Romeo se levantó de su cama, metiéndose al baño para tomar otra ducha de agua fría.
Sentía el agua helada correr sobre su piel, hidratando y arrastrando cada partícula de un deseo imposible.
Las imágenes de Mario le venían a la cabeza, provocando una inmediata erección en su piel y miembro. Con sus manos recorría el jabón por todo su delgado y gastado cuerpo. Esparciendo la suave espuma blanca por cada rincón.
Con los ojos cerrados, tocaba todo su cuerpo, con la barra de jabón tallando de pies a cabeza.
El rostro y cuerpo de Mario aparecía en su mente en oscuras, dándole un placer mental. Imaginaba que lo recorría a besos centímetro a centímetro. Milímetro a milímetro.
Apoyó una mano sobre la pared de la regadera,mientras que con la otra tomaba su erección y comenzaba a moverla de arriba a abajo. Movimientos lentos pero suaves. Soltaba su erección, y pellizcaba sus tetillas, dejándolas duras y vivas.
Con sus dedos hacia rodar aquellas auroras rosadas, dejándolas duras, mientras una corriente de electricidad ardiente llegaba hasta la cabeza de su palpitante compañero de 24 centímetros.
Volvía a poner atención a su erección, volviéndola a tomar con su mano, masajeandola lenta y placenteramente.
- Ya lo había notado. La forma en que me miras-. Habló Mario a su oído, acercando aquella bestia a su dilatada entrada-. Sé cuanto me deseas.
Besaba, lamia y mordía la parte trasera de su cuello, enviando corrientes a su mano en movimiento. Los cuales arreciaban con cada movimiento de su palpitante corazón.
Sentía la dura y enorme erección entre sus nalgas, queriendo entrar en sus interiores. Mario no dejaba de lamer y morder su delgado cuerpo. De tocar y recorrer su cuerpo suave y lleno de jabón.
Recorría su abdomen plano, pis delgadas piernas, interrumpió sus embestidas a su miembro, tomándolo el mismo. Dejando que Romeo solo recargara su cuerpo completo sobre la pared. Romeo no dejada de gemir al sentir los húmedos labios de Mario recorriendo su cuello y hombros, dejando pequeños mordiscos en su camino, mientras le daba placer allá abajo.
Con sus labios comenzó a bajar por su cuerpo, lento llegaban mordiscos por toda su espina dorsal, mientras gemía de placer y gozo.
- Esta noche te tomaré-. Besaba y mordía-. Esta noche seras mío, Romeo.
Gemía mientras recorría hacia bajo el cuerpo delgado de Romeo. Se puso de rodillas, tomándolo de las caderas, y mordiendo las nalgas del chico que solo gritaba y gemía de placer.
Lamia y mordía cada una de sus nalgas, introduciendo su rostro entre ellas. Pasando su húmeda y larga lengua por su dilatada entrada, haciendo pequeños círculos placenteros en ella.
- Tomame. Hazme tuyo. Quiero ser solo tuyo, Mario-. Gemía mientras su trasero era ultrajado por la lengua del otro.
Sus plañidos eran fuertes y escandalosos. Tenía una gran habilidad con esa exquisita lengua que lo ultrajaba.
- Te haré solo mío-. Habló a su oído, mordiendo y succionando su lóbulo. Ambos mojados completamente, sus pieles en contacto mutuo.
Mario tomó su gran erección, y comenzó a pasarla por la dilatación. Sentía que estaba en la gloria, por fin su cuerpo volvería a probar las dulces mieles de ser tomado.
Sin decirle nada, comenzó a clavar poco a poco en su interior. Causándole y excitante dolor al entrar en él.
ESTÁS LEYENDO
Romeo.( Segunda Parte De Rommeo&Romeo).
RomanceLa segunda parte de @Rommeo&Romeo. Pero en esta ocasión Romeo después de ser raptado por una extraña y obsesionada mujer, logra escapar. Entrando a un mundo diferente al que está acostumbrado. Una nueva ciudad, nuevas personas que le ayudaran a sen...