Capítulo 21. Bienvenida al Squad 53

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-Comienza el turno de preguntas-indica Reznik.

Ninguno parece atreverse a preguntar por Tanque. Aún no me he atrevido a contarle a ninguno de ellos que está muerto. No estoy seguro de cómo se lo tomaría Picapiedra, así que estoy buscando el mejor momento. Aunque no existe un buen momento para contar que Tanque ha muerto.

Me animo y levanto la mano, pidiendo turno.

-Adelante, Soldado Zombie.

-¿Cuándo llegará el sustituto de Tanque?-Pregunto y sin mirar ya sé que tengo las miradas de casi todo el pelotón en mí. El único que no dirige una mirada a mí es Dumbo.

-Mañana por la mañana se os asignará a un nuevo compañero. No puedo daros mucha información sobre el nuevo miembro. Sólo os diré que su nombre es Hacha.

Y sin dejarnos decir una palabra más se marchó.

Sam parece que iba a preguntarme algo, pero Picapiedra se adelantó y me arrastró hasta llevarnos a un lugar alejado del resto.

-¿Por qué sabías que iban a incorporar a alguien nuevo?-Pregunta en un gruñido.

Por lo que he llegado a conocerle en estos tiempos que hemos sido más cercanos, sé que se está conteniendo de no levantar aún más la voz y de soltarme un puñetazo.

-Picapiedra, de verdad, no es el mejor momento...

No me deja acabar de hablar. Me agarra por la chaqueta del uniforme y me mira amenazante.

-Suelta por tu maldita boca todo lo que sepas.

-Tanque está muerto, tío-suelto sin más.

De todos modos, no hay una mejor manera de decir que tu amigo ha muerto.

Me suelta y se desploma en el suelo. Todos quieren acercarse para saber lo que está sucediendo, pero Dumbo me echa una mano y lo evita. Me agacho junto a Picapiedra y me siento a su lado.

-¿Cómo?-Pregunta, con la cabeza sujeta entre sus manos. Sus dedos enredándose entre las hebras de su pelo y tirando sin ningún signo de dolor.

-No estamos seguros. Lo encontró Dumbo en P&E, pero no tenía ninguna marca que pudiese identificar cómo murió.

Esconde la cara entre sus piernas y escucho un débil sollozo. Entiendo su reacción. Tanque era su gran apoyo. Ambos entraron aquí prácticamente al mismo tiempo, y han estado juntos desde entonces.

-Pensamos que fuera posible que se suicidara mientras estuvo en la enfermería. Tomó pastillas y los médicos no llegaron a tiempo.

Silencio. Sollozo. Así pasaron como treinta minutos. Todos se habían tumbado en sus catres, mientras nosotros seguíamos en la misma posición.

-¿Por qué haría algo como eso? ¿Es porque se volvió Dorothy?

Niego, porque no creo que sea eso.

-Tanque era el más cuerdo de todos. Quizás fue por eso-levanta la cabeza de entre sus piernas y me mira, con los ojos húmedos por las lágrimas.-Se dio cuenta de lo jodido que es todo esto y que hay algo que no cuadra.

-Tenía razón. No quieren atacarnos. No lo necesitan.

-Es muy posible que no lo necesiten, pero no vamos a rendirnos, ¿de acuerdo? Mientras que haya una oportunidad de vencer, todavía queda esperanza.

Asintió y se levantó. Sin decir una palabra al resto del escuadrón se tumbó en su catre y se durmió. Yo, después de esquivar las preguntas de todos, logré llegar a mi catre y tumbarme. Cuando pensaba que ya podría tener un plácido sueño, Sam zarandeó mi hombro.

Ni un apocalipsis nos separará (Apocalipsis #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora