ¿eso no significaba que...?

¡Era su futuro suegro!

—¿Ocurre algo, señor Hibari?

—Nada, Giotto. Dime, ¿no te gustaría llamarme de otra forma?

Giotto rápidamente asintió con la cabeza.

—Sí, se siente incómodo llamarlo cómo si fuese un extraño.

—¿Y crees que no lo soy?

El niño hizo un gesto afirmativo.

—Usted es cómo... lo que mi abuelito es de oto-chan.

—Pues entonces, ¿quieres decirme oto-sama cuándo estemos sólos?

—¡HAI!

La emoción del niño le causo gracia a Hibari, que se sintió satisfecho por el avance conseguido.

...

Varios niños pasaron al frente para hablar de sus padres, pero Tsuna estaba nervioso.

¿Cómo le diría a sus compañeros que Reborn ahora era su papá?

Se aclaró la garganta como si estuviera a punto de hablar de algo sumamente e importante y tomó una bocanada de aire por sí los nervios le ganaban.

—Mi oto-san es... —su voz se apagó al tratar de hablar de Reborn.

Lo miró de reojo y él sólo lo alentaba con una sonrisa, ocultando su vista con su famosa fedora. Reborn no se esperaba que Tsuna dijera cosas buenas de él, a penas llevaban una relación de padre-hijo durante una semana.

—Mi papa es el mejor del mundo. El es el jefe de la policía y se encarga de mantener la seguridad en Namimori, dice ser el mejor asesino del mundo, pero también es el peor cocinero que hay —se rio por lo bajo— siempre me está protegiendo y me levanta todos los días con un golpe.

Reborn apartó su sombrero de su cara para ver mejor al castaño.

—Llegó a la casa en un día nevado, cómo un ángel... Bueno, cómo un ángel sin alas. Dijo ser una buena persona y aunque no le creí al principio, ahora me convenció que sí es cierto. Mi papa... no me vio nacer ni me vio dar mis primeros pasos...

El rostro de Reborn era un poema en ese momento.

—... Y tampoco me escuchó decir mis primeras palabras. Pero es la primera vez que digo "papa" y siento ganas de llorar de felicidad. ¡Feliz día papa!

Y bajo la atenta mirada de su clase, de su maestro y de su mismo padre, saltó en el aire y Reborn lo atrapó. Pasó sus brazos para darle un fuerte abrazo.

...

Un peliplata golpeaba varias veces su rostro contra el pavimento.

—¡Perdóneme, Tsuna-sama! Como su mejor amigo era mi deber detener a estos bastardos y ahora tiene dolor de cabeza. ¡No se preocupe, me cortaré por usted!

Gokudera corría por todos lados buscando algo para cortar, mientras en la sala todo era un caos.

Yamamoto agarró un florero y lo estaba usando de bate para jugar beisbol. Mukuro tiraba portafolios al come malvaviscos que lo perseguía para acosarlo, rompiendo muchos vidrios en el proceso. Chrome sólo estaba sentada leyendo un libro que se titulaba "Las torturas de..." ¡Mala idea!

Bluebell los grababa a todos con su celular.

Y Tsuna se estaba volviendo loco.

—¡Alto!

Su voz resonó en la sala deteniendo el movimiento de todos. Bueno, tenía que demostrar que era el hijo de Reborn.

—¡El próximo que hable, lo encierro en el closet todo el día con gas venenoso!

Todos tragaron grueso.

—Yamamoto y Byakuran arreglen este desastre, Chrome... tú sigue leyendo lo que sea que estés leyendo y Mukuro vigila que nadie le dé un cuchillo a Gokudera.

—¿Ni una tijera?

—¡Por supuesto que no!

...

Hibari era halado por un rubio que buscaba a alguien con la vista, alguien que no veía por ningún lado.

—¿Qué buscas Giotto?

—A un amigo... Pero parece que no vendrá el día de hoy.

Cómo era hora de las presentaciones, se sentaron en una banca a comer. Y en una tarima, Haru-sensei habló.

—¡Buenos días padres! Hahi, es un gusto tenerlos aquí. Kyoko-sensei llamará a los niños para las presentaciones.

Uno a uno los niños estaban pasando a la tarima, haciendo una descripción de sus padres.

—No te pongas nervioso, Giotto. Acércate... —susurró algo en su oído—. Está bien ahora, ¿verdad?

El niño le sonrió y lo miró con ternura.

—Oto-sama, ¿Cuándo va a casarse con mi oto-chan?

Hibari sonrió, malicioso.

—Pronto, Giotto.

—Sawada Giotto —llamó Kyoko.

El niño corrió a la tarima y tomó al micrófono entre sus manitas, recordando lo que Hibari le dijo:

"No importa cómo hables o lo que digas, recuerda que todo lo que sientas está perfectamente bien"

El niño comenzó a hablar, sorprendiéndolos a todos.