CAPÍTULO 15.

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Romeo se levantó de su cama, metiéndose al baño para tomar otra ducha de agua fría.

Sentía el agua helada correr sobre su piel, hidratando y arrastrando cada partícula de un deseo imposible.

Las imágenes de Mario le venían a la cabeza, provocando una inmediata erección en su piel y miembro. Con sus manos recorría el jabón por todo su delgado y gastado cuerpo. Esparciendo la suave espuma blanca por cada rincón.

Con los ojos cerrados, tocaba todo su cuerpo, con la barra de jabón tallando de pies a cabeza.

El rostro y cuerpo de Mario aparecía en su mente en oscuras, dándole un placer mental. Imaginaba que lo recorría a besos centímetro a centímetro. Milímetro a milímetro.

Apoyó una mano sobre la pared de la regadera,mientras que con la otra tomaba su erección y comenzaba a moverla de arriba a abajo. Movimientos lentos pero suaves. Soltaba su erección, y pellizcaba sus tetillas, dejándolas duras y vivas.

Con sus dedos hacia rodar aquellas auroras rosadas, dejándolas duras, mientras una corriente de electricidad ardiente llegaba hasta la cabeza de su palpitante compañero de 24 centímetros.

Volvía a poner atención a su erección,  volviéndola a tomar con su mano, masajeandola lenta y placenteramente.

- Ya lo había notado. La forma en que me miras-. Habló Mario a su oído, acercando aquella bestia a su dilatada entrada-. Sé cuanto me deseas.

Besaba, lamia y mordía la parte trasera de su cuello, enviando corrientes a su mano en movimiento. Los cuales arreciaban con cada movimiento de su palpitante corazón.

Sentía la dura y enorme erección entre sus nalgas, queriendo entrar en sus interiores. Mario no dejaba de lamer y morder su delgado cuerpo. De tocar y recorrer su cuerpo suave y lleno de jabón.

Recorría su abdomen plano, pis delgadas piernas, interrumpió sus embestidas a su miembro, tomándolo el mismo. Dejando que Romeo solo recargara su cuerpo completo sobre la pared. Romeo no dejada de gemir al sentir los húmedos labios de Mario recorriendo su cuello y hombros, dejando pequeños mordiscos en su camino, mientras le daba placer allá abajo.

Con sus labios comenzó a bajar por su cuerpo, lento llegaban mordiscos por toda su espina dorsal, mientras gemía de placer y gozo.

- Esta noche te tomaré-. Besaba y mordía-. Esta noche seras mío, Romeo.

Gemía mientras recorría hacia bajo el cuerpo delgado de Romeo. Se puso de rodillas, tomándolo de las caderas, y mordiendo las nalgas del chico que solo gritaba y gemía de placer.

Lamia y mordía cada una de sus nalgas, introduciendo su rostro entre ellas. Pasando su húmeda y larga lengua por su dilatada entrada, haciendo pequeños círculos placenteros en ella.

- Tomame. Hazme  tuyo. Quiero ser solo tuyo, Mario-. Gemía mientras su trasero era ultrajado por la lengua del otro.

Sus plañidos eran fuertes y escandalosos. Tenía una gran habilidad con esa exquisita lengua que lo ultrajaba.

- Te haré solo mío-. Habló a su oído, mordiendo y succionando su lóbulo. Ambos mojados completamente, sus pieles en contacto mutuo.

Mario tomó su gran erección, y comenzó a pasarla por la dilatación. Sentía que estaba en la gloria, por fin su cuerpo volvería a probar las dulces mieles de ser tomado.

Sin decirle nada, comenzó a clavar poco a poco en su interior. Causándole y excitante dolor al entrar en él.

Romeo.( Segunda Parte De Rommeo&Romeo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora