ESPECIAL. Capítulo 41. Simplemente olvidé...

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Jamás pensé que iba a escuchar a Cassie siendo tan directa en cuanto al sexo.

Simplemente lo dijo.

Hazme el amor.

Si hubiese sido otra chica, simplemente la habría llevado a la parte de atrás del coche y tendríamos una maravillosa noche de sexo. Pero Cassie no era otra chica. Era la chica en la que pensaba al despertar y la última en la que pensaba al dormir.

No sé cómo, pero Cassie se metió dentro de mí, convirtiéndome en uno de esos chicos enamorados de los que yo antes me reía. Ahora yo era uno de esos chicos enamorados.

Porque sí, estaba completamente enamorado de Cassiopea Marie Sullivan.

-¿Estabas sola en tu casa hoy, no?-Le pregunto mientras arranco el coche.

-Sí, Sam está durmiendo en casa de uno de sus amigos y mis padres están trabajando.

Pongo el coche en la carretera y con mi mano libre, tomo su mano para llevarla hasta mis labios.

-Creen que iba a pasar la noche con Lizbeth.

-¿Y tú no tenías planeado eso?-La echo un rápido vistazo y niega con su pequeña cabeza.-¿Y qué habías planeado?

Sus mejillas comienzan a ponerse rojas.

-¿Ahora te da vergüenza hablar, Cassie?

Suelta mi mano y se cruza de brazos.

Me río porque es como una niña pequeña. Aunque sé que simplemente está algo avergonzada.

-Intentaré adivinarlo, ya que no quieres contármelo. Primero me hiciste saber que tu casa estaba sola, para ver si yo proponía pasar de la fiesta e ir a tu casa. Como eso no sucedió, tuviste que provocarme y arrastrarme fuera de la fiesta para llevarme hasta tu casa y aprovecharte de mí.

La veo levantar una ceja y mirándome a punto de reír.

-Eres tú el que está conduciendo a mi casa. No veo que haya hecho falta demasiado esfuerzo para arrastrarte fuera de esa fiesta. Aunque casi estuviste a punto de besar mi frente de nuevo.

Ambos nos reímos, llenando el coche con el ruido de nuestras risas.

-Quería comportarme como un caballero. Aunque he de admitir que me he tenido que dar más de una ducha fría después de tus intentos de aprovecharte de mí.

-No te creas que yo acabé mucho mejor...-susurró lo suficientemente alto como para que la escuchase.

Por suerte ya había llegado a su casa, porque necesitaba mirar a Cassie en esta conversación. Salí del coche y fui hasta su puerta para abrirla, la tomé de la mano y cerré la puerta del coche para luego arrastrarla contra el coche. Su espalda contra el coche, nuestros pechos tocándose.

-¿Y cómo quieres que acabemos hoy la noche? Podemos ver una película, jugar a las cartas...

Sentía cómo Cassie temblaba bajo mis susurros. Quería jugar un poco con ella. También asegurarme de que estuviera preparada. No quería que se arrepintiera. Porque eso me mataría.

-También podemos tomar una ducha de agua fría e ir a dormir.

Mi propuesta pareció no gustarle demasiado a Cassie, porque reaccionó y sus manos se movieron por mi espalda, colándose en el interior y haciéndome estremecerme por el contacto de sus frías manos con mi piel.

-O también podemos movernos de aquí antes de que nos vean mis vecinos y subir a mi cuarto. Me está empezando a molestar la ropa, ¿a ti no?

Me reí y besé los labios de Cassie. Me encantaba que fuera así de decidida. Por lo que corté el beso y la alcé, haciendo que sus piernas se enredaran en mi cintura. Inmediatamente, sus labios atacaron los míos. La correspondí inmediatamente, dividiendo mi atención entre nuestros y besos y abrir la puerta y subir las escaleras.

Ni un apocalipsis nos separará (Apocalipsis #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora