Capítulo 31. Tú lo hiciste. O quizás no...

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La gente sigue rompiendo en aplausos mientras mi corazón está hecho añicos.

-¿Cassie?-Me llama la doctora, poniendo una mano en mi hombro para llamar mi atención. Me giro a ella, apartando mi mirada de esos ojos. Incluso sin mirarle, sé que él está mirando en mi dirección. -Te asignaremos un pelotón en unos días, hasta el momento permanecerás con un pelotón de los graduados.

No con él, por favor.

La doctora indicó que debía esperar a que todos los pelotones debían marcharse para poder presentarme a los miembros del pelotón del que formaría parte durante unos días.

Eso no tardó en suceder. Apenas dos minutos después, todo el lugar se quedó vacío, dejando a los que debían ser los cuatro grupos que se graduaban encima de ese escenario.

Todavía él con su rostro petrificado.

La doctora me indica que avance, más cerca de donde están. Justo frente a ellos. Pero no me paro a mirarle ni una sola vez. Mantengo la postura y miro fijamente al hombre que me han presentado como Reznik.

-Vaya, vaya, tenemos una pequeña chica por aquí-dijo, paseándose alrededor de mí.-No estoy seguro de que seas capaz de disparar un arma.

Escucho murmullos entre los grupos de chicos y chicos que están mirando la escena atentos. Casi desvío la mirada, pero no me permito hacerlo.

-¿Crees ser capaz de disparar un M16 sin volarte el pie?-Preguntó Reznik, prácticamente chillando.

-¡Señor, sí, señor!-Respondo en el mismo tono de voz.

Quizás haya visto demasiadas películas...

Casi logro ver una sonrisa en el rostro de Reznik.

-Soldado Barbie-llama, dirigiéndose a mí-, a partir de hoy hasta dentro de unos días formará parte del Escuadrón 53.

Que no sea el suyo, pienso mil veces.

Es entonces cuando vuelve a alzar la voz.

-¡Sargento Zombie, diríjase aquí!

Alguien se posiciona justo a mi lado. Su brazo rozando el mío. Mis ojos cerrándose por un segundo, disfrutando de ese pequeño contacto. Pero se abren instantáneamente, fijando mi mirada en el hombre que parece que sólo sabe gritar.

-¡Sargento Zombie, se encargará de la soldado Barbie! Entrenará junto a ella por la mañana.

-¡Sí, señor!-Responde con firmeza.

Su voz.

Esas dos palabras traspasan mi cuerpo y me permito mirarlo, porque sé que no soy capaz de aguantar más.

Mi cabeza se gira hasta que mis ojos están en él.

Él también está mirándome.

Cuando ve que le estoy mirando, me da una pequeña sonrisa de alegría.

Yo no puedo hacer eso. No puedo sonreír. No estoy segura de poder volver a hacerlo de nuevo.

Mientras sigo mirándole puedo sentir los cambios. Cómo en tan poco tiempo las cosas pueden cambiar tanto.

Su cabello está más largo de lo que solía llevarlo. Mi cabeza se desvía directamente a cuando mis dedos se enredaban mientras nos besábamos. E incluso con la ropa puesta se puede notar que ha ganado masa muscular. Incluso me parece más alto. Y su mirada... Ni siquiera parece ser la misma persona de la que estaba enamorada.

Aparto la mirada, porque cada segundo que lo miro, mi mente vuela al beso con la chica que está justo detrás de mí y eso me vuelve loca. Sólo quiero salir de aquí. Volver atrás y estar de nuevo con Evan en la maldita granja.

Ni un apocalipsis nos separará (Apocalipsis #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora