CAPÍTULO 19. La chica de la melena negra.

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A la mañana siguiente me presenté en el despacho de Reiznik con una petición especial. Sabía cuál sería su respuesta, pero pregunté de todos modos. Intenté obtener un permiso especial para Sam, pero Reiznik no cedió. Así que Sam tendrá que aguantar el duro P&E. Al menos lo intenté.

-¿Qué es P&E?-Me pregunta mientras desayunamos.

-Procesamiento y eliminación-respondo, desviando la mirada. Intento advertir a todos con la mirada que no se les ocurra soltar ni una palabra. Supongo que será mejor que se lo explique a Sam en privado.

Frente a nosotros, Dumbo gruñe y tira con brusquedad los cubiertos en la bandeja.

-Genial, ¡la única forma de desayunar era no pensar en eso!

-¿Recuerdas el infestado que te enseñó la doctora Pam?-El pequeño asiente poniendo una mueca de disgusto. No parece agradarle mucho ese recuerdo.-Apretaste el botón. ¿Qué creer que pasa con las persona del otro lado después de apretar el botón?-Ni siquiera espera a que responda, porque responde él mismo.-Muere. ¿Y con las personas enfermas que traen de fuera?

-Zombi, cuéntaselo-dice Picapiedra mientras engulle su comida.-Es mejor que lo vaya asimilándolo.

-No nos gusta hacerlo, pero es necesario-y es lo único que le explico antes de que salgamos del rancho del desayuno.

Salimos del comedor y atravesamos el patio. Sam trota a mi lado para mantener el ritmo. El perro de Zombi, así es como le llaman a mis espaldas. Y supongo que también a las suyas. Me enteré del "gracioso" apodo en una conversación con Picapiedra, con el que me he vuelto mucho más cercano desde que es el único que conoce mi pasado y la verdad sobre Sam.

A lo lejos se oye el despegue de un Black Hawk y el nítido repiqueteo de un arma. Justo frente a nosotros tenemos las torres gemelas de la planta, que eructan humo negro y gris. El humo gris se mezcla con las nubes. El negro permanece.

Han montado una gran tienda blanca junto a la entrada del hangar. Aquí nos preparamos para el procesamiento. Una vez vestido, ayudo a Sam a ponerse su equipo, porque parece un poco perdido con todo lo que tiene frente a él. Le pido que no se quite ninguna prenda mientras estemos en el hangar bajo ninguna circunstancia.

-Tú quédate a mi lado. No pasará nada-me mira y el casco le rebota. Me agacho para ponerme a su altura e intento ajustárselo. Sus ojos muestran que está intentando mantener la compostura y no derrumbarse.

-Hey, Sammy, sólo son personas, ¿vale?-Asiente y me levanto.

Dentro del hangar de procesamientos, se separan los cadáveres: se separa a los infestados, a los que se marca con un círculo verde brillante en la frente, de los limpios. Hay montones de cadáveres apilados contra la pared de atrás, en distinta fase de descomposición.

Hacen falta tres pelotones para encargarse de la línea de proceso. Uno carga los cadáveres en carretillas y los lleva a las mesas metálicas. Otro los procesa. Y el tercero traslada los cadáveres procesados a la parte delantera y los apila para que los recojan. Las tareas rotan para aliviar la monotonía.

Procesar es lo más interesante, y ahí es donde empieza nuestro pelotón. Le digo a Sam que se mantenga a mi lado y no toque nada, que se limite a observarme hasta que entienda de qué va.

Sam se mantiene a mi lado callado mientras trabajo y voy pasando al siguiente cadáver. Aún me extraña que no se haya quejado por el olor, porque aunque esté ventilado este sitio, el olor es abrumador. Pero supongo que me he ido acostumbrando. Me he acostumbrado a demasiadas cosas horripilantes en este sitio...

-Avísame si te dan ganas de vomitar-le aviso mientras busco en el bolsillo de un niño en proceso de descomposición.

Sam me pide que le deje hacer algo y le entrego un montón de ropa destrozada que quemarán por la noche junto con los cadáveres procesados. Estoy seguro que es el procesamiento más difícil que he hecho, ya que tengo que estar pendiente de Sam, de los cadáveres que tengo que procesar y de que el resto del equipo esté trabajando correctamente.

Y mientras proceso otro cadáver, mi mente vuela a Cassie. A las ganas que tengo de volver a verla. Pero no quiero verla un día entrando por esta puerta. Yo me he adaptado a toda esta locura, pero no quiero que ella tenga que hacerlo. Aunque las cosas no están mucho mejor allí afuera. Pero si ya me es difícil estar atento de Sam y cumplir mis propias tareas con Cassie todo se complicaría aún más.

O quizás no. Cassie era una chica fuerte y supongo que todo este asunto la ha hecho mil veces más fuerte. Sólo espero que aguante allí fuera hasta que se me ocurra un plan. Me alivia saber que al menos no está sola y que está junto a su padre. O eso quiero creer.

Volviendo a la realidad, es cuando veo a una chica de piel blanca y pelo oscuro empujando una carretilla con los cadáveres que va recogiendo de la mesa de Bizcocho. No me acerco a ella, ni agarro a uno de los miembros del equipo para preguntar por su nombre. Eso es lo que podría haber hecho Ben Parish. Claro está, el Ben Parish antes de Cassie. Después de ella no ha habido nadie más, aunque la hubiera hecho creer a ella misma que sí.

Tras cuatro horas de trabajo, Sam viene hacia mi casi sin poder tenerse en pie. Así que decido que debe tomar un descanso y nos escabullimos fuera por un momento. Sólo espero que nadie nos vea fuera o nos quitarán puntos.

Le ayudo a quitarse el casco y está chorreando prácticamente de tanto sudar. Se sienta apoyado junto a la pared y me mira con tristeza.

-¿Cuándo va a llegar, Cassie?-Me dice, al borde de las lágrimas.

Me siento a su lado y le abrazo. Porque no sé qué otra cosa hacer. ¿Mentir? ¿Ser sincero? Ni yo mismo sé la respuesta.

-Yo también la echo de menos, campeón.

Nos quedamos así bastante más rato del que me gustaría, pero necesito que se recomponga antes de entrar.

Sin embargo, la puerta del hangar se abre y alguien sale del interior. Me quedo inmóvil, porque cualquiera se chivaría que nos estamos saltando el trabajo para que perdamos puntos.

La persona que ha salido se quita el casco y una melena de cabello negro cae sobre los hombros de la chica. Era la chica que vi en el hangar. Su mirada cae justamente en nosotros y rápidamente dejo de abrazar a Sam, porque no quiero que nadie sospeche que lo conozco de antes, pueden llegar a usarlo en mi contra de algún modo. Pero da igual lo rápido que sea, ya me ha visto.

-Que escena más tierna-dice con el rostro serio.

Me levanto del suelo y ayudo a Sam.

-Espero que no te vayas de la lengua.

-¿Te refieres os estáis escabullendo de las tareas o de la tierna escena?-Dice, sin un rastro de expresión en ella. Por un lado eso me inquieta. Pero por otro lado, me produce curiosidad su actitud.

-Ambos.

-Sería idiota por mi parte cuando yo estoy haciendo lo mismo.

Asiento y doy por finalizada la conversación, porque no quiero arriesgarme más a que venga un guardia y nos vea fuera. Le digo a Sammy que se ponga su casco y yo hago lo mismo. Y entramos con sigilo de vuelta a ese sitio lleno de olores repulsivos.


Sí, habéis visto bien. ¡HE VUELTO! Después de creo más de un mes, vuelvo a subir. Quiero agradeceros que hayáis sido pacientes con la espera. Ahora ya estoy libre de todo. He acabado las clases, he hecho Selectividad y estoy de vacaciones. 

Y si sois participativos en la historia, vais a tener bastantes capítulos esta semana. Sólo os pido 30 votos y al menos 15 comentarios para que suba el siguiente capítulo. Si no se llega al objetivo, subiré el próximo capítulo el martes, tampoco está nada mal.

¿Qué os ha parecido este capítulo? Tengo una sorpresa para dentro de unos capítulos, que dará un giro a la historia. Y los capítulos del pasado subiré alguno en esta semana si dais mucho mucho apoyo, pero de momento quiero avanzar un poco con la trama principal. 

NO OLVIDÉIS DE VOTAR Y COMENTAR SI QUERÉIS SEGUIR LEYENDO LOS DEMÁS CAPÍTULOS. 

PD: YA LEÍ "THE LAST STAR" ;) 

Ni un apocalipsis nos separará (Apocalipsis #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora