Capítulo 18. ESPECIAL. Las letras del balón.

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Ian y Ben estuvieron con idas y venidas durante toda la semana. Desaparecían durante los almuerzos, salían prácticamente disparados cuando sonaba la campana e incluso faltaron a un entrenamiento. Lizbeth cada día estaba más molesta con esta situación y no se molestaba tampoco en ocultarlo. Volvimos a sentarnos en nuestro sitio habitual en biología porque no quería estar sentada con Ian. En verdad debo agradecérselo, no quería otro espectáculo con Ben.

Bastante atención estaba teniendo en estos días. Quizás el hecho de que Ben me tomara de la mano cada vez que paseábamos juntos por el pasillo del instituto era motivo más que suficiente para la gente para cuchichear acerca de lo que éramos. No negaré que incluso yo misma me lo preguntaba, pero a veces solo disfrutaba del momento y no pensaba en nada más.

Tampoco quería pensar en que el Ben rompecorazones volviera a salir a la luz y rompiera el mío. No podía evitar estar asustada por ello. Él nunca había salido con nadie, siempre iba de chica en chica, sin importarle nada más. Y ahora era tan... atento.

Incluso se encargó de reservarnos a Lizbeth y para mí, y al parecer también estaban Eleanor y Dylan sentados junto a nosotras. Estábamos en primera fila, justo al lado del banquillo de nuestro equipo. Lizbeth me siguió a regañadientes hasta nuestros asientos.

-Hola, chicas-nos saludó Eleanor. Su hermano nos dio un asentimiento con la cabeza como saludo y siguió mirando concentrado al campo, aunque todavía no habían saltado al campo los jugadores.

-No te hemos visto mucho esta semana-dije, mientras tomaba unas palomitas del cubo que tenía Dylan encima de su regazo. Me lanzó una mirada acusatoria y le guiñé un ojo, a lo que me rodó los ojos y yo me reí.

-He estado... ocupada.

-Al parecer todos estáis muy ocupados-dijo Liz sarcástica.

-¿Problemas en el paraíso?-Me preguntó Eleanor al oído, para que no nos pudiera escuchar Lizbeth, que parecía estar concentrada en intentar asesinar con la mirada a las animadoras.

-Está enfadada con Ian. Aunque no entiendo por qué, ni siquiera están en algo serio.

Eleanor se encogió de hombros y comenzó a abrir la boca y cerrarla, como si quisiera decir algo pero no supiera realmente si hacerlo.

-¿Sabes algo que yo no sepa?

-No creo que deba contarte nada-me susurró y en ese momento nuestro equipo salió del vestuario y todo el mundo se puso a exclamar y animar. Excepto Lizbeth, Eleanor, Dylan y yo. Estaba en una conversación más interesante.

-Ahora si que me vas a contar de lo que te has enterado.

Dudó por un momento, pero soltó una maldición y se acercó más a mí.

-Que sepas que solo te cuento esto para que intentes calmar a Lizbeth de que todo está bien con Ian.

-De acuerdo. Suéltalo-dije ansiosa. Eché una rápida mirada al campo y vi a Ben e Ian mirar en nuestra dirección. A unos metros de ellos también estaba mirando Theo.

-Bueno, el caso es que la familia de Ian nunca ha sido de lo más acomodada, por decirlo de una manera. Dependían mucho del sueldo de su madre, que es abogada, su padre es un simple secretario.

-¿Y qué tiene que ver el trabajo de los padres de Ian con que estén escabulléndose a todas horas?-Pregunto impaciente.

-La madre de Ian les ha abandonado-suelta Eleanor, con la expresión triste. La misma que me debió quedar a mí. Ya empezaba a atar cabos con respecto a Ian, pero ¿y Ben?- Mi primo y él están trabajando en el taller de unos amigos de mis tíos.

Ni un apocalipsis nos separará (Apocalipsis #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora