ESPECIAL SAN VALENTÍN. Capítulo 6. Un sueño tachado.

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Mi alarma comienza a sonar. Entreabro un poco los ojos y veo que son las nueve de la mañana. ¿Por qué narices programé el reloj tan temprano? Por si no me acordaba, Sammy se encarga de recordármelo. Abre mi puerta y se lanza sin ningún cuidado sobre mí.

-¡Despierta, Cassie!-Chilla mientras me zarandea de un lado a otro. Maldita la energía de mi hermano.-Me prometiste que me llevarías a la feria.

Solo le contesto con un gruñido y entierro mi cabeza bajo mis sábanas. 

Acabé durmiéndome cerca de las cuatro de la mañana. Nada más entrar llamé a Lizbeth y ella ya estaba en su casa, así que le conté todo lo mío con Ben. Luego ella se desahogó diciéndome lo idiota que era Ian. No acabaron muy bien las cosas.

Sammy retira las sábanas y solo me puedo quejar.

-Sams, te llevaré a la feria-digo aún somnolienta-. Pero ¿por qué tiene que ser tan temprano?

-Siempre que vamos a la feria me invitas a un gofre y un batido para desayunar-me recuerda poniéndome esa cara. Esa cara es la que tanto dinero se ha llevado. Cada vez que me mira de ese modo soy incapaz de decirle que no. Y lo peor es que lo sabe.

Me siento con las piernas cruzadas y se lanza sobre mí para abrazarme. Esta vez no me quejo y le abrazo. La tos de papá nos interrumpe y le veo de brazos cruzados en la entrada de mi cuarto. Sabía que este momento llegaría. Bajo a Sam de mi regazo después de darle un beso en la cabeza.

-Ve a vestirte, Sammy. En media hora bajo y nos vamos a por ese gofre.

Se va y esquiva a mi padre al salir. Él entra y cierra la puerta. Eso es malo. Mamá no vendrá a mi rescate. Me levanto de mi cama y rebusco en mi cajón por unos pantalones y una camiseta gris de tirantes algo suelta. Con el calor que hace por las mañanas es lo mejor. Saco un bonito sujetador negro de encaje, ya que con esta camiseta se ve. 

-Casiopea.-Aquí se viene-. ¿A qué hora llegaste a casa anoche?

Me giro y le sonrío. No estoy segura de si solo sabe que llegué tarde o sabe que llegué tan tarde.

-¿A qué hora crees que llegué?-Pregunto sin hacer contacto visual.

Me mantengo ocupada mientras que estoy segura que mi padre me está asesinando con la mirada.

-No estoy seguro. ¿A qué hora te trajo ese chico?

Ahora sí que estoy muerta. Mi padre odia que vaya en coches de chicos que no conoce. Me quedo callada y espero que suceda un milagro. Y el milagro entra por la puerta.

-¿Qué sucede aquí?-Pregunta mi madre y me giro para sonreírla de manera inocente.-¿Qué hiciste, Cassie?-Ríe.

Solo me quedo callada, porque sé que en cuanto abra la boca mi padre comentará algo al respecto. Así que es mejor dejarle que lo diga antes.

-¿Que qué hizo? Llegó cerca de las tres y media de la mañana en el coche de un chico.

Mi madre le ignora y se acerca a mí emocionada.

-¿Quién era el chico, hija?

-Tan solo era un amigo, mamá. Siento haber llegado tan tarde. ¿Puedo ir a tomar una ducha? Sam me espera para ir a la feria.

Intento escaparme pero es mi madre la que me llama y me hace volver.

-Casiopea-dice con esa voz maternal-, no te voy a castigar por llegar tarde-mi padre comienza a balbucear pero mi madre le pide que la deje-. Solo queremos saber quién es el chico con el que estuviste. ¿Estuviste con él toda la noche?

Ni un apocalipsis nos separará (Apocalipsis #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora